Centenarios

Maria Branyas, 117 años, la abuela del mundo: "Hasta los 100 años eres joven"

La mujer más longeva del planeta, que vive en una residencia de Olot (Girona), dice que el secreto de su longevidad ha sido saber adaptarse a las dificultades y los retos que ha tenido que afrontar en la vida

Retrato de la España centenaria

Maria Branyas, la mujer más vieja del mundo

Maria Branyas, la mujer más vieja del mundo

Juan Fernández

Juan Fernández

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La vida de Maria Branyas no da para una película, da para una serie de las largas, con varias temporadas y muchos capitulos. No solo porque tiene más amaneceres que contar que nadie en el mundo, sino por la variedad de situaciones, escenarios y avatares que ha conocido. Desde el fallecimiento de la monja francesa Lucile Randon, ocurrido en enero de 2023 cuando tenía 118 años, María es la mujer más veterana del planeta. Hoy, solo ella puede relatar recuerdos de 1907, el año en que nació en San Francisco (California). De ahí para atrás, ya no hay testimonios vivos en el mundo.

Hija de navarro y catalana, su familia se había exiliado en Estados Unidos un año antes de que ella naciera. Su padre trabajó como periodista y fundó varias cabeceras en California y Nueva Orleans, pero enfermó de tuberculosis en 1915 y la familia decidió volver. Él no llegó: en el barco de regreso, a punto ya de arribar a la península, murió debido a la enfermedad. En aquel viaje, además, María sufrió un accidente que le hizo perder audición en un oído para el resto de su vida.

María Branyas con 15 años

María Branyas con 15 años en Banyoles / .

Su madre y ella se instalaron en Barcelona, y entre esta ciudad y la localidad gerundense de Banyoles vivieron los siguientes años, hasta que a los 23 se casó con su novio, médico de profesión. La guerra civil la obligó a exiliarse durante un tiempo -en la contienda asistió como enfermera a los heridos del bando republicano, ayudando a su marido, lo que la convertía en enemiga del bando vencedor-, y luego le tocó hacer frente a las penurias de la posguerra. "Pero ella siempre ha hablado de su vida con optimismo, incluso de las situaciones más complicadas que afrontó", cuenta su hija, Rosa Moret, que en agosto cumplirá 80.

Boda de Maria Branyas

Boda de Maria Branyas / .

De carácter alegre y afable -"es difícil verla enfadada", asegura Rosa-, y con una gran curiosidad intelectual, su hija la recuerda leyendo, bordando o contando historias, una afición que siempre ha practicado, y que conocen bien en la residencia Santa Maria del Tura de Olot (Girona), donde decidió mudarse a vivir cuando cumplió 92 años.

Asombrados por las historias que contaba sobre su infancia y su juventud, Rosa y su marido decidieron abrirle una cuenta en Twitter (ahora X) cuando cumplió 112 años para dejar testimonio de sus vivencias y recuerdos. Hasta hace poco, la propia Maria recibía a la prensa en la residencia y concedía entrevistas en calidad de "supercentenaria", pero en los últimos meses ha empezado a encontrarse más débil y ha restringido las visitas. "Con nosotros sí habla con facilidad, pero si hay extraños a su alrededor, se siente aturdida", cuenta su hija. Cuando le preguntan por su estado de salud, tira de ironía: "Su frase habitual es: hija, hasta los 100 años eres joven, luego no tanto", revela Rosa.

En sus 117 años, Maria Branyas ha visto morir a su padre, su madre, su marido y uno de sus tres hijos, que falleció a los 90 años, pero a su hija Rosa siempre le ha llamado la atención la enorme naturalidad con que ella se ha referido a la muerte, ajena en todo momento a dramatismos y penas. Si tuviera que señalar un secreto de la longevidad de su madre, sería precisamente ese: "A menudo nos dice: en esta vida sobrevive el que se adapta. Si te enfadas con la vida, vives menos".

María Branyas, la abuela del mundo, 117 años. Olot

María Branyas, la abuela del mundo, 117 años. Olot / .

Maria pone nombre a un proyecto de investigación capitaneado por el doctor Manel Esteller, especialista en el estudio de la longevidad, y sus genes están siendo estudiados por la ciencia para tratar de descubrir las claves de la eterna juventud. Si no eterna, al menos sí tan prolongada como la suya, un mérito que ella nunca ha querido arogarse. "Yo no he hecho nada especial, me he limitado a vivir", suele decir a los suyos.