Informe anual del SIPRI

Las guerras de Ucrania y Oriente Próximo disparan el gasto militar en el mundo a niveles récord

Estados Unidos mantiene su dominio incontestable con una inversión de 916.000 millones de dólares, un 2,3% más

Guerra entre Rusia y Ucrania: última hora del conflicto

Brigada de la Defensa Territorial de Ucrania acarrea un drone

Brigada de la Defensa Territorial de Ucrania acarrea un drone / KATERYNA KLOCHKO / EFE

Marc Marginedas

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No por esperado, el dato es menos inquietante. El Instituto Internacional de Estudios para la Paz de Estocolmo (SIPRI) acaba de concluir, en su informe anual, que las guerras de Ucrania y Oriente Próximo han disparado el gasto militar en todo el mundo, hasta alcanzar una cifra récord, jamás registrada con anterioridad, de 2,4 billones de dólares. El incremento, del 6,8% en comparación con el ejercicio anterior, es general y se registra en todos los continentes y en las diez primeras potencias militares del planeta sin excepción. Especial relevancia adquieren los datos procedentes de Rusia y Ucrania, dos países que protagonizan en estos momentos el primer conflicto armado entre estados que tiene lugar en el continente europeo desde la segunda guerra mundial: mientras Moscú, según datos oficiales, se gastó en 2023 109.000 millones de dólares, Kiev, por su parte, dedicaba 64.800 millones.

"Ninguna sorpresa; nos hallamos en una tendencia armamentística innegable", valora para EL PERIÓDICO Jesús Núñez de Villaverde, codirector del Instituto sobre Conflictos y Acción Humanitaria. Y en esta nueva carrera belicista en la que nos hallamos inmersos, el analista no identifica un responsable único: "El militarismo ruso existe, el chino sin duda, pero EEUU también lleva a cabo acciones que pueden ser percibidas por otros actores como una amenaza de seguridad".

La clasificación del SIPRI coloca a EEUU en primer lugar, a una descomunal distancia del segundo clasificado, China. De acuerdo con los datos de la institución sueca, el Gobierno estadounidense dedicó la friolera de 916.000 millones de dólares a sus gastos militares, suponiendo un incremento de un 2,3% respecto al año anterior, y cerca de un 10% comparada con la de hace un decenio. Como viene siendo una realidad desde hace una década, la categoría que experimentó un mayor incremento fue la dedicada a lo que en Washington se denomina como Investigación, Desarrollo, Test y Evaluación (RDT&E), lo que demuestra su interés en alejarse del modelo de Fuerzas Armadas centradas en combatir fuerzas insurgentes y en su lugar, "desarrollar nuevos sistemas de armas que puedan ser empleados en un conflicto con un adversario dotado de capacidades militares avanzadas". Ello coincide con un cambio en la percepción en Washington del principal enemigo al que se enfrenta Estados Unidos: en la primera década del siglo, era Al Qaeda, en la actualidad, esa posición recae sin duda en Rusia y China, en menor medida en términos militares.

Incremento importante

China, por su parte, dedicó 206.000 millones de dólares, o lo que es lo mismo, un 6% más que en 2022. Y aunque se trate de un incremento importante, se trata de una cifra de un solo dígito, que se ha ido ralentizando en los últimos ejercicios y consistente con la registrada en el último decenio, lo que contrasta con los números de dos dígitos registrados en la década anterior, concretamente entre 2004 y 2013, cuando Pekín incrementó su partida presupuestaria dedicada a defensa en 150% en total.

Rusia, que según recuerda Núñez de Villaverde, "se había movido siempre en número de 60.000 millones", ha cerrado el año con un gasto de defensa récord. Un total de 109.000 millones de dólares, un incremento del 24% que equivale a un 5,9% del PIB del país, aunque el propio informe advierte que los datos proporcionados por Moscú no son fiables y que es muy probable que la cifra real sea incluso más elevada. A su lado, Ucrania asciende de la 11ª a la octava posición, con un gasto de 64.800 millones, un incremento de más del 50%. "Combinado con la ayuda militar extranjera, Kiev gasta más o menos lo mismo que Rusia, pero hay una diferencia: para los rusos, se trata de un gasto sostenible", considera el codirector del Instituto sobre Conflictos y Acción Humanitaria.

España cierra el ejercicio de 2023 habiendo gastado un total de 23.700 millones de dólares, casi un 10% más, aunque sigue quedando muy lejos, cinco puntos por debajo, de la cifra del 2% del PIB establecido por la OTAN en 2014 para sus estados miembros. Dicha provisión es cumplida en estos momentos por 11 de los 31 países integrantes, cuatro más que en 2022.