Perímetro controlado

Los bomberos dan por "estabilizado" el fuego de Martorell y Castellví de Rosanes

Vecinos de la Vall d'Aina señalan que el sospechoso identificado por los Agents Rurals como responsable del incendio hacía reformas con "una radial y una hormigonera"

Incendio forestal de Martorell y Castellví. Con la actuación de hidroaviones, helicopteros, agentes forestales, bomberos y mossos d'esquadra. Estado del incendio: controlado. Con algunos puntos calientes todavía. AUTOR: MANU MITRU.

Incendio forestal de Martorell y Castellví. Con la actuación de hidroaviones, helicopteros, agentes forestales, bomberos y mossos d'esquadra. Estado del incendio: controlado. Con algunos puntos calientes todavía. AUTOR: MANU MITRU. / Manu Mitru

Guillem Sánchez

Guillem Sánchez

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

Los Bombers de la Generalitat han dado por estabilizado el fuego de Martorell y de Castellví de Rosanes a las 22.00 horas de este miércoles. Tras más de 24 horas de actividad, el siniestro ha devorado un total de 200 hectáreas, se ha convertido en el más grave de este 2021 y ha obligado a evacuar a 52 vecinos que esta noche regresarán a sus casas.

Paralelamente, la investigación para averiguar cuál ha sido la causa, sigue estrechando el círculo sobre una casa en obras ubicada en la urbanización de Vall d’Aina. Las llamas comenzaron justo detrás de este domicilio en el que, según vecinos como Xavier Pla, un hombre estaba haciendo reformas. “Usaba la radial y la hormigonera todos los días de la semana, también sábados y domingo”, explica. La residencia del sospechoso se encuentra muy cerca de la masa forestal y ahora están prohibidos los trabajos que entrañen riesgo de fuego sin respetar la distancia de seguridad necesaria. Un juzgado instruye el caso y el individuo, ya identificado por los Mossos d’Esquadra, podría afrontar un proceso por un delito de incendio.  

“Ayer llegué a casa poco antes de las cuatro y a los pocos minutos oí una sirena. Me asomé y ya vi llegar al primer coche patrulla de los Mossos y el humo que salía desde justo de detrás de esa casa”, afirma convencido Pla. En pocos minutos, el fuego se desplazó hasta otra casa, la más afectada por el siniestro, en la que residen un anciano de 92 años y su hija. Ambos tuvieron que ser evacuados de urgencia por los policías. Un total de 52 vecinos, de Vall d’Aina y de la pròxima Can Sunyer, también fueron desalojados poco después y trasladados a tres hoteles de Sant Andreu de la Barca y de Sant Esteve Sesrovires.  

Los Agents Rurals consideran que la negligencia del hombre que trabajaba en las reformas de su domicilio ha provocado este incendio, que ha devorado más de 200 hectáreas de la Serra de l’Ataix. “Fuimos a avisarle de que había fuego justo detrás de su casa y salió sin camiseta a decirnos que se había dormido y que no se había enterado de nada. Después, cogió un coche y se marchó”, prosigue Pla, que tras contar lo que vivió a este diario ha informado a la policía local de Castellví de Rosanes. Uno de sus agentes, junto a otro de los Mossos, minutos después de esa escena, tuvieron que entrar en la residencia bajo sospecha para rescatar al perro que había dejado atrás el hombre investigado. “Y no fue nada fácil”, reitera el municipal. “El animal estaba asustado y necesitamos casi 15 minutos para forzar la puerta, cargarlo y trasladarlo para evitar que muriera por asfixia".

A pesar de los indicios que pesan sobre él, la investigación que debe dirimir si es o no responsable del siniestro será larga y todavía se encuentra en una fase muy inicial.

Bosques inflamables

La vegetación de la corona metropolitana presenta un estrés hídrico superior al de años anteriores, cuando la zona que revestía más peligro de incendio se encontraba en el sur del territorio: en Terres de l’Ebre y Tarragona. Actualmente, las muestras que han obtenido los Agents Rurals indican que las plantas que concentran menos agua están alrededor de Barcelona, en las comarcas del Baix Llobregat, Garraf, Vallès Occidental y Vallès Oriental. Se trata del lugar más poblado de Catalunya, que presenta una concentración elevadísima de urbanizaciones como las que de Castellví de Rosanes. Para avanzar, recordaba a este diario Xavier Castro, técnico del Servei de Prevenció d’Incendis Forestals de la Conselleria d’Acció Climàtica, las llamas necesitan evaporar todo el agua que concentra la masa verde. Cuanto más seca este, más rápido se propagan. Si a este estado de los bosques, se le suman vientos como la marinada o el de poniente que ayer martes por la tarde coincidieron en lo alto de la Serra de l’Ataix, el coctel se agrava.

Desde los Bombers de la Generalitat y la Conselleria de Interior se insiste en que el cambio climático hará cada vez más frecuentes los incendios forestales y se recuerda que huir a la desesperada de un fuego forestal dispara el riesgo de acabar siendo atrapado por las llamas, de sufrir un accidente a causa de la mala visibilidad que puede comportar el humo o taponar caminos que los camiones que acuden precisamente a combatirlas no puedan avanzar. “Las construcciones en Catalunya, si cumplen con las recomendaciones de no estar edificadas a menos de 25 metros de masa forestal, soportan el paso del fuego”, subrayaba Pep Pallàs, miembro del GRAF (Grup d’Actuacions Forestals) de los Bombers. 

Fuego perimetrado

Más de sesenta dotaciones de los Bombers han trabajado sin descanso contra un fuego que los ha enfrentado a episodios de riesgo debido a los diversos focos, una orografía complicada, un viento cambiante y la cercanía de núcleos habitados. Ha sido un aviso serio el que el bosque metropolitana ha dado a los ciudadanos. Lo saben mejor que nadie los 52 vecinos desalojados, que este miércoles seguían desde la ermita de Santa Madrona el avance de unas llamas que veían muy próximas a sus casas. Hasta allí, para endulzar la espera, se han acercado voluntarios a traer cafés, pastas y zumos. También el alcalde de Castellví de Rosanes, Adrià Camino, que teléfono en mano, confesaba que la capacidad de acción de su municipio, basto en extensión pero pequeño en cuanto a población –unos 2.000 habitantes–, era limitada ante siniestros de este calado. Aunque, por fortuna, y a pesar del daño ecológico que ha causado en la Serra de l'Ataix, este primer susto grave no ha costado ninguna vida ni pérdidas materiales importantes.