Condenado a dos años de prisión por no utilizar preservativo sin el consentimiento de su pareja

La Audiencia Provincial de Madrid ha condenado a un hombre a dos años de prisión por practicar sexo sin preservativo con una mujer que había puesto como condición utilizarlo para tener relaciones íntimas. El hombre, que ha sido condenado por un delito de abuso sexual, y la mujer, que le manifestó su temor a quedarse embarazada o a contraer enfermedades de transmisión sexual, se conocieron en una aplicación de citas y acordaron las normas antes de la penetración.

De esta forma, el tribunal considera que se ha producido un atentado contra la libertad sexualde ella, pues, al no haber consentido que se produjese ningún contacto íntimo sin protección, el hombre tomó la decisión de forma unilateral y sin contar con su aprobación.

Se trata de un caso prácticamente inédito hasta el momento, pues apenas existe jurisprudencia al respecto, y supone una de las primeras veces en que la justicia española se tiene que enfrentar a un término que en el extranjero se denomina como stealthing, que podría entenderse como retirar sigilosamente el preservativo sin que lo sepa y/o consienta la otra parte.

No es un malentendido

La defensa, por su parte, no negó que se produjera esa retirada del condón, pero sí que fue fruto de un malentendido y no de la mala fe por parte de su cliente.

Sin embargo, las magistradas de la Sección Quince de la Audiencia Provincial de Madrid entienden que "dispuso de indicadores sobrados que le avisaron de la eventualidad del carácter delictivo de su conducta".

Además de los dos años de prisión a los que le ha condenado el tribunal madrileño, el joven también deberá indemnizar a la víctima con 5.000 euros en concepto de daños morales. Frente a la resolución todavía cabe posibilidad de recurso de apelación ante el Tribunal Superior de Justicia de Madrid.

Puso normas claras antes del sexo

Los hechos se produjeron entre el 14 y el 15 de junio de 2022, y, antes incluso de quedar, ambos ya habían hablado de sus experiencias sexuales previas y de la preocupación de ella por contraer enfermedades de transmisión.

Antes de la penetración, durante los preliminares, ella le puso tres normas: no podía besarla en la boca, en vez de "follar" había que decir "F" y el sexo tenía que ser con protección. Él dijo que sí. Después, y una vez ya a oscuras, ella le habría dejado espacio e intimidad para que se pusiera el preservativo, pero, en algún momento durante la penetración, ella comprobó que no lo llevaba.

Se "quedó en shock, pidiéndole enseguida perdón el acusado, diciéndole que nunca se lo había puesto, pero que todo era un malentendido, instante en que ella puso fin de inmediato a la relación sexual, duchándose y marchándose a su domicilio", explica la sentencia.

La joven acudió acto seguido a un hospital en el que diagnosticaron nerviosismo y tendencia al llanto, explica la Audiencia Provincial de Madrid, y fue atendida en un centro de crisis 24 horas y en un centro integral contra la violencia sexual. Actualmente, sigue en tratamiento psicológico en una institución especializada.