Atención psicosocial

Darío Goméz, psicólogo: "Al final de su vida, mucha gente necesita perdonar y ser perdonada"

Como psicólogo especializado en pacientes con enfermedades avanzadas, Darío Gómez destaca la necesidad de una atención psicológica, social y espiritual: “Podemos aliviar parte de su sufrimiento y mejorar la calidad de vida”

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Dario Gómez, psicólogo especializado en pacientes con enfermedades avanzadas.

Dario Gómez, psicólogo especializado en pacientes con enfermedades avanzadas.

Eduard Palomares

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Cada vez se presta más atención a la salud mental como clave para llevar una vida plena, pero este aspecto también juega un papel relevante en la etapa final de una persona. Darío Gómez, psicólogo del Parc Sanitari Sant Joan de Déu, acompaña a los pacientes que se encuentran en la unidad de cuidados paliativos para lograr una muerte digna y serena, de la mano del programa para la Atención Integral a Personas con Enfermedades Avanzadas de la Fundación La Caixa.  Él es uno de los protagonistas del proyecto documental 'Vidas Contadas: 14 historias de superación', que visibiliza el acompañamiento como punto clave para el empoderamiento de personas en riesgo de exclusión.

-Podría parecer que si una persona sufre una enfermedad incurable, lo normal es que esté enfadada y triste.

-En un contexto de cuidados paliativos, nosotros entendemos a la persona no solo como una enfermedad. No como un cáncer, una esclerosis… Se trata de una persona que ciertamente tiene una enfermedad, pero con muchas otras dimensiones que atender. Es evidente que hay una parte inherente de sufrimiento en una situación como esa, pero también hay una parte de ese dolor emocional que podemos evitar de la mano de modelos y protocolos con evidencia científica.

-¿Cuáles son esas emociones negativas que se pueden trabajar, incluso en esta etapa final de la vida?

-Cada caso clínico es diferente, pero podríamos hablar de ansiedad, angustia, tristeza, depresión, desmoralización, miedo… En todo caso, podemos aliviar este sufrimiento y mejorar la calidad de vida del paciente mediante un modelo de atención e integrado que presta atención a la parte psicológica, social y espiritual. Y también a las familias, claro, tanto en la enfermedad como el duelo.

-Cuando habla de miedo, ¿se refiere a cuestiones físicas o más existenciales?

-El miedo representa un capítulo enorme, que depende de cada persona. A nivel físico, se suele tener miedo a los síntomas de la enfermedad, a si van a sentir dolor, a dejar un mal recuerdo a sus seres queridos en los casos de enfermedades degenerativas, a una muerte repentina… Luego también tenemos reacciones de corte más social, como la estabilidad económica de la familia o cómo van a sufragar los cuidados en caso de dependencia.

-Como ha mencionado antes, también atienden la parte espiritual. ¿Con qué enfoque?

-En primer lugar, es preciso entender los valores y las creencias de cada persona. Nosotros llevamos a cabo una atención espiritual muy clínica, basada en técnicas de intervención que persiguen aliviar las angustias y miedos asociados. Solemos trabajar aspectos como el legado que van a dejar a su familia y también la necesidad muy habitual de perdonar y ser perdonado. Otro de los arrepentimientos que nos encontramos es no haber expresado más afecto a sus seres queridos, y nosotros podemos acompañarles terapéuticamente para que aprovechen esta etapa para corregirlo.

-¿La atención que ofrecen depende también de la edad del paciente?

-La intervención debe ser siempre individualizada, así que tienes que fijarte mucho en las reacciones del paciente, en su percepción de proyecto vital truncado. Y no siempre depende de la edad. He tratado con personas de 90 años que consideraban que aún les quedaba mucho por vivir y otras de 30 años que aceptan que se encuentran al final de su vida. 

-Está rodeado de emociones muy intensas, ¿cómo se cuida a sí mismo?

-Para mí es fundamental el apoyo que nos damos entre todo el equipo, y contar con espacios de supervisión externa para poder relatar nuestras emociones cuando hemos tenido visitas difíciles. Y también el soporte que te ofrece tu familia. Al mismo tiempo, tenemos la suerte de aprender mucho de nuestros pacientes, son nuestros maestros. Sentarte con ellos y escucharles cuando están encarando el final de su biografía es algo que tiene un gran significado no solo cuando llevas la bata puesta, sino que aporta sentido a toda tu vida.

Un futuro de oportunidades

EL PERIÓDICO y Fundación La Caixa dan voz a los perfiles sociales, culturales y científicos que con su esfuerzo están creando una sociedad con más oportunidades para todos.