El cuento que no se cuenta

“Érase una vez…” Así suelen empezar muchos de los cuentos infantiles. Esta frase abre un mundo para los niños y las niñas. Un lugar donde desarrollar la imaginación, la creatividad, el lenguaje. Porque cuento a cuento van creciendo, aprendiendo, adquiriendo nuevas habilidades.

Pero hay un cuento que no se cuenta. El de los niños que no viven rodeados de libros, que no pueden ir al cine, al teatro o a museos. Niñas y niños cuyas familias no pueden garantizarles una comida equilibrada al día, que pasan frío en casa o que viven hacinados o en viviendas inadecuadas.

Los primeros años de vida marcan para siempre y repercuten en el futuro de los niños. Durante la primera infancia, se forman 1.000 conexiones neuronales por segundo y estas son las bases de su desarrollo y aprendizaje. Por eso es tan importante que la infancia cuente con unos buenos cuidados y una buena estimulación. Y esto pasa por tener cubiertas todas sus necesidades.

Desde Save the Children queremos reivindicar este Sant Jordi que todos los niños y niñas tengan acceso a la cultura. La acción #CuentoACuento que hemos hecho junto a los niños de nuestros programas en Barcelona pone el foco en la importancia que la cultura y la lectura tienen en su vida. Porque su contexto social, económico y cultural condiciona también su rendimiento. De hecho, los estudios muestran que hay más de un curso de diferencia en comprensión lectora entre los alumnos más y menos vulnerables, según el informe PIRLS (Estudio Internacional del Progreso en Comprensión Lectora). El origen socioeconómico no debe marcar el futuro de los niños y niñas. Porque vivir con lo mínimo también es quedarse fuera de las infinitas oportunidades que nos brinda la cultura.

Y aunque hoy podríamos citar a muchos autores conocidos para terminar estas líneas, el mejor mensaje nos lo deja Laura, de 10 años: “Un libro es una prueba de que los seres humanos somos capaces de hacer magia”.