Lodovica Comello: «Francesca, de 'Violetta', cae muy bien a los chicos, pero me hubiera gustado hacer de mala»

Lodovica Comello

Lodovica Comello / ÁLVARO MONGE

INÉS ÁLVAREZ / Barcelona

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Es Francesca, la mejor amiga de 'Violetta' (Disney Channel, lunes a viernes, 19.35 horas), la protagonista de la telenovela argentina que causa furor entre los más jóvenes y de la que ya se graba la tercera temporada. Lodovica Comello (Udine, Italia, 1990) se muestra tan inteligente y positiva como su personaje, y, como él, persigue un sueño: triunfar con su música.

–¿Cómo fue a parar a la serie 'Violetta'? 

–Fue algo muy loco. Yo nací en un pueblecito italiano que está entre Austria y Eslovenia. Me mudé a Milán a estudiar canto, baile, actuación... Y gracias a la academia surgió hacer un casting para una serie argentina. Como era una coproducción de Disney Europa y Disney Latinoamérica, querían que la amiga de Violetta fuera una italiana. A la semana me dijeron que estaba elegida, y un mes después viajaba a Buenos Aires.

–Eso con solo 21 años... 

–Había ido a Milán sin miedo para lograr algo en ese mundo. Habría sido una estúpida si hubiera dicho que no.

–¿Cómo vive ahora el éxito? 

–Aún no nos lo creemos. No dejamos de sorprendernos. Quizá nos dimos algo más de cuenta con la gira de Violetta, porque vimos de cerca la reacción del público.

–¿La reconocen en Italia? 

–Antes, solo los chicos; ahora empiezan también sus mamás y papás, que se ven obligados a ver la serie antes de cenar, o cenando...

–La experiencia es única, ¿no? 

–Me ha servido para crecer. Porque he aprendido un idioma, a vivir sola, a cocinar, a llevar las cuentas y un trabajo nuevo, pues nunca había actuado ante una cámara.

–¿No sabía nada de español? 

–En el 'casting' nos pedían presentarnos en ese idioma. Y empecé a sudar. Los italianos, cuando imitamos a alguien que habla español, agregamos una s a todas las palabras, con lo que dije: «Chaos. Sonos Lodovicas». Les hizo mucha gracia. Una de las productoras dijo: «Quiero a esta chica, aunque no hable español. Ya se pondrá las pilas».

–Y lo ha hecho. Habla muy bien. 

–Es muy loco: soy italiana y hablo español con acento argentino.

–Al principio, Francesca no era muy simpática con Violetta. 

–Es que ambas chocaban porque les gustaba el mismo chico. Esas cosas pasan. Pero luego es muy buena amiga y se lo deja todo para ella. 

–Además es inteligente... 

–Es un papel muy agradable. A los chicos les cae muy bien, porque es la mejor amiga de Violetta y una chica en la que puedes confiar.

–¿Hubiera preferido hacer el papel de Ludmila, la mala? 

–Me hubiera gustado muchísimo. Porque te da posibilidad de jugar mucho más con tu papel, te permite hacer cosas que como Francesca no puedo hacer. Porque es tan educada... Como muy perfectita. [ríe]

–¿En qué os parecéís? 

–Francesca y yo somos muy tranquilas –aunque yo soy más rock and roll– y buenas: nos gusta llevarnos bien con la gente y no pelearnos con nadie. Somos muy pacíficas.

–¿Qué influencia tiene la serie en los adolescentes y en los niños? 

–Seguramente muy positiva. El mensaje es: seguid los sueños. Los personajes son variados: el bailarín, el actor, el cantante... y cada uno busca su camino y actúa en base a su propio carácter, pero con humildad. No hay competitividad entre nosotros y nadie sueña con ser una estrella –excepto Ludmila, la mala–. Deja un mensaje de amistad, de unión...

–¿Cómo es su relación con Martina Stoessel (Violetta)? Ella tiene solo 17 años y usted 24, pero no se nota esa diferencia de edad... 

–No se nota, no. Ella es la más chiquita, pero es muy exuberante. Nos llevamos bien .Y nos vemos fuera. No nos cansamos de hacerlo. También porque son las únicas personas que conozco en Argentina. El sábado por la noche salgo con ellos.

–¿Qué recuerdos tiene de la gira con sus compañeros de Violetta? 

–De todo tipo. Terminamos de grabar la segunda temporada y estuvimos siete meses dando vueltas: dos meses en Buenos Aires, toda Latinoamérica... y España.

–¿Teme que la serie le encasille? 

–No. Creo que me ha ayudado y me ayudará un montón. Pero yo tengo muy claro lo que quiero hacer.

–¿El disco en solitario que ha publicado, ‘Universo’, por ejemplo? 

–Siempre deseé grabar un disco. Desde chiquita estudié música. Luego vinieron el baile y la interpretación, pero mi amor es la música. Este disco es un comienzo. Y fíjate que el nombre que aparece es Lodovica, no Francesca. Tengo claras las ideas, y no tengo miedo.

–En la canción ‘Otro día más’ dice que quiere volar. ¿Eso desea? ¿Llegaremos a ver a una Lodovica más gamberra?¿Gamberra? 

-Más atrevida, vamos. 

–Quizá, pero siempre con estilo, con dignidad. Por si piensas en lo que creo. Te veo por dónde vas [ríe].

–Sí, vale, pensaba en Miley Cyrus, que también fue 'chica Disney'. 

–Entiendo que uno quiera despegarse de la imagen Disney, cambiar de 'target' y que evolucione su estilo y su música. Pero manteniendo sus principios. Aunque, bueno, cada uno hace su carrera como quiere.

–Con lo que está viviendo, ¿qué sueño le queda aún por cumplir? 

–Mi disco es mi sueño. Seguir con la música, que es lo único que me importa realmente. Sacar más discos, proponer cosas mías. Tocar. Todo lo que tenga que ver con la música.

–¿Qué ofrece en este disco? 

–Muchos estilos para todos los gustos. Hay canciones más lentas, baladas, temas para bailar, otros más rockeros... Me he expresado a 360 grados. Y el hilo común que tocan todas las canciones es un mensaje que quiero dejar y que me representa muchísimo. Porque, cuando miro hacia atrás, veo a una chica con muchos sueños, con muchos deseos, con muchas ganas de hacer...

–¿Qué le diría a los chicos españoles, tan desnortados? 

–Que yo me he esforzado y algo he obtenido por ello. Lo que diría a los chicos es que no hay que rendirse; que hay que estudiar trabajar y tratar siempre de ser los mejores. En cualquier cosa que quieras hacer, ya seas tenista, cantante o profesor, hay que poner siempre pasión.

–¿Les falta ese ingrediente? 

–Siento que los chicos ahora están muy perdidos, sobre todo porque el futuro que los adultos les prometen no lo ven claro. Por lo que es muy importante estudiar mucho. Ya que si siembras 100, recogerás 10, 20... o lo que sea, pero algo recoges.