tú y yo somos tres
Un testículo regio
Ferran Monegal
Crítico de televisión
Ferran Monegal
FERRAN MONEGAL
Dado queJaime Peñafieles criatura en la nómina de Tele 5, cadena en la que sale habitualmente en varios programas,La noriale ha dedicado una pintoresca sesión para publicitar el libro que acaba de escribir, tituladoEl Rey no abdica. ¡Ah! Hemos pasado un rato muy entretenido, jocoso en muchos instantes, porquePeñafielcultiva, sobre la monarquía, un tipo de periodismo que roza la comedia de humor más hilarante. Básicamente, el objeto de este libro, y la intención de su autor, parece que es alertarnos de que una camarilla está maquinando una conspiración, una conjura, para que elRey abdique en favor delPríncipe. YPeñafiel, sin dar ningún nombre de los que conforman esta trama, sí que nos advertía acerca de los que saldrían beneficiados:«Letizia ha anulado al Príncipe. Letizia es la consorte, pero parece la titular». O sea, siguePeñafielmanteniendo aLetizia como centro, como diana, de sus proyectiles, lo cual no constituye ya ninguna novedad. No obstante, la entrevista fue derivando poco a poco hacia otros derroteros, y en un momento dado, especulando sobre la salud delRey,Peñafieladvirtió de que el expediente médico del Monarca, de 116 páginas, ha sido robado y que ha llegado a sus manos. Y que allí se señala que«¡Le amputaron un testículo!»Y añadió, dando detalles:«Fue a raíz de la caída que sufrió en la estación de esquí de Gstaad. Se le clavó el teléfono que llevaba, que entonces eran unos enormes artefactos, y le tuvieron que amputar un testículo»¡Ahhh! Como pueden comprender, el tema del regio testículo levantó una excitación tan surrelista como colosal. Y hubo tal recalentamiento ambiental que el propioPeñafiel, viendo que aquello adquiría tintes de tragicomedia testicular, tuvo que suavizar la situación exclamando:«Bueno, a mí me falta un riñón y vivo como un rey». Pero claro, el cacao ya había adquirido dimensiones bárbaras. Hombre, cabe preguntarse qué legitimidad tiene un medio de comunicación para hurgar, escarbar y publicitar el expediente médico de nadie, y menos aún si ha sido robado. Pongamos ejemplos inventados: queRajoytuviese fimosis, o queZapaterotuviera el pene en forma de bumerán. ¿Tiene esto alguna relevancia en el análisis de su trabajo político-social? Estas intromisiones televisadas en la vida estrictamente privada frivolizan, pervierten y enmascaran los análisis serios sobre el trabajo de nuestros gobernantes.
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