LA PASIÓN POR LAS LETRAS DE UN HOMBRE DE ACCIÓN

Palabras de un policía

El inspector jefe de la policía Luis Esteban Lezáun, fotografiado el lunes en la Zona Franca, en su último día al frente del grupo de élite de los GOES.

El inspector jefe de la policía Luis Esteban Lezáun, fotografiado el lunes en la Zona Franca, en su último día al frente del grupo de élite de los GOES. / periodico

MAYKA NAVARRO

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No responde mejor el que más sabe, sino el que consigue controlar mejor el estrés, los nervios y la tensión de estar ante una cámara de televisión en un programa que quizá vean más de tres millones de telespectadores. El inspector jefe del Cuerpo Nacional de Policía Luis Esteban Lezáun sabe mucho de autocontrol, de mantener la calma, de no perder los nervios, de estar tan seguro de sí mismo que a menudo arriesga su vida y la de sus compañeros en operaciones especiales. Hasta el lunes, era el responsable de los Grupos Operativos Especiales de Seguridad (GOES) de Catalunya, una unidad policial de élite que en los últimos 10 años ha detenido a numerosos delincuentes y asesinos.

Ese mismo tesón y sangre fría empleados para arrestar a criminales peligrosos le ayudaron en octubre del pasado año a permanecer imbatible durante 30 programas dePasapalabra,uno de los espacios estrella de Tele 5, en el que el inspector jefe ha estado varias veces a solo dos preguntas de llevarse el millonario rosco.

Lector compulsivo, este zaragozano de 41 años y padre de Luana, se animó a escribir hace dos años. La culpa fue de Fátima, su mujer, que le convenció para que perdiera la vergüenza, agarrara un bolígrafo y empezara a dar forma a todas las aventuras que le rondaban en la cabeza.«Todo buen lector tiene la espinita de narrar su propia historia. Y eso hice».

Una trama policial

El resultado esEl inspector que ordeñaba vacas, una novela con mucho trazo autobiográfico en la que el inspector jefe del CNP y responsable de la Sección de Estupefacientes de la Brigada Judicial de Barcelona, Ignacio Azcona, desarticula una sórdida red de prostitución infantil en la que están involucrados mandos policiales, el delegado del Gobierno y hasta un juez. La investigación discurre en paralelo con varios episodios de angustia y estrés que Azcona gestiona gracias a las terapias que le proporcionan un consejo de sabios que semanalmente le reciben y ayudan a mejorar su vida.

La novela desvela con realismo los métodos de trabajo de un policía de nuestros tiempos, con la presencia del controvertido papel del confidente y en escenarios de la Barcelona de hoy. Tensión e intriga garantizada con una parte psicológica y espiritual que es casi un pequeño manual de autoayuda que, hoy en día, Esteban Lezáun continúa poniendo en práctica en su propia vida.

Hasta el lunes, el inspector jefe mandaba en los GOES, desde esta semana es el nuevo responsable de la comisaría de Manacor, en Palma de Mallorca. Un nuevo reto que le permite desvelar ahora que ese maño alto y musculoso de rostro serio que nunca reveló enPasapalabra a qué se dedicaba, en realidad alternaba los programas de televisión con la literatura y con la búsqueda de delincuentes.

«Como nunca llegué a imaginar que podía durar tantos programas, pues tampoco me planteé si el hecho de que me conocieran por la televisión se podía convertir en algún problema para mi trabajo»,reconoce el inspector jefe. Pero alguna anécdota ya tiene. Como el día que, mientras vigilaba a unos sospechosos en un bar, un cliente se le acercó para felicitarle y cerciorarse de si era el concursante de Pasapalabra.«Le iba diciendo que no con un ojo, mientras que con el otro no perdía detalle del objetivo. Me parece que no me creyó».

Nunca se ha preparado para concursar. Siempre lee junto a un diccionario. Reconoce que para concursar enPasapalabra hubiera sido bueno hacer algún que otro crucigrama.«Desde casa es muy fácil responder. El plató es otra dimensión»,cuenta. Recuerda una palabra del rosco.«Con la B, filete de carne que se hace a la parrilla». Luis Esteban Lezáun respondió«barbacoa». Era«bistec».