La España de
los centenarios

Por Juan Fernández

La España de
los centenarios

Por Juan Fernández

Cumplir 100 años constituye un horizonte humano tan mitificado y admirable como infrecuente. Al menos, así ha sido hasta hace poco. Conocer a alguien que tenía un abuelo que había logrado soplar el centenar de velas era digno de contar, por inusual, y los pocos que lo lograban solían ser noticia en los medios locales, donde eran presentados como héroes que acababan de conseguir una hazaña titánica.

Sin embargo, esta circunstancia vital, a medias entre lo biológico y lo biográfico, lleva camino de dejar de ser una rareza para convertirse en una normalidad social.

El 1 de enero de 2024, dieron la bienvenida al nuevo año 16.902 personas que ya lo habían hecho con anterioridad más de 100 veces. En un país de 48 millones de habitantes, son pocas (apenas representan el 0,04% de la población), pero atesoran dos características excepcionales que las hacen merecedores de más atención de la que hasta ahora han generado: constituyen el segmento de edad que más crece en este momento en nuestro país -no en número, obviamente, sino en porcentaje-, y su consolidación como grupo social pone sobre la mesa un conjunto de retos sociales, demográficos y asistenciales a los que nunca nos habíamos enfrentado.

La España de los centenarios es una realidad que ha llegado para quedarse, y quienes han empezado a estudiarla desde disciplinas como la psicología o la sociología, advierten que nos conviene estar preparados para atenderla... y quién sabe si para formar parte de ella algún día.

Un grupo de edad en aumento

En enero de 2018 había en España 11.204 personas mayores de 100 años, pero en los últimos seis años se han unido al selecto club de los centenarios otros 5.800 más. Ningún otro segmento de la pirámide de edad de la sociedad española presenta tasas de crecimiento equiparables a la de los mayores de 100 años, que ha aumentado en un 50% en apenas un lustro. Además, lo hace de manera cada vez más acelerada: a lo largo de 2023, otros 2.242 españoles se sumaron al trono de platino. En Catalunya, hoy residen 2.474 personas que tienen más de un siglo de vida a sus espaldas.

Uno de los efectos del progresivo envejecimiento de la población es que cada vez hay más mayores y, como consecuencia de esto, con el paso del tiempo estos mayores van teniendo cada vez más años. La edad media de España figura entre las más altas del continente -44 años-, y podemos presumir de habitar el país europeo con mayor esperanza de vida: 83 años (85,8 para las mujeres y 80,2 para los hombres). Actualmente, uno de cada cinco españoles suma ya más de 65 años. A esa edad, hoy tienen por delante una larga vida, que cada vez va a ser más larga, y en muchos casos será centenaria.

Pero si hay un dato demográfico que destaca en el grupo de población de mayores de 100 años en nuestro país es su marcada feminización: cuatro de cada cinco personas centenarias son mujeres.

Si el crecimiento del segmento de edad de más de 100 años ha sido llamativo en los últimos tiempos, la proyección de cara a las próximas décadas es espectacular. En 2030 (es decir, dentro de seis años), habrá entre nosotros 33.000 personas centenarias (es decir: más del doble que hoy), y en 2050, según los cálculos del INE, habrá casi 100.000 (97.100, para ser exactos).

La gráfica del aumento de centenarios marca una línea recta con tendencia a inclinarses cada vez más, pero muestra un mordisco allá por 2040. La razón es obvia: ese año cumplirán un siglo de vida los que soplaron 80 velas en el maldito 2020, el año de la pandemia, y lograron sobrevivir al covid. Faltan los que perdieron la vida en esos meses, y que por ello nunca llegarán a centenarios.

Gerontólogos, genetistas y expertos en salud andan desde hace años a la búsqueda del secreto de la longevidad. Mientras la ciencia descubre el elixir de la eterna juventud, el mapa de los centenarios de España aporta un dato revelador: el factor geográfico.

En el cuadrante noroccidental –especialmente en las provincias de Ourense, Lugo, Zamora, León, Palencia, Salamanca, Ávila y el Principado de Asturias, aparte de Soria-, la concentración de personas de más de 100 años es mucho mayor que en el resto de la península, llegando en ocasiones a quintuplicar la media nacional, y a multiplicar por 10 la ratio de centenario por habitante de territorios del sur y sureste.

En concreto, la confluencia de las provincias de Pontevedra, Ourense y Lugo reúne la mayor concentración de personas más de 100 años de España y es candidata a figurar entre las zonas más longevas del mundo.

En estas áreas, la presencia de grandes veteranos es especialmente marcada en el medio rural. En el pueblo leonés de Riello, de solo 600 habitantes, residen hasta cinco personas nacidas antes de 1924; en Rábano de Aliste (Zamora), de 320 vecinos, viven tres; en Cabeza del Caballo (Salamanca), de 248 habitantes, otros tres. En cambio, en el sur y el sudeste de España, hay multitud de municipios que cuentan con varios miles de empadronados y ninguno de ellos tiene más de 100 años.

La ruta de la longevidad

En 2005, un artículo de la revista National Geographic identificó cinco áreas en regiones muy dispares del planeta que destacaban por la gran longevidad de sus habitantes y la elevada densidad de personas mayores de 100 años que albergaban: la isla de Cerdeña (Italia), Okinawa (Japón), la Península de Nicoya (Costa Rica), la Isla de Icaria (Grecia) y la ciudad de Loma Linda (California).

La etiqueta ‘Zona blue’ con que fueron identificadas estas ubicaciones tiene más de operación de marketing que de estudio científico, pero sirve para remarcar la gran disparidad geográfica con que se manifiesta la longevidad en el mundo.

Según un estudio de la Universidad de Ciencia y Tecnología de Pohang (Corea del Sur), la máxima edad que puede llegar a tener un ser humano son 126 años. De momento, el récord lo ostenta la francesa Jeanne Calment, que murió en 1997 con 122.

Ahora mismo, la persona más vieja del planeta es la catalana María Branyas, que cumplió 117 años en marzo en una residencia de Olot (Girona), pero el ranking actual de súper centenarios que gestiona el Grupo de Investigación en Gerontología, muestra banderas de todo el mundo. Todas son mujeres: el hombre más longevo del planeta, el inglés John Tinniswood, de 11 años, ocupa el puesto 52 de la clasificación.

¿Cómo son, qué piensan, qué piden?

El cliché acostumbra a dibujar al centenario como una persona marcada por el deterioro físico, casi abandonada a su suerte y sin más expectativas que aguardar la llegada de la muerte. Sin embargo, lo que transmiten los hombres y las mujeres de más de 100 años que han participado en este reportaje, y confirman los expertos que les han estudiado, contradice esa mirada prejuiciosa contaminada de edadismo.

En realidad, la noticia no es que cada vez haya más personas que alcanzan el siglo de vida (y a menudo lo rebasen con holgura), sino que muchas de ellas lo hacen en unas condiciones físicas, cognitivas y de ánimo tan óptimas que hoy siguen mostrándose tan activas como cuando tenían 70 u 80 años.

“Cuando hablas con ellos, lo que más llama la atención es la vitalidad que desprenden. No es lo que esperas de alguien de esa edad. Por el tono de la voz, por el ánimo que transmiten y por lo que dicen. En absoluto se sienten un estorbo o alguien que está de más. Al contrario: no solo están vivos, sino que tienen muchas ganas de vivir, y no lo disimulan”, explica Lola Merino, profesora de Psicología de la Universidad Complutense y autora de un estudio sobre el perfil psicológico de los españoles centenarios publicado en la revista científica 'Journal of Happiness Studies'.

Para llevar a cabo esa investigación, la docente se entrevistó con una veintena de hombres y mujeres mayores de 100 años, todos con perfectas condiciones cognitivas (condición necesaria para participar en su estudio), y lo que le contaron supone una auténtica lección de vida. “No les oyes hablar de la muerte. Tampoco son especialmente alegres ni optimistas, pero sí son muy positivos. Son conscientes de lo que tienen y disfrutan de las pequeñas cosas que le ofrece cada día, como si ese día fuera único”, cuenta la experta.

Cuestión de resiliencia

Resiliencia es la palabra que más mencionan los expertos que han estudiado el comportamiento de las personas más longevas del país. De tan citado últimamente, el término lleva camino de desgastarse, pero en el caso de los centenarios cobra un sentido especial.

“Son personas que han sabido adaptarse a las múltiples circunstancias que les ha tocado vivir, algunas muy duras, y han sabido salir fortalecidos de ellas. Han vivido la guerra, la posguerra, muchos han tenido que migrar, han visto morir a sus parejas, a sus hijos, han sobrevivido a enfermedades. Y han descubierto que todo se puede superar en la vida. Ese carácter resiliente es común a todos, y quizá es también una de las claves de su longevidad”, analiza Igone Echeberria, profesora de Psicología de la Universidad del País Vasco y experta en gerontología.

Tras estudiar el comportamiento de la población centenaria del norte de la península, y teniendo en cuenta su crecimiento previsto de cara al futuro, la investigadora cree que estamos ante un fenómeno social que obliga a un cambio de mirada hacia estas personas. “Por afán proteccionista, en las familias tendemos a tomar decisiones por los mayores, pero sin contar con ellos, y esto se acrecienta en los muy mayores. Pero la consolidación de este grupo de población obligará a tenerles más en cuenta y respetar sus deseos, y es bueno que empecemos a reclamarlo ya”, señala.

Un reto social y asistencial

Si se cumple el ambicioso pronóstico que hizo hace unos años James Vaupel (uno de los mayores expertos mundiales en longevidad), la mayoría de niños y niñas nacidos a principios de este siglo llegarán a conocer fácilmente y con holgura el siglo XXII, ya que a finales de esta centuria la esperanza de vida habrá superado los 100 años. Sin embargo, el entorno familiar y asistencial de aquellos centenarios será muy diferente al actual, que ya de por sí es bastante peculiar.

“Hoy, la mayoría de personas de más de 100 años están atendidas o acompañadas por hijas e hijos que tienen entre 70 y 80 años, es decir, que también necesitan asistencia. Pero actualmente la tasa de natalidad es mucho más baja que en el pasado. Por eso, en el futuro los centenarios no van a tener tantos hijos o hermanos que les acompañen, y la mayoría van a estar solos”, advierte Diego Ramiro, director del Instituto de Economía, Geografía y Demografía del CSIC.

Según el sociólogo, esto nos va a enfrentar a un importante reto asistencial. “Exigirá un incremente en la red social de atención a las personas mayores. Y para ellas también va a ser un reto añadido tener que vivir en un mundo que habrá cambiado tanto desde que ellos eran jóvenes. Si esto ocurre ahora, en el futuro ocurrirá con mayor incidencia”, prevé el experto.

Una forma de vivir

Dado que el aumento de la esperanza de vida hará que crezca el número de personas centenarias en los próximos años, todos los expertos apuntan a una misma cuestión nuclear: ya no se trata de llegar a cumplir 100 años, sino de hacerlo en las mejores condiciones posibles.

Para hacer realidad este objetivo, los centenarios de hoy son un ejemplo de vida, pero es fácil confundirse cuando se les pregunta por el secreto de su longevidad. “Si hoy preguntamos a María Branyas, la mujer más vieja del mundo, qué hace para estar tan bien con tantos años, te contará lo que hace ahora, pero la clave es saber qué ha hecho a lo largo de su vida, la alimentación que tuvo en su juventud, las enfermedades que superó, las dificultades que afrontó, y cómo lo gestionó. Para entender a los centenarios, hemos de comprender su ciclo vital completo”, subraya Diego Ramiro.

Por lo pronto, la foto actual de los abuelos más veteranos de España ofrece pistas sobre los secretos de la longevidad. “No es casual que haya tantos en el medio rural, ni que su tasa sea mucho mayor en el norte de España que en el sur. Esto nos dice cosas”, advierte Javier Montalvo, profesor de Ecología de la Universidade de Vigo y director de la Fundación Matrix, que recientemente hizo un estudio de la población centenaria en España.

En opinión del experto, los centenarios de hoy nos están trasladando un mensaje a la sociedad que a menudo no queremos ver: “Nos están diciendo que seguir una alimentación basada en productos de proximidad, residir en entornos naturales y con una buena red social, y evitar los ambientes propicios a las olas de calor, son factores que alargan la vida. Ahora depende de nosotros que queramos seguir esos consejos, o no”.

Historias centenarias

Maria Branyas. 117 años. Olot (Girona). La persona más longeva del mundo

Su vida no da para una película, da para una serie de las largas, con varias temporadas y muchos capítulos. No solo porque tiene más amaneceres que contar que nadie en el mundo, sino por la variedad de situaciones, escenarios y avatares que ha afrontado, y siempre con buen humor. "En esta vida, sobrevive el que se adapta. Si te enfadas con la vida, vives menos", suele decirle a su hija.

Candelaria Josefina Santalla Campos
100 años. Posada de Llanera (Asturias)

Si no fuese por lo conocida que se ha hecho tras alcanzar el siglo de vida, nadie diría que tiene esta edad. Goza de un gran estado de salud, apenas toma pastillas y se encuentra en plenas condiciones, situación que le permite incluso poder vivir de forma independiente y ser totalmente autosuficiente

Juanjo Sánchez Gracia
101 años. Cadrete (Zaragoza)

¿El secreto de una vida larga?: "No he fumado nunca. Y alcohol, solo el vasico de vino con las comidas", declara. "También es importante no tomárselo todo en serio. El cachondeo es importante, si no, estás perdido", una máxima que él aplicó incluso cuando estuvo ingresado tras sufrir un ictus poco después de jubilarse.

Laura Fernández Salgado
101 años. Ourense

"Me dijeron que no volvería a caminar ¡y hago una
hora diaria de bicicleta!", afirma esta centenaria gallega. Practica su particular 'mindfulness': pedalear mientras reza el rosario. Se casó por amor con 27 años, crio a tres generaciones y cultivó su propia huerta: "Veo el mundo peor; la vida ya no es tranquila como antes", dice.

Manuel Martín Molezuelas
107 años. Ferreras de abajo (Zamora)

A sus 107 años es una enciclopedia andante de la vida. Su memoria y su corazón guardan un millón de aconteceres buenos y malos que han dibujado en su semblante la estampa de un hombre bueno, criado en la Sierra de la Culebra zamorana.

Los testimonios de María, Josefina, Laura, Manuel y Juanjo son como un mensaje en una botella lanzada al mar del tiempo. Si los cálculos de los demógrafos se cumplen, en las próximas décadas dejarán de ser noticia los centenarios, ya que su presencia será habitual, y entonces nos fijaremos en los súpercentenarios (de más de 110 años).

Pero hoy, las voces de estos hombres y mujeres tienen el valor de lo excepcional, y el mensaje en el que coinciden todos merece ser escuchado: no hay mayor secreto para llegar a vivir muchos años en buenas condiciones que saber adaptarnos a las circunstancias que nos va presentando la propia vida.

Un reportaje de El Periódico

Textos:
Juan Fernández, Elena Ocampo, Chany Sebastián, Carla Vega, Iván Trigo
Fotografías:
Miguel Ángel Gracia, Iñaki Osorio, Carla Vega
Infografías:
Francisco J. Moya
Diseño:
David Jiménez
Producción y coordinación:
Rafa Julve, Ricard Gràcia y red de contenidos de Prensa Ibérica