TENSIÓN

Emboscada con barricadas, cócteles molotov y piedras de un grupo de menores a la Policía en La Línea

Los chicos, uno de los cuales está detenido, llamaron alertando de un falso alijo de tabaco

Cócteles Molotov preparados para emboscar a la policía en el barrio de San Bernardo de La Línea de la Concepción, en la fotografía difundida por el SUP.

Cócteles Molotov preparados para emboscar a la policía en el barrio de San Bernardo de La Línea de la Concepción, en la fotografía difundida por el SUP. / periodico

Julia Camacho

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Guerrilla urbana, kale borroka… Los agentes del Sindicato Unificado de la Policía (SUP) en Cádiz no ahorran calificativos para describir la situación de tensión que se vive en el Campo de Gibraltar entre los narcotraficantes y las fuerzas de seguridad. El último incidente se registró la madrugada de este martes, cuando un grupo de menores tendió una emboscada a varias patrullas en uno de los barrios más conflictivos, y recibió a los agentes con barricadas, piedras cócteles molotov. Un menor de 15 años, que fue detenido la pasada semana por altercados con la Policía y que ya estaba en libertad, ha vuelto a ser arrestado.

La investigación continúa abierta para tratar de identificar al grupo de personas que participaron en el enfrentamiento, explican desde el sindicato policial. Los hechos sucedieron sobre la una de la madrugada después de que el 091 recibiera una llamada solicitando un servicio policial para atender una urgencia en la zona de San Bernardo, conocida por los agentes por diversos operativos contra el tráfico de drogas y tabaco y donde la semana pasada se detuvo al líder de uno de los principales clanes de narcos del Estrecho, Antonio Tejón “El Castaña”. Al parecer,  esa llamada alertaba de la presencia de un alijo de tabaco y reclamaba la presencia policial en la calle.

Hasta el lugar acudieron una patrulla policial tipo Zeta y un coche camuflado, que encontraron la zona a oscuras porque la luz del barrio había sido cortada y una barricada, según describen desde el SUP. Al parar ante esa barrera para dar la vuelta al percatarse de la trama, a los agentes les cayó encima “una lluvia de piedras” de grandes dimensiones, que rompieron las lunas de los coches y causaron algunos rasguños leves a los agentes, aunque ninguno de gravedad.

Varios equipos de la U.P.R. se desplazaron hasta el lugar y realizaron un despliegue de seguridad para dispersar a las personas que se encontraban lanzando objetos a los policías. Los agentes de la Policía lograron detener a uno de los participantes de la emboscada, un chaval de 15 años con antecedentes policiales que ofreció gran resistencia al arresto, y encontraron hasta ocho botellas preparadas como cócteles molotov, múltiples piedras de grandes dimensiones y una bengala.

“Con este último episodio estamos en una situación parecida a la que sufría el País Vasco hace años con el terrorismo y la guerrilla urbana” denunció Carmen Velayos, delegada provincial del SUP, lamentando que “tenían preparados los cócteles molotov con la intención de lesionar y quemar a los agentes”. El sindicato expresa además su preocupación por la violencia que demuestran los más jóvenes, “tal vez con la intención de escalar y promocionar en sus bandas”, y considera que este incidente “es un paso más en esa escalada de violencia” con la que los narcos están reaccionando para proteger su negocio “con uñas y dientes”.

El SUP insiste en reclamar más medios técnicos y humanos porque “estamos vendidos”, y consideran que los refuerzos puntuales no servirán de nada. Así, reclaman que se amplíe y se cubra el catálogo de puestos de trabajo en la zona, y que se declare el Campo de Gibraltar zona de especial incidencia para poder incentivar a los agentes a quedarse. “En el último concurso, ha habido plazas de inspectores que han quedado desiertas, nadie quiere venir aquí”, reprocha Velayos. Asimismo, apuntan que una vez recuperado el principio de autoridad, es el momento de adoptar otro tipo de medidas sociales y económicas, además de incentivar la lucha contra el blanqueo de capitales y explorar nuevas vías judiciales que impidan que los narcos queden en libertad en poco tiempo tras pagar una fianza.