Los técnicos terminan la excavación del pozo vertical para llegar a Julen

El pozo vertical para llegar al niño Julen, finalizado

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Julia Camacho

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Casi dos días después de lo previsto, la máquina perforadora terminó en la tarde del lunes el túnel vertical paralelo al pozo de Totalán (Málaga) donde desde hace ya nueve días se encuentra Julen, el niño de dos años que se cayó accidentalmente. El presidente del Colegio de Ingenieros de Málaga y portavoz del dispositivo, Ángel García, confirmó que la cota de 60 metros se alcanzó en torno a las 20.30 horas, aunque no será hasta mediodía del martes, una vez asegurado el túnel, cuando los mineros expertos en rescate puedan empezar a cavar la galería horizontal que les debe conducir hasta el punto donde se cree que está el pequeño. [Sigue aquí las últimas noticias sobre el rescate de Julen]

Tras una jornada desalentadora, en la que la “extrema dureza” del material encontrado obligó a parar la máquina y cambiarle ciertas piezas debido al desgaste, el tramo final de cinco metros se pudo acometer con comodidad. “Fallamos en nuestras previsiones por las circunstancias extraordinarias”, justificó ante los medios el presidente del Consorcio de Bomberos de Málaga, Francisco Delgado, quien resaltó que el material encontrado en el camino “es tan duro que habitualmente se utiliza como balastro” para pavimento.

Por su parte, García reconoció que aunque han tardado 55 horas en concluir la galería, “pero nos encontramos satisfechos al tratarse de un trabajo en el que nos hemos encontrado materiales tan duros y difíciles de trabajar” y en el que además se debían extremar las cautelas para lograr que fuera completamente vertical. “Nos gustaría evidentemente que hubiese sido antes, pero la realidad de los materiales y la roca que hemos hallado ha sido realmente de extraordinaria dificultad”, insistió. Una zona de enorme complejidad geológica que ha ralentizado los esfuerzos para rescatar a Julen pese a que “con el paso de los días conocíamos ya el terreno y cada vez se juntaban más expertos y profesionales” para aportar ideas y solventar escollos.

Operación repasada "innumerables veces"

A partir de este momento, se iniciarán las labores de asentamiento del túnel con un encamisado o revestimiento con tubos de acero de seis metros de largo que hay que ir soldando. La complicación reside en la ubicación del tubo más profundo, el que tiene la ventana que orientará la excavación horizontal y que tiene que colocarse de forma exacta para permitir llegar al pozo. Cuando estos trabajos estén terminados, en un plazo de en torno a las 12 ó 14 horas, empezará a colocarse en el hueco de 1.5 metros de diámetro la jaula de metal construida en tiempo récord por un herrero de la zona siguiendo la idea que el jefe del consorcio de bomberos de Málaga pergeñó a lo largo de estos días.

Será entonces el turno de los ocho mineros de la Brigada de Rescate de Hunosa, reclamados por el Ministerio de Defensa la pasada semana y que llevan días aguardando en la zona. Algunos de ellos se acercaron este lunes al Cerro de la Corona para ultimar los detalles de la operación, “aunque la hemos repasado innumerables veces estos días”, dijo García, “pero no queremos dejar ningún cabo suelto”. Todo está ya por tanto preparado y los riesgos evaluados.  Bajarán en turnos de dos personas, con relevos cada 40 minutos, y tendrán que excavar una galería horizontal de entre tres y cuatro metros de largo y tres de alto que pretende rodear el tapón de tierra que localizaron las cámaras en el pozo donde cayó Julen. “Crean que no será un trabajo fácil”, el responsable del Colegio de Ingenieros. Lo abordarán por arriba y por abajo, a fin de tener una amplia zona de trabajo porque no hay certezas del punto exacto donde se encuentra Julen. El único dato, como han repetido estos días, es que a los 71 metros de profundidad hay un tapón de tierra.

El túnel tendrá cierta trayectoria ascendente, para facilitar la evacuación del material que vayan excavando con martillos y pistolas neumáticas o piquetas. Ante el elevado riesgo, serán los mineros quienes decidan si utilizan microvoladuras para agilizar el trabajo o fracturar los materiales más resistentes que se encuentren, nunca para extraer, precisó García.