Un beso de risa

fue como una final de Champions entre el Barça y el Madrid. Y sí, parecía que ahí se jugaba un título, porque era el último programa de la novena temporada deTelemonegal, había público en las gradas esperando goles y quizás alguna que otra entrada dura, en el mismo plató estaba el césped deLa porteria, y la mesa del Jo què séde Flavià, otros programas de BTV, y la rivalidad entre los contendientes era mayúscula. Ríanse de Guardiola y Mourinho. La tensión se palpaba en la mesa que compartían, a su pesar, presentador e invitado, pero también entre el público; era un día especial y había mucha gente en el plató (los que se tuvieron que sentar en el rincón del programa deportivo no tocaron el balón).

Las gradas estaban congeladas a pesar de lo caliente delpartido. Algún trago de agua y poco más. Antes de empezar el duelo, Sardà intentó arrancar alguna sonrisa entre los espectadores en directo. «Este hombre me ha pegado hasta en el carnet de identidad», bromeó en serio. Pero en cuanto se encendió el piloto rojo de la cámara, se congelaron las muecas. «No me has dejado vivir, eres un pesado», «Tú no haces análisis televisivo ni puñetas»... «Usted en televisión no era nadie», respondía Monegal. ¿Se imaginan un «usted en el fútbol no era nadie» lanzada por Mou o por Pep? Se habría incendiado el estadio. Pero el plató seguía paralizado la batalla que libraban los contendientes.

Antes de irse alvestuario, Sardà se despidió del público: «¿Lo habéis pasado bien?». Y entonces, elestadio, liberado, gritó que sí. En lagrada, Diego Arza hizo suminicrónica: «Ha sido impactante, y ha habido más juego que en un Barça-Madrid».