Sucesos
Las cámaras delataron a la mujer del crimen de Sant Adrià: no había rastro de los presuntos asaltantes
Prisión para una mujer por matar a su pareja en Sant Adrià y autolesionarse para hacerse pasar por víctima de un asalto
Un muerto y una embarazada herida en una riña en Sant Adrià de Besòs
Guillem Sánchez
Redactor
Periodista de sucesos. Antes trabajé como redactor de sociedad en la Agència Catalana de Notícies (ACN).
Profesor asociado en la Facultat de Comunicació i Relacions Internacionals Blanquerna.
Libros Publicados: 'El Estafador' (Editorial Península) y 'Crónica del Caso Maristas' (Ediciones B).
Los Mossos d’Esquadra arrestaron el pasado lunes a Arletis, la mujer embarazada de 26 años que supuestamente asesinó a Gerard, un hombre de 33 años, su pareja sentimental, porque las pruebas recabadas habían disuelto su coartada. Arletis, para ocultar el crimen que presuntamente acababa de cometer, simuló que tanto ella como el fallecido habían sido víctimas de un ataque perpetrado por dos individuos de rasgos árabes que irrumpieron en su domicilio a punta de pistola y acabaron apuñalando repetidamente y hasta la muerte a Gerard e hiriéndola de gravedad a ella en la pierna. Pero los investigadores del grupo de homicidios de la Regió Policial Metropolitana Nord de la policía catalana –tras escuchar su declaración, inspeccionar la escena del crimen y revisar grabaciones de videocámaras cercanas– procedió a detenerla como autora material de los hechos. Su versión no encajaba.
La sospechosa ingresó en prisión preventiva el miércoles y los Mossos consideran que actuó con ensañamiento y alevosía
La policía catalana, tras más de una semana escrutando los hechos, acudieron el pasado lunes a buscar a la mujer, de nacionalidad cubana, al Hospital Universitari Germans Trias i Pujol, el centro sanitario conocido como Can Ruti de Badalona, donde se recuperaba de la peligrosa incisión sufrida en el muslo. Allí le comunicaron que iba a ser arrestada por la muerte de Gerard, su novio y junto a quien iba a ser madre. Los investigadores sospechan que Arletis pudo haberse causado la herida de la pierna para reforzar la versión de los asaltantes o bien que se trata de un corte que se hizo a sí misma accidentalmente mientras atacaba encarnizadamente a su novio.
Ensañamiento y alevosía
La joven fue trasladada a los calabozos de la comisaría de Badalona, donde permaneció dos días antes de su traslado a disposición del Juzgado de Instrucción número 5 de Badalona, que ordenó que ingresara preventivamente en la cárcel. Los Mossos consideran que se trata de un asesinato: creen que Arletis actuó con ensañamiento y alevosía.
La detención de esta mujer embarazada dio un giro a la información publicada hasta la fecha sobre este crimen: la investigación policial parecía concentrada en la tarea de encontrar a los dos supuestos atacantes que habían asaltado el piso de esta pareja, ubicado en la calle Bogatell de Sant Adrià de Besòs. Sin embargo, lo que comprobaron los policías desde el comienzo fue que no había ni rastro de los dos hombres de rasgos árabes que, según Arletis, vestían de negro y que habían allanado su domicilio con armas de fuego y armas blancas, los atacaron y después se marcharon por la puerta principal.
Sin rastro de los supuestos agresores
Las cámaras de seguridad presentes en establecimientos cercanos, revisadas por los policías en los días posteriores, no captaron ni la entrada ni la salida de nadie que se correspondiera con el perfil de los supuestos agresores, según las fuentes policiales. Según el relato de la mujer, ambos individuos habrían abandonado el domicilio pocos minutos antes de que acudieran a socorrerla los vecinos –alertados por los gritos de Arletis, que salió de casa ensangrentada y pidiendo auxilio tras, supuestamente, matar a Gerard– y se presentaran en el lugar las primeras patrullas de la Guardia Urbana de Badalona y de los Mossos en el lugar.
La autopsia practicada al cadáver de Gerard reveló que su cuerpo presentaba numerosas incisiones por arma blanca. Que la víctima hubiera sido apuñalada de forma tan reiterada podía indicar que el autor era alguien conocido, alguien que tenía una animadversión personal con la víctima. Y la inspección ocular del domicilio en el que fue hallado Gerard no cuadraba tampoco con una secuencia de los hechos como la que mantuvo durante días Arletis, que describía una irrupción muy violenta de los dos hombres de negro.
Tensiones en la pareja
Por ello, tras revisar las cámaras y descartar la existencia de los dos agresores –que tampoco tenían ningún móvil razonable para actuar con tanta saña contra Gerard–, los policías pusieron su lupa sobre Arletis y todo comenzó a cobrar sentido.
Aunque no existe un móvil aclarado por la detenida, los investigadores consideran que se trata de un delito cometido por tensiones dentro de la pareja. Gerard y Areltis se conocieron hace pocos años porque trabajan en el mismo sector: cuidando a ancianos en los geriátricos. Entre ambos no existen antecedentes de malos tratos. Dado que eran pareja, y podría concurrir el agravante de parentesco, además del de ensañamiento y de alevosía, la sospechosa podría afrontar una pena de entre 20 y 25 años de cárcel.
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