Sostenibilidad. Reciclaje

Catalunya y el reciclaje de envases de vidrio: 25 años impulsando la circularidad

“El arquitecto del futuro se basará en la imitación de la naturaleza, porque es la forma más racional, duradera y económica de todos los métodos”. Con esta reflexión, Antonio Gaudí, uno de los más grandes arquitectos de Catalunya y el exponente más importante de la arquitectura modernista, invita a fijarse en la naturaleza como guía y fuente de inspiración. Esta frase que el célebre pronunció reflexionando sobre el futuro de la arquitectura, es aplicable en la actualidad a otros muchos ámbitos como la gestión de residuos.

Ecovidrio

Ecovidrio / D.R.

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La naturaleza nos da una lección sobre eficiencia: todo se transforma y se aprovecha en un círculo perfecto. Y un ejemplo de sostenibilidad y circularidad lo encontramos en el vidrio: un material que se puede reciclar al 100% infinitas veces, sin que en el proceso pierda calidad ni cantidad.

La historia del reciclaje de envases de vidrio en Catalunya comenzó en 1982 cuando Narcís Serra, el alcalde de Barcelona, acompañado por Armando Sánchez, responsable de Santos Jorge, compañía dedicada a la recogida y tratamiento de vidrio, inauguró en la céntrica Plaza Sant Jaume de la Ciudad Condal el que sería el primer contenedor para envases de vidrio de Catalunya y uno de los primeros de toda España. Poco después, los icónicos iglús comenzaron a formar parte del paisaje urbano de nuestras calles y ciudades. Por aquel entonces había hasta tres contenedores para separar los envases de vidrio por colores: blancos, verdes y marrones. Con el tiempo, y para simplificar la labor a los ciudadanos, se optó, únicamente, por el iglú verde. 

Un cuarto de siglo

La recogida selectiva de envases de vidrio en Catalunya no ha existido siempre, ya que su llegada al territorio como actividad universal y obligatoria tuvo lugar hace tan solo 25 años, con la aprobación de la Ley 11/1997 de Envases y Residuos de Envases. Un cuarto de siglo en el que Catalunya se ha convertido en uno de los territorios estatales más aventajados en materia de reciclaje y recogida selectiva de envases de vidrio. A lo largo de más de dos décadas de andadura, envase a envase y botella a botella, nuestra región ha incrementado en más de un 200% la recuperación de envases de vidrio, con más de 3,3 millones de toneladas depositadas en los 10.000 icónicos iglús verdes que ya forman parte del paisaje de las ciudades y pueblos del territorio catalán. De Bausén hasta Alcanar, no hay pueblo o municipio que no cuente con un contenedor abierto las 24 horas al día. Esto ha hecho posible que cada catalán deposite cerca de 82 envases de vidrio al año en el contenedor verde, una cifra de la que debemos sentirnos muy orgullosos, ya que se sitúa por encima de la media estatal. Hoy podemos afirmar que los catalanes reciclamos no solo mucho, sino que lo hacemos bien. 

Las claves del éxito

Estos niveles de reciclaje no hubiesen sido posibles sin el compromiso y responsabilidad que han demostrado todos los actores implicados. Desde que Catalunya se convirtiese en el primer territorio del Estado en firmar un convenio marco con Ecovidrio, la sociedad catalana ha sido un ejemplo de movilización y madurez con el hábito del reciclaje; que ha ido acompañada por una administración pública con ambición, audacia y volcada en la mejora constante de resultados, no solo del vidrio, sino de todos los flujos de residuos; por una industria alineada con los objetivos marcados y por unos hosteleros comprometidos con la sostenibilidad de su actividad. 

Precisamente, nuestros hosteleros también han sido actores clave para alcanzar las excelentes cifras de reciclado en Catalunya. La hostelería está en el ADN de Ecovidrio y es que precisamente ella es generadora de casi el 50% de los residuos de envases de vidrio que se ponen en el mercado. Nuestros bares, restaurantes y establecimientos hosteleros no solo son unos abanderados de nuestra excelente cultura gastronómica, sino que son también un ejemplo tangible de que un modelo de economía circular es posible. En Catalunya, Ecovidrio ha trabajado estrechamente con más de 16.000 hosteleros de todo el territorio, que han participado activamente en las diferentes campañas desarrolladas para que la separación del vidrio esté presente delante y detrás de la barra de nuestros bares.

Además, Catalunya es uno de los pocos territorios del Estado donde se cierra el círculo del reciclaje y donde, además, existe un potente e innovador tejido industrial comprometido con la sostenibilidad. En concreto, el territorio cuenta con tres plantas de tratamiento ubicadas en Mollet del Vallès (Santos Jorge), El Prat de Llobregat (Daniel Rosas) y Montblanc (REVIBASA); y con tres vidrieras de referencia situadas en Montblanc (Verallia), Barcelona (OI Vidriera Rovira) y Castellar del Vallès (Vidrala). En las plantas, los residuos de envases recogidos en los contenedores se separan, limpian y trituran en pequeños fragmentos, sin usar agua ni productos químicos en todo el proceso, hasta lograr el calcín -la materia prima secundaria con la que se fabrican nuevos envases vidrio-. 

La nueva y ambiciosa legislación va a suponer un punto de inflexión para lograr que el reciclaje de envases de vidrio sea para siempre, ya que establece unos objetivos de recogida separada del 70% en 2025 para los residuos de envases de vidrio en cada comunidad autónoma. Por eso, para alcanzar estas metas es importante que todos los actores asuman la parte que les toca.

Transformación digital

Ecovidrio cuenta con un Plan de Transformación Digital, pionero en el mundo de la economía circular, con el que la entidad está sentando las bases de un futuro que ya es realidad. Gracias a los contenedores geolocalizados, Ecovidrio tiene acceso a los datos diarios de recogida de todos ellos y mediante herramientas de inteligencia artificial, puede analizar estos datos y cruzarlos con variables sociodemográficas, sociales y de consumo para detectar qué municipios y hasta barrios tienen mayor potencial de recogida, así como identificar cuántas toneladas se están perdiendo para aplicar medidas correctoras por comparación a zonas de características similares y mejor desempeño. Entre estas medidas, y gracias a sus capacidades tecnológicas, se pueden así planificar las rutas de recogida de una forma óptima y eficiente, reforzar la infraestructura de contenedores en calle, ajustar la frecuencia de recogida o planificar campañas de movilización intensivas donde se necesite, entre otras acciones.

Como decía Gaudí, la naturaleza nos demuestra cada día que la economía circular es el modelo más racional, duradero y económico de gestionar los residuos, algo que hemos comprobado de primera mano durante los últimos 25 años, cuando empezó la revolución del reciclaje de vidrio en nuestro país. Gracias al compromiso de todos los actores involucrados, la historia del reciclaje de vidrio en Catalunya ha sido todo un éxito y un ejemplo de que la economía circular puede permanecer para siempre. Ese debe ser nuestro gran legado para las generaciones futuras.