Crisis en el cuerpo de emergencias

Los Bombers solo se la jugarán con equipos de aire averiados si hay personas atrapadas

Hasta que pueda arreglarse la problemática generalizada de los ERA, los mandos ordenan esperar a que se disponga de efectivos de auxilio antes de entrar en edificios en llamas o en ambientes tóxicos 

La medida refuerza la autoprotección pero acrecienta la sensación de desconcierto dado que a menudo no se sabe con certeza si hay o no víctimas en los siniestros

Incendio Gavà

Incendio Gavà / Bombers de la Generalitat

Guillem Sánchez

Guillem Sánchez

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La crisis de los Equipos de Respiración Autónoma (ERA) de los Bombers de la Generalitat destapada por EL PERIÓDICO ha obligado a los mandos del cuerpo de emergencias catalán a elevar las medidas de autoprotección de las cerca de 5.000 personas que forman el tejido profesional y voluntario que integra su servicio de protección civil en Catalunya.

El miedo a que el funcionamiento anómalo que muestran desde hace meses estos equipos de aire pueda acabar provocando un accidente se ha acrecentado todavía más después del último peritaje del principal fabricante con el que operan, Dräger, que en su informe ha indicado que podría interrumpirse el suministro de aire. En otras palabras: están expuestos a quedarse sin oxígeno mientras trabajan en un fuego. Nueves meses después del primer incidente registrado, nadie ha sido capaz de averiguar por qué fallan los equipos ni tampoco de evitar que fallen. La consecuencia del despropósito es que la capacidad de respuesta de los Bombers ha tenido que recortarse sustancialmente hasta nueva orden.

Según la instrucción que la jefatura de Bombers ha trasladado a los parques, las actuaciones de riesgo en edificios en llamas o en atmósferas tóxicas solo deben llevarse a cabo con urgencia si se sabe con certeza que se trata de un siniestro con personas atrapadas en su interior. Para el resto de situaciones, las órdenes son esperar a que haya frente al siniestro suficientes efectivos antes de hacer cualquier incursión para extremar las precauciones.

Vida o muerte

Según estas instrucciones, a las que ha tenido acceso EL PERIÓDICO, no deben “abordarse maniobras operativas de alto riesgo” si no hay víctimas implicadas en el siniestro. Cualquier intervención que implica el uso de equipos de respiración –si debe accederse a un incendio de interior o a un ambiente tóxico– debe posponerse hasta que frente al lugar se disponga de suficientes efectivos para montar un control de acceso en la entrada y predisponer a dos bomberos suplementarios encargados de entrar y auxiliar a los compañeros en caso de necesidad. 

Las palabras exactas del documento no entran en si no ha podido implementarse "el CACE nivel 1 y equipo SOS". El CACE en nivel 1 significa que debe montarse frente a la entrada del siniestro un cuadro de control y designar un responsable para medir el tiempo que lleva cada bombero en el interior del servicio. Esta precaución, sin embargo, no debe respetarse si consta que hay una persona atrapada en el interior. Entonces sí podrán llevarse a cabo “maniobras inmediatas de rescate y salvamento de personas”, remarca la instrucción. El último punto del apartado "limitación de maniobras operativas" subraya que los binomios deben ser "indivisibles". Esto es que los bomberos entrarán por parejas y esta unión se mantendrá hasta que se abandone el siniestro.

El informe de Dräger

El documento comienza recordando que “desde hace meses” se ha detectado un funcionamiento anómalo en los Equipos de Respiración Autónoma (ERA). Prosigue aclarando que la explicación más plausible a esta problemática generalizada es que se haya introducido "aire húmedo en algunas botellas de aire" y que esta humedad, en contacto con el frío que provoca la liberación del aire comprimido, esté congelando el manómetro –tanto digital como analógico–. Hasta el último peritaje que Dräger efectuó a dos equipos en los que se había bloqueado el manómetro –el instrumento que mide el consumo del bombero durante una intervención– se creía que el suministro de aire no estaba afectado por la avería.

Era un problema grave porque si el bombero se fiaba de un manómetro que se había congelado podría alargar equivocadamente una intervención y acabar viéndose sorprendido fatalmente por el final del oxígeno. Pero la reciente advertencia de Dräger, notificada la semana pasada, es más alarmista ya que también avisa de que la mala calidad del aire insuflado en las botellas no solo puede bloquear el manómetro, también puede interrumpir el suministro de oxígeno. Las conclusiones de este fabricante añadían asimismo que el aire analizado en las botellas de ambos equipos no cumplía con la calidad estipulada y que podía ser también perjudicial para la salud del bombero. Es decir, los equipos que usan los bomberos actualmente contienen aire dañino, convierten el manómetro en una trampa y además pueden dejar de abastecer de oxígeno.

"¿Y si no sabemos si hay alguien atrapado?

Los sindicatos UGT, CCOO, CATAC y CSIF han solicitado al 'conseller' de Interior, Joan Ignasi Elena, que paralice todos los ERA hasta que pueda resolverse un asunto que consideran supone un grave riesgo para la integridad de los bomberos. Pero hasta la fecha, el departamento ha respondido –también a través de la citada instrucción remitida a los jefes de los parques– que se está trabajando para resolver la situación pero remarcando que no es posible retirar todos los equipos ERA porque ello supondría detener el servicio asistencial.

Las nuevas instrucciones de autoprotección han acrecentado la sensación de desconcierto que se ha apoderado del cuerpo de emergencias. El portavoz de UGT, Antonio del Río, se pregunta cómo deben actuar cuando no sepan si dentro de una casa en llamas hay personas o no atrapadas. Esa situación es algo frecuente, recuerda. "No solo en domicilios, actualmente una fábrica o una nave abandonadas también pueden estar ocupadas. Hasta que no entramos, no sabemos si había alguien o no". Uno de los bomberos, aficionado al cómic, ha expresado el sentir general del cuerpo en sus dibujos. "¿Qué se entiende por acciones inmediatas", se pregunta una de las viñetas.

Viñeta dibujada por un bombero de la Generalitat.

Viñeta dibujada por un bombero de la Generalitat. / Bombero de la Generalitat.

La muerte de Joan Liébana

El 17 de junio de 2021 falleció un bombero del parque de Vilanova i la Geltrú en un incendio que se declaró en un taller del mismo municipio. En aquel servicio, la víctima, Joan Liébana, usó un equipo de respiración autónoma que Dräger –el fabricante– considera obsoleto y que además no disponía del llamado 'dispositivo de hombre muerto', una alarma que avisa en caso de que el trabajador sufra un accidente y deje de moverse. Para apagar aquel incendio entraron cinco bomberos –Joan era uno de ellos– pero solo salieron cuatro. Nadie se percató de que Joan seguía dentro. Transcurrió una hora hasta que, realizando tareas de ventilación con el fuego ya apagado, otros bomberos se toparon con el cuerpo de Joan ya sin vida. Por este accidente, hay dos bomberos imputados en un juzgado de Vilanova i al Geltrú, que deberá aclarar si existió o no responsabilidad penal por parte de ambos. Al margen del desenlace judicial que corra la investigación de la muerte de Joan, en aquel siniestro se actuó con equipos de aire en pésimo estado y no se tomó ninguna precaución de control de acceso ni se contó con compañeros preparados para auxiliar en caso de necesidad. Y no había a nadie a quien rescatar en aquel taller. Eran llamas que no rodeaban a ninguna persona atrapada.

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