Iniciativa singular
El Alt Empordà pone a la venta el primer whisky íntegramente catalán
El Catalonia Single Malt Whisky está hecho de forma artesanal con malta de cebada
Cómo disfrutar a tope de un buen whisky
![Barriles de la destilería Quevall Licors donde se elabora Catalonia Single Malt Whisky.](https://estaticos-cdn.prensaiberica.es/clip/7a968a64-2261-4a72-96d4-b35a047ada03_16-9-discover-aspect-ratio_default_0.jpg)
Barriles de la destilería Quevall Licors donde se elabora Catalonia Single Malt Whisky. / Empordà
Llançà ha sido el escenario de la presentación del primer whisky elaborado íntegramente con productos catalanes y realizado en este municipio del Alt Empordà: el Catalonia Single Malt Whisky de la destilería Quevall Licors. Éste quiere ser un "homenaje a mi padre y a Catalunya", destaca Isaac Castelló, fundador de la empresa. A finales de 2020 Castelló decidió empezar este camino de elaborar whisky, lo que se comercializa este 2024 ha envejecido durante casi cuatro años en barriles de roble americano donde había habido vino de jerez. De este primer lote han salido 367 botellas "y este año no habrá más", explica el fundador.
Desde el licor, pasando por la botella, el tapón o la etiqueta, todo está hecho en Catalunya
El Catalonia Single Malt Whisky está hecho de forma artesanal con "malta de cebada, doble destilación en alambiques de cobre en color natural y no filtrado con frío", describe Castelló. Además, la cebada utilizada es de Castelló d'Empúries, Almacelles y del Pallars Jussà.
Siguiendo con la voluntad de reconocer la tierra catalana y el Alt Empordà, los elementos que componen la botella también lo son. El recipiente está hecho con vidrio reciclado en Sant Feliu de Guíxols, el tapón es de corcho del Empordà y está lacrado emulando una barretina, parte de la cera utilizada es de abeja de los Abellaires Empordanesos.
La etiqueta, que la ha diseñado la ilustradora local Paula Barrós, es una representación de la leyenda de la Sirena y el Pastor y al fondo se aprecia el paisaje de la "mar de Amunt desde el mirador de Portbou, con la isla Palandriu, el Faro de s'Arenella, el Pení y Sant Pere de Rodes".
En la parte posterior de la botella figura una foto ilustrada del padre de Isaac Castelló y la explicación del tipo de whisky. Cada botella se vende con un estuche en el que hay una fotografía de la cala Bramant de Llançà hecha por el fotógrafo del mismo pueblo Eladio Rueda. "Con todo esto, quiero reivindicar el territorio y nuestra casa, el Alt Empordà, porque el whisky circulará por el mundo", explica el fundador de Quevall Licors.
Otros licores
Aparte del whisky, también tienen licores y la diferencia con otras destilerías es que los productos que utilizan son naturales. En sus productos no existen esencias, aromas o colorantes. Sólo utilizan plantas, frutas, raíces y hojas, algunas de su propio jardín y otras las recolectan. Para ello tienen el permiso 30 de Sanidad. Hacen diversas ratafías, licores de hierbas, manzanilla, ginebra, ron, etc.
La empresa empezó haciendo licores y poco a poco fueron ampliando su gama de productos. "Queríamos hacer algo diferente y fuimos a ver varias destilerías y ellos no trabajaban directamente con plantas sino con aromas y extractos. Hacerlo con plantas y frutas es más laborioso y complicado, pero pensamos que podía haber interés en hacerlo de esta forma. Y la verdad es que en estos cuatro años hemos crecido bastante", comenta Isaac Castelló. Algunas de las frutas y hierbas las cultivan ellos mismos en su patio o cerca de Llançà como los limones, las naranjas o la manzanilla. Las recetas que utilizan son antiguas y las han recuperado.
Elaborado en un edificio histórico
Entrar en la destilería Quevall es como visitar un pedazo de historia de Llançà. Las paredes de piedra vista y las bóvedas del techo hacen notar que es un sitio antiguo, acogedor y lleno de vivencias. "Cada vez que hacemos obras descubrimos cosas que no sabíamos que estaban allí", explica Castelló. De hecho, entre sus paredes se puede ver una bóveda catalana hecha de piedra del mar. "Nunca se ha visto ninguna", asegura Castelló, que no tiene ningún inconveniente en enseñarla a quien lo pida. Y de hecho, hay arquitectos que van a verla. Bajo ésta hay muchos objetos antiguos, como un utensilio para hacer barbacoas de hace 300 años. La sala de catas la preside lo que había sido la puerta de entrada del edificio, restaurada y reconvertida en mesa por el padre de Isaac Castelló. El patio interior está lleno de romero, maría lluisa, laurel y muchas otras hierbas, un limonero y un naranjo que utilizan para sus licores.
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