DESAPARECIDA DESDE 2015

Más de 40 expertos y voluntarios se ofrecen para buscar a Caroline del Valle

Caroline del Valle

Caroline del Valle / periodico

Vanesa Lozano

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Voluntarios de protección civil, policías, empresas de geobúsqueda, técnicos de drones y arqueólogos. Estos son los perfiles profesionales de las personas que se han ofrecido a ayudar a la familia de Caroline del Valle, la adolescente de 14 años que desapareció el 14 de marzo del 2015 frente a la discoteca Bora Bora de la Zona Hermética de Sabadell. Desde que EL PERIÓDICO anunció la decisión de la familia de la chica de buscar su cadáver por su cuenta tras el archivo judicial del caso hace un mes, el entorno de Caroline ha recibido decenas de llamadas y correos electrónicos de personas que quieren contribuir de alguna manera.

 La lista asciende ya a más de cuarenta personas, entre expertos y ciudadanos de a pie; casi todos residen o trabajan desde hace años en la Zona Hermética de Sabadell, por lo que, además de aportar su experiencia profesional y tecnología específica, conocen perfectamente el terreno. Al grupo se han unido agentes de la policía local de Sabadell que participaron en su día en el dispositivo de búsqueda organizado por los mossos d'esquadra y que han aportado a la familia cuadros de información relevantes para seleccionar o descartar determinadas localizaciones.

El equipo del criminólogo Félix Ríos, que colabora con la familia de Caroline, presentará en los próximos días al juzgado número 2 de Barcelona un informe para delimitar "nuevas zonas calientes" que inspeccionar, es decir, lugares que en su día fueron tenidos en cuenta o sí que fueron revisados, pero en los que una nueva búsqueda con determinada tecnología podría arrojar resultados diferentes. "La investigación realizada por los Mossos fue bastante completa, pero hay un momento en que llega a punto muerto:  admitieron que podría ser útil buscar a Caroline con un determinado tipo de tecnología, pero acotando primero mucho el terreno. Desgraciadamente, ese acotamiento nunca se hizo", apunta Ríos.

Marta del Castillo o Diana Quer

El objetivo del entorno de Caroline sigue siendo que, en base a la contundencia del nuevo informe, el juez considere acreditada la necesidad de emprender dicha búsqueda. Pero si no fuera así, el equipo del criminólogo, junto a esos voluntarios, tomarán "las riendas" y buscarán a la joven por su cuenta. En el punto de mira tienen varios solares y fincas privadas de Sabadell "que no se inspeccionaron en su día o no de forma exhaustiva o a la luz de las herramientas tecnológicas adecuadas". Y recurren a otros casos recientes a la hora de comparar los medios de búsqueda necesarios: "Creemos que este caso merece una secuencia de búsquedas tan importantes como la de Marta del Castillo o Diana Quer, sin escatimar en recursos o costos", apunta el criminólogo.

Mientras ultiman ese dossier sobre el que el juez tendrá que decidir, siguen trabajando para reclutar más colaboradores y también con el fin de recabar más datos: "En las próximas semanas lanzaremos a las redes sociales un vídeo que reconstruye los últimos momentos de la desaparición de Caroline y las búsquedas realizadas, a fin de recabar más información incluso de carácter anónimo, tal y como hemos realizado en otros casos", apunta Ríos.

Malas compañías

La madre de Caroline, Isabel Movilla, ya lleva tres años y medio sin su hija. El rastro de la chica se perdió el 14 de marzo de 2015 al salir de una discoteca con un grupo de amigos. Algunos, según la familia de la joven, eran "mala compañía". Varios de ellos también eran viejos conocidos de la policía. Aquella noche, a la salida del local, el grupo salió corriendo al ver una patrulla de los Mossos en la puerta. En ese momento se perdió el rastro de Caroline.

Para los Mossos, Justin, un chico de 17 años que acompañaba a la joven aquella noche, ha sido desde entonces el principal sospechoso. Justin y Caroline fueron los únicos del grupo que no aparecieron en la estación de Sabadell después de que se dispersaran; Justin llegó unas dos horas después solo y manchado de barro y dijo que había estado escondido de la policía. Por otro lado, durante esas dos horas, no usó su teléfono móvil para comunicarse con sus amigos. Sin embargo, no hay pruebas suficientes para incriminarle y, mucho menos, para acusarle de homicidio.