Proceso en la Audiencia de Bcn
Pódcast 'En fuera de juego' | Tercer capítulo: Dani Alves, al banquillo
Pódcast 'En fuera de juego' | Primer capítulo: 'Dani Alves, la caída de un mito'
Pódcast 'En fuera de juego' | Segundo capítulo: 'Dani Alves, "no callem"'
J. G. Albalat
Redactor
Ha trabajado en el Diario de Barcelona, El País y AVUI. Desde hace años en El Periódico cubriendo los acontecimientos judiciales. Premios Ortega y Gasset, Save the Children, Ramon Barnils y Josep Maria Planes por la investigación del 'caso Maristas' sobre abusos sexuales en los colegios. En el 2016, mención honorífica de la Generalitat en el Día de la Justicia. Colaborador de publicaciones jurídicas. Profesor asociado Master de Criminología de la Universitat de Barcelona.
Guillem Sánchez
Redactor
Periodista de sucesos. Antes trabajé como redactor de sociedad en la Agència Catalana de Notícies (ACN).
Profesor asociado en la Facultat de Comunicació i Relacions Internacionals Blanquerna.
Libros Publicados: 'El Estafador' (Editorial Península) y 'Crónica del Caso Maristas' (Ediciones B).
"Creo que estamos ante el juicio del año (....) Porque creo que es un caso que dirimirá hasta qué punto hemos cambiado de paradigma a la hora de leer, de actuar, de reaccionar y de reparar la violencia sexual". Quién habla es Nuria Marrón, subjefa de la sección de Sociedad de EL PERIÓDICO. "Creo que el 'caso Dani Alves' puede suponer un cambio de paradigma, en el sentido de que va a ser el primer gran juicio de un poco lo que llamamos la era del consentimiento", precisa esta periodista en el tercer capítulo del pódcast 'En fuera de Juego', de los firmantes de este artículo, Jesús G. Albalat y Guillem Sánchez.
"Va a haber un antes y un después por la aplicación de la nueva ley que se centra en el consentimiento", subraya la abogada Victoria de Pablo, de la asociación Clara Campoamor.
Dani Alves se sentará en el banquillo de los acusados los días 5, 6 y 7 de febrero. La fiscalía reclama para él nueve años de prisión por presuntamente haber violado (agresión sexual con penetración) a una joven de 23 años en la discoteca Sutton de Barcelona, en la noche del 30 al 31 de diciembre de 2022. La acusación particular, ejercida por la abogada Ester García en nombre de la víctima, reclama 12 años, la pena máxima que se puede pedir para ese delito. La abogada de Alves, Inés Guardiola, solicita la absolución, pues el exfutbolista del FC Barcelona aseguró en su última declaración -y quinta versión- y tras verse acorralado por las pruebas en su contra, que fue sexo consentido.
Sin embargo, la defensa ha introducido en su escrito de calificación provisional un elemento nuevo: esa noche, según ella, el jugador había bebido, por lo que considera que debe apreciarse, en el supuesto que el tribunal no crea que fue sexo consentido, atenuantes de embriaguez, reparación del daño (Alves ha depositado por orden del juez 150.000 euros para pagar una eventual indemnización) y otra sobre la vulneración de derechos fundamentales. Alves está encarcelado desde el 20 de enero del año pasado.
Acorralado por las pruebas
En el pódcast los autores de este artículo explican los pormenores del proceso judicial y cómo Alves se ve acorralado por las pruebas que juegan en su contra. La primera, el hallazgo de restos de semen en el lavabo (pasó de asegurar que no conocía a la víctima a afirmar que le hizo una felación), las huellas dactilares encontradas en el habitáculo (corroboran la versión de la denunciante), las grabaciones de las cámaras de seguridad en el interior del local de ocio (se les ve bailando y cómo, al cabo de un rato, el jugador entra en el pasillo donde se encuentra el lavabo y después va la mujer) y, por último, los restos de ADN en el interior del cuerpo de la joven.
Tras conocerse el resultado de esa prueba, publicado en exclusiva por EL PERIÓDICO, fue cuando el deportista cambio de versión y se escudó en el "sexo consentido". Su entonces abogado, Cristobal Martell, llegó a hablar en algún recurso de "galanteo sexual" previo. Ahora, con el fichaje de la abogada Inés Guardiola, el jugador planteará, de entrada, una batería de cuestiones jurídicas para intentar desmontar el proceso judicial. Una premisa: la legislación española garantiza que toda persona es inocente hasta que se demuestre lo contrario. Y Alves es inocente hasta que no haya una sentencia condenatoria. Los jueces tienen la palabra.
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