Críticas a la UB por la gestión del caso del vicerrector: "Ni asumen responsabilidades ni reparan a la afectada"

Después de tres días de pulso con el alumnado y un grueso del profesorado, la Universidad de Barcelona (UB) anunció este miércoles la dimisión del vicerrector Jordi Matas –señalado por el presunto acoso sexual a una alumna–, en un comunicado que ha sido cuestionado por sindicatos de estudiantes y la Asamblea Feminista de la universidad.

Tras haber cerrado filas alrededor de Matas argumentando que el caso se había cerrado en 2017 sin alegaciones por las dos partes, el equipo rectoral descartó en el comunicado que fuera a reabrir el caso ya archivado, a pesar de que "la mirada actual –reconoce en el texto– legitima para hacer valoraciones sobre estas cuestiones". Además, la universidad, que proclama tolerancia cero ante el acoso sexual, también pedía "prudencia y respeto" ante los hechos que han trascendido y rechazaba cualquier "señalamiento público hacia las personas implicadas en este caso o cualquier otro".

Sin reparación para la víctima

"Creemos que no es la respuesta que la universidad debería haber dado, ya que no asume ninguna responsabilidad y tampoco incluye ninguna medida de reparación para la afectada", afirman desde la Assemblea Feminista de la UB, espacio que en los próximos se reunirá para valorar el caso de forma más profunda.

Más beligerante es la andanada del Sindicat del Països Catalans, organización que considera que sin "la autodefensa feminista" ni las protestas de estos días Matas aún sería vicerrector, y señalan a la "complicidad" del rectorado, que incluyó en su equipo a Matas cuando ya se habían investigado los hechos y había recibido "una reprimenda" verbal por el caso bajo el mandato del anterior equipo de gobierno.

Perder el miedo

Por su parte, Francois Cohen -uno de los firmantes de la carta abierta de los más de 100 profesores de la UB que reclamaron el miércoles el cese cautelar de Matas y una investigación independiente– se muestra "satifecho" con la dimisión y con el compromiso de la universidad en favor de la igualdad de género para convertirse en un espacio "en el que la gente no tenga miedo de hablar cuando hay problemas".

La consellera de Feminismes, Tània Verge, que en su día dirigió la Unitat d'Igualtat de la Universitat Pompeu Fabra, se ha solidarizado este jueves a través de la plataforma X "con todas las víctimas que denunciaron un caso de acoso en la universidad y no encontraron la reparación justa". Verge no ha entrado a opinar directamente sobre este asunto pero ha sido clara en su diagnóstico. Así, ha explicado que, en los últimos años, los protocolos, como la mirada sobre el tema, han cambiado y que hoy sería "incomprensible" que "casos como los se han denunciado en los últimos tiempos en los medios no recibieran hoy la consideración de falta grave y que, por lo tanto, la sanció no fuera proporcional a esta gravedad".

Identificar potenciales víctimas

Aun así, la consellera ha explicado que, aunque no se puedan reabrir casos investigados o prescritos, "las universidades pueden actuar con diligencia debida para reparar a las víctimas" e identificar, por ejemplo, otras afectadas potenciales del mismo acosador.

Verge también recuerda que, aunque las universidades tienen autonomía para investigar y eventualmente sancionar los casos, el Govern ha proporcionado nuevas herramientas, formación y más recursos para mejorar "la implementació efectiva" de los procedimientos con un protocolo guía que fija los estándares de diligencia debida, tanto en prevención como en reparación, apunta a las revisiones normativas que deben hacer las universidades y da pautas de actuación.

"Hoy he vuelto a soñar contigo"

Según las informaciones aparecidas esta semana, una alumna denunció en 2017 que Matas –que debía tutorializar su trabajo de fin de grado– le enviaba mensajes subidos de tono e insistía para verla fuera de clase. La comisión en cuestión analizó la denuncia y la archivó sin alegaciones.

La información de eldiario.es recoge que el catedrático le llegó a enviar mensajes del corte “hoy he vuelto a soñar contigo, nos lo pasábamos muy bien” y que, cuando la estudiante puso distancia en la relación, la persiguió por la universidad. Hasta el punto de que, según este medio, pidió ayuda a su entorno y en una ocasión llegó a escaparse del profesor por una ventana del aula. La alumna, cuyo entorno asegura que sufrió episodios de ansiedad, también denunció en su instancia que en alguno de sus encuentros le había "acariciado en las piernas, los brazos y las manos”. Un equipo formado por tres hombres investigó la denuncia y el caso se archivó con una suerte de reprimenda al docente.