Club de Educación y Crianza | Álvaro Bilbao Doctor en Psicología y neuropsicólogo

"Si un niño de 14 años sufre problemas graves de comportamiento, lo más probable es que lleve desde los 9 jugando al Fortnite sin límites"

El neuropsicólogo, autor de 'Prepárate para la vida', recuerda que la falta de afecto y normas en la infancia deriva en adolescencias complicadas

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El neuropsicólogo y divulgador Álvaro Bilbao, en Madrid

El neuropsicólogo y divulgador Álvaro Bilbao, en Madrid / Xavier Amado

Olga Pereda

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Doctor en Psicología, neuropsicólogo, divulgador y padre de tres hijos, Álvaro Bilbao aconseja a los adolescentes que se preparen para la vida. La tarea es intensa y titánica, así que lo más recomendable es que no lo hagan solos sino acompañados -en la distancia- por sus padres y madres. También por otras personas, buenas compañías, amigos y amigas de verdad, capaces de apoyar y acompañar en los momentos más duros. 'Prepárate para la vida' es, precisamente, el título del último ensayo del divulgador, un libro pensado para chicos y chicas a partir de 14 años (y para sus familias).

Una de sus pacientes fue una chica joven que se quiso suicidar por la presión que recibía por parte de su padre y su madre. Ambos eran médicos y querían que su hija tuviera la misma profesión. ¿Por qué pasan estas cosas tan terribles? Los 'introyectos' son las proyecciones o las ideas que tenemos introducidas por nuestros padres como verdades absolutas. Los progenitores de esa joven eran médicos, al igual que los abuelos. Inculcaron a su hija que, en la vida, hay que luchar y ser excelente. “Si no eres médico no serás nada en la vida”, le decían. Parte del trabajo que hacemos en consulta es ayudar a estos chicos y chicas a liberarse de estos 'introyectos' y ver las cosas de otra manera. Cuando tu padre te dice que te esfuerces y te compres una casa te está diciendo que quiere que te cuides, que estés bien y tengas seguridad. Pero, hoy en día, la seguridad no está tanto en comprar una casa sino en aprender y desarrollar una carrera con tu propio proyecto.

Afirma que un aspecto importante que contribuye a la precaria salud mental de los jóvenes es cómo educamos las familias. ¿Tanta culpa tenemos? En psicología hablamos más de responsabilidad que de culpa. Es importante entender que los chavales se dejan influir por el entorno familiar. No hay más que ver a los padres para saber por dónde empiezan los problemas de los jóvenes. Hay niños y niñas de 14 años con dificultades graves de comportamiento. Lo más frecuente es que lleven desde los 9 años jugando al Fortnite. No todos los que juegan tienen problemas de comportamiento, pero es habitual que los que sí lo tienen hayan tenido una infancia con pocos límites y normas. También puede ser que no hayan tenido afecto. Hay niños que no saben qué es cenar con su madre.

Qué mal lo hacemos. Parte de la responsabilidad está en las familias, sí. Pero nunca hay que hablar de culpa. Las madres y los padres lo hacen lo mejor que pueden y pensado siempre en el bien de sus hijos.

Las emociones son el asunto estrella de la crianza actual. Pero que los colegios incorporen inteligencia emocional como una asignatura con evaluación ¿no es pasarse de frenada? Que vaya con nota no es necesario. La inteligencia emocional se trabaja a nivel transversal. Cuando hay un tema de debate -por ejemplo, la pandemia, unas elecciones o la crisis climática- se puede aprovechar y hablar de asuntos relacionados con la inteligencia emocional. Igual no tiene mucho sentido en sí, pero estás mandando un mensaje importante. Que se meta en el currículo escolar contribuye a pensar que las emociones son importantes.

Las emociones corren a la velocidad de un Ferrari en los adolescentes, que, sin embargo, no terminan de desarrollar el córtex prefrontal hasta los 23 años. ¿Cómo lidiamos con este cóctel explosivo? Una parte importante de la adolescencia es separarse psicológicamente de los padres y tener su propio camino. Estamos preparados genéticamente para eso. Escuchamos más a nuestros amigos que a nuestros padres, damos más valor a sus opiniones y eso tiene que ver con la necesidad de identificarse con un grupo.

Hablemos de resiliencia. ¿Qué es y por qué es tan necesaria? Es la capacidad de resistencia emocional. Creemos que significa ser resistente y aguantar todo. Pero no. El padre del término es el neurólogo Boris Cyrulnik. Cuando era un niño, se quedó huérfano por el holocausto nazi. Pero él fue capaz de salir adelante porque se encontró con gente que le ayudó, le dio cobijo y le escondió de sus verdugos. Todos vamos a pasar por situaciones de angustia y es importante saber que la clave no es aguantar sino confiar en alguien que te ayude a pasar el charco.

Por eso es tan importante elegir bien las amistades, ¿verdad? Sí, y eso que a los adolescentes les cuesta porque se dejan llevar por la popularidad o les atrae gente que no les trata demasiado bien.

“No te compares con otros y no quieras ser quien no eres” es uno de sus consejos fundamentales. Lo vemos tanto en psicoterapia de adultos… Es importante que cada uno sepa cómo es. La comparación viene porque el cerebro tiene un defecto de fábrica y siempre está tomando referencias. Eso tiene cosas buenas. Fijarse en algún amigo, por ejemplo, que tiene pareja y le va bien. El problema es que, hoy en día, contemplamos referentes que están muy lejos de nosotros, el 'influencer' de turno. Nos obsesionamos y comienzan los problemas.

Permítame un apunte personal. Mi hijo tiene 9 años y le sigo haciendo la cama. Al leer su libro me he dado cuenta de mi error. A partir de ahora, se la hará él. Tienes varias opciones. Entre semana, si vas con mucha prisa, puedes encargarte tú, pero el fin de semana que lo haga él. Es la manera de enseñarle que tiene control, disciplina y capacidad para organizarse. A ninguno nos gusta hacer la cama… y la hacemos.