EL SUPREMO DECIDE EL 11 DE DICIEMBRE SI EL JUICIO SE REPITE

La Guardia Civil investiga si un cuchillo hallado en Almonte (Huelva) es el de las 151 puñaladas a una niña y su padre

María Domínguez, de ocho años, y su padre, Miguel Ángel, fueron brutalmente asesinados en su casa de Almonte (Huelva) el 27 de abril de 2013

María Domínguez, de ocho años, y su padre, Miguel Ángel, fueron brutalmente asesinados en su casa de Almonte (Huelva) el 27 de abril de 2013 / periodico

Vanesa Lozano

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El asesino acabó primero con la vida del padre, Miguel Ángel Domínguez. La noche del 27 de abril de 2013 lo sorprendió en la ducha y le propinó cuarenta y siete cuchilladas. Después, persiguió  a su hija, María, de 8 años, por toda la casa. La niña recibió 104 puñaladas. Dos días después, encontraron sus cadáveres en su vivienda de Almonte (Huelva), pero ni rastro del arma con el que se cometieron los crímenes. La investigación de la Unidad Central Operativa de la Guardia Civil condujo hasta Francisco Javier Medina, el amante de Marianela Olmedo, mujer de Miguel Ángel y madre de María. Fue detenido y enviado a prisión. Allí pasó tres años, pero en octubre de 2017 un jurado popular lo declaró no culpable. Ahora, una nueva denuncia sobre el hallazgo de un cuchillo por parte de un vecino cuatro años después de los crímenes, a la que ha accedido EL PERIÓDICO, podría arrojar nuevos datos sobre los asesinatos.

Cuatro meses antes de que se celebrara el juicio contra Medina en la Audiencia de Huelva, "en mayo-junio de 2017, un pintor que se encontraba realizando labores de su profesión en un domicilio de Almonte visualizó un cuchillo de hoja grande cuando fue a realizar el cambio de agua con pintura en una rejilla de la calle Callejón de los Granados, a solo 300 metros de dónde vive el que fuera acusado", según denunció Aníbal Domínguez, hermano y tío de las víctimas, el pasado 21 de noviembre en la Comandancia de la Guardia Civil de Huelva.

El hombre, que lleva cinco años y medio luchando para que se esclarezca el asesinato de sus familiares, acudió a los agentes después de que varios vecinos, testigos del hallazgo, se pusieran en contacto con él el pasado mes de abril y decidieran contarle lo ocurrido, preocupados por que aquel cuchillo pudiera ser el que el asesino utilizó para perpetrar los crímenes, todavía sin resolver.

En una bolsa de supermercado

De acuerdo con la denuncia, de la que también tiene constancia la UCO, "el pintor que vio el cuchillo no le dio mayor importancia, pero al día siguiente fue a realizar la misma operación a la rejilla y se sorprendió de que el cuchillo seguía allí, por lo que alertó a varias vecinas, avisando una de ellas a la policía local de Almonte".

Entonces, según contó uno de los vecinos a Aníbal, "se personó en el lugar de los hechos la jefa de la policía local. Las vecinas que se encontraban allí le relataron el hecho y ella abandonó el lugar", pero "a los pocos minutos, apareció una pareja de agentes del mismo cuerpo policial en moto. Ellos extrajeron el cuchillo de la rejilla, lo introdujeron en una bolsa de plástico, concretamente una bolsa del supermercado que les proporcionó una vecina, y se lo llevaron". Antes de marcharse, según relató Aníbal a la Guardia Civil, una de las mujeres "escuchó que uno de los policías dijo que el cuchillo estaba manchado y que no eran manchas de pintura, sino que eran manchas antiguas".

Pero lo más sorprendente, según advierte Aníbal, es que "ni la UCO ni la Comandancia de Huelva  saben nada de aquel hallazgo, es decir, nos preguntamos por qué, estando el horror de los crímenes muy presente en la memoria colectiva de todos los almonteños, la policía local no dio traslado de lo ocurrido para que las fuerzas competentes investigaran la que podría ser una pieza clave en dos asesinatos sin resolver. Y lo más grave, tendrán que aclarar dónde fue a parar aquel cuchillo". Eso es lo que investiga ahora la UCO, que podría llamar a declarar tanto al pintor que encontró el arma como a las vecinas que presenciaron el suceso, todos identificados en la denuncia de Aníbal. Según ha podido saber este diario, uno de ellos ya se ha ofrecido voluntario para testificar.

Actuación "aberrante"

Además, de comprobarse los hechos denunciados, la actuación de la policía local a la hora de recoger el cuchillo habría sido, a juicio de Aníbal, "aberrante": "lo más lógico es que la policía local ni tocara ese objeto. O, en su defecto, que al menos lo hubieran extraído como toca y no en una bolsa cualquiera aportada por una vecina". Para él, estas "supuestas negligencias" no son casuales: "Se da la coincidencia de que la jefa de la policía local que estuvo presente en el lugar del hallazgo del cuchillo fue propuesta por la defensa de Medina para el juicio por asesinato". Por otro lado, "también da la casualidad de que el jefe político de esta mujer, es decir, el concejal de Seguridad Ciudadana ha sido socio de despacho del abogado del absuelto". Y, por si fuera poco, "ese concejal asistió como letrado al entonces acusado en los primeros momentos de su detención, en los juzgados de La Palma del Condado".

Los brutales asesinatos no solo conmocionaron a los vecinos de Almonte (23.200 habitantes) por la naturaleza de los crímenes. La detención de Medina dividió al pueblo en dos grupos: quienes creen en su culpabilidad, de acuerdo con el criterio de la Fiscalía y el reguero de pruebas encontradas por la UCO, que halló el ADN de Medina en tres toallas ensangrentadas recogidas en dos baños del piso en el que se cometieron los crímenes. Y, por otro lado, aquellos que defienden su inocencia. Cuando salió de prisión, Medina, que participa activamente en las tradiciones del pueblo, como el traslado de la Virgen del Rocío, fue recibido en la puerta de su casa por más de mil almonteños que le subieron a hombros al grito de: "¡Inocente!".

Será el Tribunal Supremo quien decida si Medina vuelve a sentarse en el banquillo de los acusados, después de que la Fiscalía del Alto Tribunal y la familia de las víctimas pidieran que se repita el juicio. Lo hará, según notificó este jueves, en una vista que tendrá lugar el próximo 11 de diciembre, una fecha que Aníbal y su familia ya han marcado en rojo en el calendario.