Entender más

¿Cómo proteger a las naranjas del dragón amarillo?

La guerra de Gaza inunda el mercado español de narajas egipcias

¿Acatarrado? Fortalece el sistema inmunológico con un zumo de naranja recién exprimido

¿Acatarrado? Fortalece el sistema inmunológico con un zumo de naranja recién exprimido

Michele Catanzaro

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

Florida, antaño la fuente del casi todo el zumo de naranja que se bebía en Estados Unidos, produjo en 2023 el 10% de lo que generaba hace dos décadas. Fue entonces cuando llegó allí el “dragón amarillo” o Huanglongbing (HLB), una enfermedad sin cura que ha diezmado los naranjos de medio mundo. Actualmente, s0lo el Mediterráneo y Australia están a salvo. Sin embargo, los insectos que transportan la infección ya se han detectado en la península ibérica y otras áreas. 

En el esfuerzo de buscar remedio a esta plaga, un grupo de investigadores del Centro de Investigación Agrícola del Departamento de Agricultura de los Estados Unidos (USDA-ARS) ha dado con la clave del sabor del zumo de naranja. Son 26 moléculas que conforman su aroma, de las cuales 7 en particular lo distinguen del zumo de mandarina. 

El hallazgo abre un resquicio de esperanza. Esas moléculas se han hallado también en un fruto llamado US Sundragon, un híbrido con la mandarina que es resistente al HLB, creado por el propio USDA-ARS. Los investigadores aventuran que este híbrido se podría usar en la receta del zumo de naranja, que actualmente debe contener el 90% de naranjas “tradicionales”, según la regulación de EEUU. 

El estudio está financiado por una agencia pública de Estados Unidos y sus autores no declaran ningún conflicto de interés, así que es de suponer que el apoyo del USDA-ARS a su híbrido está científicamente fundado. Pero no está de más tener presente los fuertes intereses económicos que rodean el asunto. En todo caso, hay que mirar a Florida con atención, ante el riesgo que el “dragón amarillo” también aterrice en España.

¿Qué es el “dragón amarillo”?

El HLB surgió en China hace más de un siglo, pero no fue hasta los años 2000 cuando alcanzó una expansión mundial. “Actualmente, es la principal amenaza contra los cítricos a nivel mundial y no tiene cura”, afirma José Manuel Campos, investigador del Institut de Recerca i Tecnologia Agroalimentària (IRTA), no implicado en el estudio.

Se trata de una bacteria (Candidatus Liberibacter asiaticus) transportada por un grupo de insectos, los psílidos de los cítricos. La enfermedad mata lentamente a los árboles, obturando los vasos por los cuales pasa la savia. En el proceso, los cítricos adquieren una tonalidad verdosa y pierden su sabor. La naranja dulce (Citrus sinensis) es especialmente vulnerable y se vuelve amarga.  

“El HLB ha devastado la industria cítrica en Florida”, afirman Anne Plotto y Jinhe Bai, fisiólogas de plantas en el USDA-ARS y coautoras del estudio, en un correo electrónico a EL PERIÓDICO. España de momento está a salvo, pero el insecto ya se ha detectado en varios puntos de la cuenca mediterránea. “Tenemos los vectores sin tener la enfermedad, pero la situación es amenazadora: tenemos la soga en el cuello”, afirma Campos.

En los sitios donde la enfermedad se ha desatado, la esperanza está puesta en hallar alguna variante resistente al HLB, por ejemplo un híbrido de otros cítricos. En el fondo, la propia naranja dulce no deja de ser un híbrido entre la mandarina y el limonsón. En efecto, existen híbridos resistente al dragón amarillo, pero su jugo tiene un retrogusto indeseable. 

¿Qué da al zumo de naranja su sabor?

Es por esto que los investigadores del USDA-ARS se han dado una misión ambiciosa: intentar definir químicamente algo tan inmaterial como el sabor de un zumo de naranja. Para hacerlo, han analizado 179 muestras de zumos de cítricos, incluyendo a los híbridos. Un panel de catadores entrenados ha evaluado en qué medida cada uno se parecía al zumo de naranja. Los investigadores ha correlacionado esas evaluaciones con numerosas moléculas potencialmente asociadas con el sabor. 

Por medio de inteligencia artificial, han identificado 26 compuestos que conforman el sabor del zumo de naranja. Siete de ellos son cruciales, porque su presencia discrimina el sabor de naranja del de mandarina. “Todos ellos pertenecen a la familia de los ésteres, compuestos aromáticos que dan el sabor a muchas frutas”, observa Amparo Monfort, investigadora del IRTA en el Centre de Recerca Agrigenòmica (CRAG), no implicada en el estudio.

“Ya había evidencias previas de su importancia. Pero nuestro estudio es único porque tiene muchos datos”, afirman Plotto y Bai. “Podemos afirmar con certidumbre que para que un cítrico tenga el típico sabor de la naranja, tiene que tener más ésteres que las mandarinas”, explican.

¿Cómo se aplica el hallazgo al “dragón amarillo”?

El estudio ha revelado comp un híbrido resistente al HLB desarrollado por el USDA-ARS, el US SunDragon, contiene esos ésteres y además es clasificado como muy parecido al zumo de naranja. “El estudio es impecable, pero sus conclusiones se ven muy dirigidas [a ese híbrido]”, observa Monfort. En efecto, los investigadores plantean que se podría usar en el zumo de naranja, que actualmente debe contener un 90% de naranjas dulces.

El otro resultado es la identificación del gen que codifica estos ésteres, llamado CsAAT1. Los investigadores han desarrollado un sistema bioquímico para “marcar” la presencia de ese gen. “Los agriculgores podrían usar este marcador para analizar las semillas de híbridos y comprobar si van a dar el sabor de naranja deseado, en lugar de esperar de 10 a 15 años para que los árboles den fruto”, afirman Plotto y Bai. 

La aplicación no es inminente, pero Campos advierte que encontrar plantas resistentes es la única vía de salida. El experto ve un paralelismo con el virus de la tristeza que golpeó los naranjos en España en el siglo pasado. “Se generó una reconversión de la citricultura, sustituyendo los naranjos con otros tolerantes a este virus. Fue un gran éxito. Con el HLB se está buscando algo parecido”, concluye.

Suscríbete para seguir leyendo