Fenómeno importado de EEUU

Las fiestas de graduación a la americana se imponen en colegios e institutos: ¿moda simpática o despropósito?

La celebración, importada de EEUU para festejar el fin de cada etapa escolar, supone un gasto extra inasumible para muchas familias, que, a pesar de todo, "entran en el circo"

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La moda de las fiestas de graduación a la americana se extienden por coles e institutos de España

La moda de las fiestas de graduación a la americana se extienden por coles e institutos de España / 123RF

Olga Pereda

Olga Pereda

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Llaveros con birrete, toga y diploma. Globos dorados con forma de estrella en los que se lee ‘congrats grad’ (felicidades, graduado). Envases de bombones que simulan ser un gorro universitario. Degustación de tapas bajo la etiqueta ¡feliz graduación! Fiestas personalizadas y organizadas con una empresa de eventos. Alquiler de trajes y vestidos… Terminar una etapa escolar, desde infantil hasta secundaria, se ha convertido en todo un ritual en colegios e institutos, inmersos ahora mismo en las graduaciones. ¿Estamos delante de una celebración infantil o de un despropósito?

Al igual que sucede con Halloween, las graduaciones escolares por todo lo alto son un fenómeno importado de EEUU. En Catalunya, hasta hace poco, no eran tan frecuentes. Pero ahora –en sus distintas versiones– se están normalizando en los colegios e institutos públicos, donde los alumnos y las alumnas poco menos que desfilan como si estuvieran en una pasarela de moda. Especialmente ellas, que soportan más presión estética que sus compañeros.

Si no pagas, no hay regalo

Las empresas han visto un filón económico y están inundando el mercado con opciones para todas las edades, también para la etapa de infantil (0-6 años). En función de la cantidad desembolsada, el evento puede contar con catering, regalos y espacios exclusivos. Algunas familias son las primeras en apuntarse. Y no solo en los centros más elitistas económicamente. Hay escuelas públicas con un gran porcentaje de alumnado vulnerable donde madres y padres organizan en el patio fiestas presuntamente modestas con entradas a 50 euros por persona. Si alguna familia no lo puede costear, el niño se queda sin la bolsita de regalos de graduación.

"Se gradúan tantas veces a lo largo de su vida que cuando terminan la universidad lo harán sin emoción"

— María Capellán, presidenta de CEAPA

La presidenta de la Confederación Española de Asociaciones de Padres y Madres de Alumnado (CEAPA), María Capellán, cuestiona las graduaciones al estilo americano y enarbola la bandera de la equidad. “¿Todos los chicos y chicas de una clase pueden permitirse comprar un traje nuevo y pagar una cena o una fiesta? Evidentemente, no”, destaca.

“¿Qué necesidad hay de organizar hipercelebraciones? Estamos sacándolo todo de quicio. No tiene sentido que niños y niñas de infantil que no saben leer ni escribir desfilen en un escenario con birrete y toga. Se gradúan tantas veces a lo largo de su vida que cuando terminan la universidad lo volverán a hacer, pero sin ninguna emoción”, critica Capellán, que pide sentido común para celebrar el fin de una etapa escolar. “Se puede hacer un pequeño viaje si los chavales ya son mayores. O una comida familiar, o con amigos. Pero reducido y sin tanta parafernalia”, defiende mientras pone el acento en las direcciones escolares que son, en su opinión, las que promocionan este tipo de eventos.

"Nos chirría, pero lo hacemos y entramos en el circo. Hacemos crecer muy rápido a la infancia"

— Sylvie Pérez, profesora de los estudios de Psicología y Ciencias de la Educación de la Universitat Oberta de Catalunya (UOC).

Sea quien sea el promotor, la realidad es que el fenómeno está muy asentado en las aulas. Es de tal magnitud que hasta las familias que detestan este tipo de veladas entran en la rueda resignadas. “Nos chirría, pero lo hacemos y entramos en el circo”, explica Sylvie Pérez, profesora de los estudios de Psicología y Ciencias de la Educación de la Universitat Oberta de Catalunya (UOC).

El escaparate de las redes

Teniendo en cuenta que las fiestas de graduación son propias de los adultos que terminan sus estudios universitarios y entran en el mundo laboral, la docente de la UOC explica que estos rituales han desembarcado entre el alumnado más pequeño porque, como sociedad, “hacemos crecer muy rápido a la infancia”.

Pérez añade que las transiciones las digerimos mejor compartiendo con seres queridos. Por eso hacemos rituales y fiestas. Sin embargo, una cosa es disfrutar de una celebración modesta y otra comprar el mejor vestido, llevar el maquillaje más impactante o alquilar la discoteca de moda. “¿Para qué lo hacemos? Entre otras cosas, para lucirnos en el escaparate de las redes sociales. Si no hay foto de algo, no existe. Así que circulamos las imágenes por Instagram y las mandamos a todos nuestros contactos de WhastApp”, advierte.

Como los 'babyshower'

La profesora de la UOC realiza una comparación de las graduaciones escolares con los 'babyshower', las fiestas de presentación de un bebé recién nacido, otro fenómeno importado de EEUU. “Una cosa es que invites a tu casa a unos cuantos miembros de tu familia y amigos, por separado y en días diferentes, para que conozcan a tu hijo y otra es que organices un evento por todo lo alto, con flores, pasteles, globos y decenas de regalos”, concluye la docente, que advierte también de que, actualmente, los cumpleaños infantiles se han convertido en comuniones, y las comuniones, en bodas. Todo a lo grande. “¿Qué necesidad tenemos de correr tanto? Parece que muchos progenitores tienen prisa por ver a sus hijos mayores, y en algunas ocasiones, con vestuario que no les corresponde por la edad”, critica.

A pesar de las críticas, todo apunta a que el fenómeno no tiene marcha atrás. Basta buscar ‘fiesta graduación’ en internet para encontrar una infinidad de empresas que ofrecen desde fiestas de juegos infantiles y bailes “acordes con la edad” para los ‘graduados’ de infantil hasta ceremonias y catering para los de primaria, secundaria y bachillerato.

“Las graduaciones son ceremonias oficiales que clausuran el fin de una etapa escolar y los protagonistas son los alumnos. Merecen disfrutar de un acto gratificante en el que se comparta la alegría y la satisfacción con los compañeros, profesores y familias. Es una manera de ver recompensado el esfuerzo durante tanto tiempo”. De esta manera, una empresa dedicada a la organización de eventos promociona su línea de trabajo con las graduaciones. No es una excepción. Hay cientos.

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