Trapaso de Rodalies

¿Qué dice exactamente el acuerdo entre Gobierno y sindicatos que ha evitado la huelga de Renfe y Adif?

El ministro Puente llamó a Aragonès antes de desactivar la huelga de Renfe y Adif

Misterios sin resolver del traspaso total de Rodalies a Catalunya

¿Cómo será el traspaso de Rodalies a Catalunya?

Un tren con destino al aeropuerto de El Prat, en la estación de Sants

Un tren con destino al aeropuerto de El Prat, en la estación de Sants / MANU MITRU

Carlos Márquez Daniel

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Se sentaron en la mesa 13 personas. Por un lado, el ministro de Transportes y Movilidad Sostenible, Óscar Puente; el presidente de Renfe, Raül Blanco, y su homóloga en Adif, Maria Luisa Domínguez. Por el otro, representantes del comité de empresa de ambas empresas públicas, además de los secretarios generales de los principales sindicatos ferroviarios. Sobre la mesa, la convocatoria de cinco días de huelga tanto en el operador de transportes como en el gestor ferroviario que debía empezar a primera hora de este viernes. Los temas a resolver para evitar el paro, el traspaso de Rodalies a Catalunya y el proceso para la identificación de un socio privado para Renfe Mercancías. El Gobierno, a última hora de la tarde del jueves, con los servicios mínimos ya calentando la banda, logró desactivar la movilización. Con cinco compromisos muy concretos.

Diálogo social indiscutible

Diálogo social indiscutible

En primer lugar, el ministerio se compromete a informar a los representantes de los trabajadores de cualquier avance que se produzca en cualquiera de los temas en liza. "Se abordarán conjuntamente aquellas soluciones que permitan superar la conflictividad", reza el acuerdo. Es la lógica demanda de no modificar nada que tenga que ver con las condiciones de trabajo sin contar con la opinión del comité de empresa. Y un modo de decir que si se da cualquier paso sin una consulta previa a la plantilla, la amenaza de huelga volverá a escena.

Viajeros en Sants, durante la huelga de maquinistas de septiembre/octubre de 2022

Viajeros en Sants, durante la huelga de maquinistas de septiembre/octubre de 2022 / Ferran Nadeu

Mantenimiento de las condiciones

Mantenimiento de las condiciones

El segundo punto hace referencia expresa a los puestos de trabajo: "Firme compromiso con el mantenimiento de las condiciones sociolaborales de la plantilla y especialmente, con la garantía de integridad del Grupo Renfe y Adif, manteniendo sus plantillas y su operación, tanto para el proceso de Renfe Mercancías, con en el de Rodalies de Catalaunya". Es decir, tal y como ya ha defendido el Govern desde que se hizo público el traspaso de competencias, el 3 de noviembre, la plantilla no alterará prestaciones como la antigüedad, los pluses o, sobre todo, la movilidad laboral, esté el interesado dentro del operador estatal o incorporado en el nuevo operador catalán.

Un nuevo marco legal

Un nuevo marco legal

El tercer punto recoge el guante de los dos compromisos anteriores y acuerda dar forma a un "marco jurídico" que permita acometer lo prometido en materia laboral y de diálogo social, de manera que se garantice la "indemnidad de los derechos socio-laborales de las personas trabajadoras de ambas empresas públicas", en referencia a Renfe y Adif. En resumidas cuentas, el comité de empresa exige al Gobierno que todo lo prometido desde el ámbito de la político tenga una traducción legal que blinde acciones posteriores en defensa de los derechos de los trabajadores.

Sindicatos temen que Rodalíes sea el primer paso para fraccionar Renfe y Adif en 17 empresas

Rueda de prensa de los sindicatos ferroviarios, semanas atrás / El Periódico

Estándares de formación

Estándares de formación

El cuarto compromiso es el más técnico de todos. El Ministerio de Transportes y Movilidad sostenible se compromete a "mantener los criterios de eficiencia, seguridad y calidad en todos los ámbitos e infraestructuras de la red, no rebajando los estándares por los que actualmente están regidos, tanto europeos como nacionales, regulados en la legislación vigente", lo que incluye, reza el acuerdo, "las exigencias de las titulaciones requeridas para operar en la red ferroviaria de interés general (RFIG)".

Los maquinistas temen que los nuevos conductores de la sociedad mixta Rodalies de Catalunya (en la que el Govern tendrá mayoría frente al Estado) no tengan los <strong>mismos estándares de formación</strong> que ellos. Esto sucedería en las líneas cuya infraestructura también se traspase, la que coincide con la R1, la R3 y la R2 Sud, que al dejar de estar bajo el paraguas de Adif ya no estarían incluidas en la red ferroviaria de interés general (RFIG), donde se exige la formación que permite entrar en Renfe. Para que nos entendamos, las líneas de FGC no forman parte de esta malla. Con este acuerdo, le nuevo operador mantendría las mismas exigencias que Adif y Renfe.

Mesa de consenso

Mesa de consenso

El último punto establece la creación de una "mesa de diálogo permanente entre las partes para transmitir la visión y modelo ferroviario que reivindican los trabajadores". Todo, con el objetivo de alcanzar el "consenso en los procesos que se puedan acometer en el sector".

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Pasajeros de Rodalies, en la estación de Sants / Manu Mitru

El acuerdo entre el Gobierno y los sindicatos se cierra con el anuncio de una nueva reunión el 15 de diciembre en la que se debería dar cuenta del cumplimiento de lo pactado. La parte social hace constar en el documento la anulación de la huelga, pero avisa: "Se reservan el derecho de nuevas convocatorias si el presente acuerdo y su desarrollo no se cumplen sus términos". No parece que en tres semanas vaya a avanzar mucho el traspaso de Rodalies a Catalunya, pero sí se constata sintonía entre Generalitat y ministerio a la hora de garantizar todo lo que los comités de empresa de Renfe y Adif reclaman.

El miedo de fondo es que la creación de una nueva sociedad pública modifique las condiciones laborales, sobre todo lo que hace referencia a la movilidad del personal. En principio, no debería haber problema porque todas las significaciones políticas hasta la fecha han ido en esa dirección. Pero falta la concreción técnica y jurídica que entierre definitivamente el hacha de la huelga.