Investigación

“Vete al camarote de la bióloga, que está durmiendo y no se entera”

Decenas de mujeres relatan a Prensa Ibérica y en redes sociales situaciones de acoso a bordo de oceanográficos del CSIC. “Me desperté con su cara encima”

Oceanográfico “Ángeles Alvariño”, amarrado en el puerto de Vigo.

Oceanográfico “Ángeles Alvariño”, amarrado en el puerto de Vigo. / ALBA VILLAR

Lara Graña

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Los camarotes no deben cerrarse con pestillo por dentro. No es lo recomendable. Nuria (nombre ficticio) lo sabía muy bien, pero empezó a hacerlo después de despertarse una noche con “la cara de un tío encima de la mía”. Trabajaban a bordo de un buque del Instituto Español de Oceanografía (IEO), los dos como tripulantes. Por supuesto, él no había sido invitado. “Yo conozco a muchas, a un montón de chicas, que han pasado por situaciones de acoso, dice al teléfono. Ella misma ha escuchado “reivindicar el derecho a conquistar a una compañera del barco”, o decir “¿qué más te da si no estás con nadie?”. “Te voy a comer el coño”. “Tienes que ir donde la bióloga, que está durmiendo y no se entera”. “Esa va salida como una perra, chillando por todos lados. Lo que necesita es un buen pollazo”. A Nuria se le ocurren más y más conforme va hablando.

Y éstas son las que conoce que hayan sucedido –o sufrido ella misma– dentro de un barco. Y de un barco adscrito, además, al Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), la mayor institución investigadora de España. Pública.

Este periódico abordó por primera vez denuncias por casos de acoso en esta institución el pasado mes de septiembre, tras la desaparición de Carmen Fernández, una canguesa de 43 años que era camarera en el oceanográfico García del Cid. El mismo donde denunció haber sufrido una agresión sexual y al que había pedido no volver. Embarcó un 4 de septiembre en Barcelona –donde la familia sostiene que coincidió con el denunciado– y en la mañana del 10 ya faltaba. Dejó escrito en una libreta: “Nadie hace nada. Si no me encontráis, me tiré por la borda. Os quiero mucho”. Tenía tres hijos.

Fue a raíz de su desaparición cuando la plantilla del CSIC avivó en redes sociales las denuncias por acoso o abuso sexual con el hashtag #MeTooCSIC, utilizando la misma expresión que emergió contra el depredador sexual Harvey Weinstein, afamadísimo productor de cine de Hollywood.

Con ese #MeTooCSIC están describiendo más situaciones a bordo. “Una compañera tuvo que darle una hostia a un compañero a bordo porque la sobaba. Desde entonces es la borde”. Con todo, continúa Nuria, “la gente tiene miedo a las represalias, porque si no se tramitan las denuncias tienes que volver a verlo. O trabajar con quienes normalizan actitudes de este tipo”. Cree Lucía (nombre también ficticio) que, “por más que duela decirlo, han alcanzado hasta un punto de desinhibición”. ¿La desaparición de Carmen Fernández, en sus circunstancias, ha rebajado estos comportamientos? “No, no ha ido a menos. Estas personas actúan como si no hubiese pasado nada”.

El caso de esta tripulante de Cangas –estuvo dos años de baja después de denunciar la agresión sexual– no fue, ni mucho menos, el único. El propio CSIC ha admitido que tramitó, solo entre 2019 y 2023, 12 denuncias por acoso o abuso sexual. “Hubo 12 denuncias formales y 12 activaciones del protocolo, admitiéndose a trámite siete”, expone la respuesta formal, que entró el pasado 12 de marzo por registro en la Cámara alta, a una interpelación de la senadora nacionalista gallega Carme da Silva. De esos casos, cinco terminaron en la apertura de un expediente disciplinario en contra del denunciado, con tres sanciones. No constan despidos. Con todo, la diputada de ERC Pilar Valluguera ha elevado las denuncias hasta la veintena, en una intervención parlamentaria en la que emplazó a la ministra de Ciencia, Diana Morant, a trabajar con unidad de acción para frenar este escándalo.

Las empleadas consultadas por Faro de Vigo, del mismo grupo editorial, desconocen, por el momento, el estado del “nuevo protocolo específico” que Morant anunció para la flota del CSIC, en el que dijo que la institución lleva trabajando desde julio del año pasado.

Mientras tanto.

“Tápate más, que vaya tetas tienes”. “Cómo coño se hace para ligar con vosotras ahora, si no se os puede hacer nada”. “Si va provocando, con esos pantalones se le marca todo”.

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“Para el CSIC la formación en materia de igualdad de género y prevención del acoso sexual es un pilar básico en la prevención y lleva diez años incluyendo cursos a todo el personal que sensibilizan sobre cómo identificar el acoso, solicitar apoyo confidencial o cómo y a quién denunciarlo”. Es parte de una respuesta del Gobierno a una interpelación por escrito de la diputada Pilar Valluguera (ERC), del pasado 28 de febrero.

Continúa así: “En el año 2022 se impartieron ocho cursos sobre igualdad, un total de 187 horas a 295 alumnos”. El Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), del que ahora depende también orgánicamente el Instituto Español de Oceanografía (IEO), cuenta con una plantilla de casi 14.000 personas, según las cifras expresadas por su propia presidenta, Eloísa del Pino.

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