SIN CULPABLES EN EL CASO DE IVECO

La jueza cierra el caso de la mujer que se suicidó tras difundirse vídeos sexuales en su trabajo

Trabajadores de Iveco vuelven a concentrarse en repulsa por la muerte de su compañera

Trabajadores de Iveco, durante una concentración por la muerte de su compañera, en mayo de 2019. / periodico

Luis Rendueles/ Vanesa Lozano

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Tenía 32 años y era madre de dos niños, de nueve meses y cuatro años. Se quitó la vida en su casa el 25 de mayo de 2019, cinco días después de que empezaran a difundirse por whatsapp cinco fragmentos de un vídeo sexual suyo entre buena parte de los 2.500 empleados de la planta de Iveco donde trabajaba. Tras su muerte, hace ahora un año, se abrió una investigación, pero el juzgado de lo penal número 5 de Alcalá de Henares (Madrid) ha sobreseído provisionalmente el caso sin encontrar culpables, según ha podido saber EL PERIÓDICO.

La Policía Nacional y la fiscal de Criminalidad Informática Elvira Tejada<strong> investigaron la filtración de las imágenes</strong>, que la mujer había enviado años atrás a un antiguo novio y compañero de trabajo en la fábrica de camiones CNH Industrial. Los agentes tomaron declaración al hombre y a otros compañeros de la víctima que recibieron en sus teléfonos móviles los vídeos sexuales de la mujer, pero sus pesquisas no han permitido identificar al responsable de la primera publicación, la primera persona que envió los vídeos la primavera del pasado año. Tampoco pudieron acreditar con exactitud cuántas personas lo vieron (al menos varios cientos, según fuentes de la investigación) y compartieron una vez que se había propagado de forma viral por varios grupos de whatsapp.

Delito contra la intimidad

Los investigadores tampoco encontraron  pruebas de que alguien intentara chantajear a la mujer con esas imágenes. Sin delito y sin acusados, la magistrada Ana María Gallegos ha decidido cerrar el asunto. "Es frustrante, pero la ley española dice que para investigar un supuesto delito contra la intimidad la víctima debe haber presentado una denuncia, algo que la empleada de Iveco no llegó a hacer. Sin su denuncia y sin indicios de que fuera víctima de una extorsión, todo es muy complicado", explican fuentes de la investigación a EL PERIÓDICO. El padre de la fallecida, que está personado como acusación particular en el procedimiento, podría presentar un recurso contra la decisión de la jueza, dado que el sobreseimiento no es definitivo.

Ahora queda pendiente de resolverse la investigación que la Inspección de Trabajo abrió después de que <strong>CCOO Industria de Madrid</strong> presentara una denuncia contra Iveco España "porque no aplicó el protocolo de acoso ni cumplió con la ley de prevención de riegos laborales, a pesar de tener conocimiento por la propia víctima de lo que estaba ocurriendo".

Según consta en la denuncia del sindicato, a la que este diario ha tenido acceso, dos días antes de suicidarse la mujer se reunió con "la dirección de Recursos Humanos" de su empresa "para abrir el protocolo de prevención de acoso sexual de manera informal".

Sin su consentimiento

En aquella reunión, celebrada el 23 de mayo de 2019 y en la que estuvieron presentes la delegada de Igualdad y otros representantes de CCOO, la empleada comunicó a la empresa, "de forma verbal", que "se estaba visionando y reenviando sin su consentimiento un vídeo íntimo y de carácter sexual por distintos grupos de whatsapp en el entorno laboral".

"Algunos compañeros acudieron a su puesto en la fábrica para comprobar si ella era la que salía en los vídeos", recuerda una trabajadora

La denuncia recoge cómo la mujer contó a los responsables de la compañía que estaba pasándolo muy mal, mencionando expresamente la "situación de acoso y la vergüenza" que estaba sufriendo y trasladándoles "la desesperación" en la que se encontraba. "Ella estaba destinada en la planta de producción, donde la mayoría de empleados son hombresSe sentía señalada por sus compañeros e incluso por empleados de otras secciones que aquellos días acudieron a su puesto de trabajo para verla y comprobar si ella era la protagonista de los vídeos que les habían reenviado", afirman a EL PERIÓDICO una de las personas que trató de ayudarla en esos días.

Por la escalera de emergencias

Los rumores en su entorno laboral y la presión que provocaron sobre la víctima llevaron incluso a tomar medidas especiales para protegerla a la hora de celebrar aquella reunión. "Se decidió que ella subiera a la sala donde iba a producirse por las escaleras de emergencia y entrara a la reunión separada de los delegados sindicales, para evitar que hubiera más comentarios", recuerdan desde CCOO. Y aseguran: "Ella le decía al gerente, sin dejar de llorar: Parad esto, parad esto". En aquellos días, una de sus compañeras afirma que "hubo empleados que le gritaron cosas, otros que hicieron comentarios en grupos de whatsapp… Ella no quería denunciar a la policía, pensaba que aún sería peor. Veía que era imposible pararlo, nos decía: lo va a saber toda la planta". La difusión de los vídeos se iba acercando a su círculo más íntimo. Incluso su cuñada trabajaba allí. Su angustia iba creciendo.

La empresa, según apuntan estas mismas fuentes, "le recomendó que denunciara el asunto en una comisaría". Durante las investigaciones, los responsables de la planta de IVECO argumentaron que no está permitido el uso de teléfono móvil en el trabajo. Se trataba, según  su criterio, de un problema personal, no laboral. Explicaron que la mujer nunca pidió que se aplicara el  protocolo previsto para casos de acoso y, además, ofrecieron a la víctima un  cambio de turno horario en el trabajo que ella aceptó el viernes 24 de mayo del año pasado.

"Nos contó que le habían ofrecido cambiarla de departamento, moverla a un puesto más apartado y menos visible. También le plantearon un cambio de turno, ella iba rotando entre el horario de mañana y el de tarde, pero cuando fue madre por segunda vez pidió que la dejaran fija en el primero, para conciliar y, un día antes de su muerte, se lo concedieron", recuerda su compañera. Aquel viernes 24 de mayo de 2019 fue la última vez que la vieron en la fábrica. "Cuando me llamó, estaba hecha polvo y tenía dudas de si debía haber aceptado la propuesta de la empresa. Me dijo: no sé si he hecho bien. Ese día se marchó del trabajo antes de tiempo, estaba mal;  al día siguiente, se quitó la vida", añade. No dejó ninguna nota.

Riesgo psicosocial

En la denuncia de CCOO a Inspección de Trabajo, que sigue pendiente de resolución, concluyen que: "Lo que le ha pasado a la trabajadora es consecuencia del acoso que estaba sufriendo en el ambiente laboral. La falta de medidas preventivas ante el riesgo psicosocial que estaba sufriendo, la no evaluación de dicho riesgo, ha resultado desgraciadamente con la muerte de la empleada".

Desde el sindicato lamentan que "nadie en la empresa intentara frenar la difusión de aquellos vídeos, hubiera bastado con enviar un mensaje en alguno de esos grupos de whatsapp alertando de que reenviarlos era un delito. Pero no la protegieron". En marzo de 2012, siete años antes de su muerte, la mujer describía así su entorno de trabajo, en una revista llamada A pie de línea: "Trabajar con compañeros agradables hace que se te pase el día más ameno, aunque en Iveco estamos en una situación difícil por las distintas regulaciones que estamos padeciendo por la crisis tan prolongada que estamos sufriendo, pero tenemos suerte ya que seguimos trabajando y mejorando".

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