MARTA DEL CASTILLO

Diez años después del asesinato de Marta del Castillo, el puzzle sigue sin encajar

Varios centenares de amigos y vecinos de Marta del Castillo en una concentración.

Varios centenares de amigos y vecinos de Marta del Castillo en una concentración. / periodico

Julia Camacho

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Diez años después de su desaparición, el paradero de la joven sevillana Marta del Castillo sigue siendo una incógnita irresoluble debido al muro de silencio que los cinco implicados en el caso, la mayoría absueltos posteriormente, mantienen desde entonces. Silencio pero también mentiras, dado que el único condenado por su asesinato, Miguel Carcaño, siguió jugando a dar pistas falsas y mentiras una vez condenado, tal vez debido a ese egocentrismo que los psicólogos y abogados que le defendieron le atribuyen. Pero no es la única duda sobre el caso, lo que ha motivado que transcurrida una década la familia haya iniciado una campaña pública para reclamar una repetición del juicio alegando "mala praxis".

Marta, una joven de 17 años, la mayor de tres hermanas, desapareció la tarde del 24 de enero de 2009. Había quedado con un amigo, Miguel Carcaño, con quien al parecer había mantenido un breve noviazgo. Se despidió de su madre y salió a la calle. Allí se le perdió la pista, aunque las distintas versiones ofrecidas por el propio Carcaño, asesino confeso, a duras penas han permitido reconstruir sus últimas horas. El relato al que juez dió validez en su sentencia pasa porque la joven estuvo con él y con un amigo común, Javier Delgado, más conocido como El Cuco, con 14 años en aquella época. Miguel y Marta acabaron en la casa que el chico compartía con su hermanastro, donde mantuvieron una fuerte discusión. Él la agredió con un pesado cenicero de cristal en la cabeza, matándola en el acto, y poco después se deshizo del cuerpo.

Maraña de mentiras

Hasta aquí, la verdad que impuso la justicia. Antes de llegar a ese punto, Miguel también contó que la agredió con un cable; dijo que la violó, aunque luego se desdijo; que todo ocurrió en compañía de El Cuco, luego que actuó solo. También apuntó a su hermano, Javier Delgado, como autor material de la muerte, asegurando incluso que la golpeó accidentalmente con la culata de su pistola (era vigilante de seguridad). La forma en la que se deshizo del cuerpo, y donde, también trajo de cabeza a las fuerzas de seguridad: actuó en compañía de sus amigos Samuel Benítez y El Cuco, y luego solo; arrojándola al río, que más tarde pasó a ser en un contenedor de basura. Al final, simplemente se limitó a ayudar a su hermano a arrojarla a una zanja en una carretera apartada y taparla con cal viva. Pero los intensos y continuos rastreos en todos los puntos que fue indicando a lo largo de los años, incluso cuando ya cumplía condena en prisión y no tenía nada que perder, y que costaron cerca de 600.0000 euros a las arcas del estado, resultaron infructuosos. El padre de Marta, Antonio del Castillo, contó en 2017 que se reunió con Carcaño en prisión para pedirle alguna pista, a cambio de dinero si era preciso, y el chico se limitó a decir que "no le compensaba". 

Único condenado

Carcaño es el único condenado por el asesinato de la joven. El Tribunal Supremo confirmó su condena a 21 años de cárcel, y aunque ya ha cumplido parte de la misma, todos los permisos penitenciarios le han sido denegados, en parte por esa falta de colaboración para resolver el enigma. El resto de encausados, a los que se acusaba de encubrimiento, fueron absueltos: su amigo Samuel, su hermanastro Javier Delgado y la entonces novia de éste, María García, que la noche del 24 de enero durmió supuestamente en el piso donde se había quedado a estudiar y no vio ni oyó nada. Todos han rehecho su vida y viven lejos de los focos y ajenos a cualquier presión mediática. Por su parte, Javier García El Cuco, sí cumplió condena, pero solo por encubrimiento. Juzgado como menor, su sentencia consideró que ayudó a Miguel y a una "tercera persona no identificada" a deshacerse del cuerpo. Pero esa aseveración no fue tenida en cuenta en el juicio a Carcaño.

Por ésta y otras contradicciones entre ambas sentencias, como la hora en la que supuestamente Carcaño abandonó la casa con el cadáver de Marta o el modo en el que lo hizo, o incluso quienes estaban en la vivienda de Miguel cuando el menor llegó (El Cuco dijo que llegó allí estaba también Delgado), la familia pide ahora la repetición del juicio. Alegan además que la búsqueda de la chica tardó tiempo en activarse, dado que fue considerada una fuga voluntaria en sus inicios, lo que dio tiempo a Carcaño y sus amigos para organizarse y deshacerse de pruebas, como la limpieza con lejía que acometieron en la casa y de la que Antonio del Castillo se percató cuando acudió esa misma noche a la vivienda de Miguel. El primer sitio donde buscó a su hija. Por si acaso alguna vez alguno de los implicados cambia de opinión y deciden darle una tregua al tormento de los padres, el juzgado de Sevilla mantiene abierta las diligencias sobre el paradero del cuerpo.