Entender más

Menos bodas, más tarde y por lo civil: así se casan los españoles

Bodas religiosas versus bodas civiles: ¿qué prefieren los españoles?

Boda.

Boda.

Serena Iordache (Verificat)

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

En octubre se acaba la temporada alta de bodas después de llegar a su pico en julio y septiembre, pero lo cierto es que, año tras año, cada vez son menos los que deciden pasar por el altar. Desde 1975 los matrimonios en su conjunto, ya sea civiles o religiosos, han bajado un 45%, mientras que la edad de los cónyuges ha subido de media unos 14 años en este período. Lo que más bajan son las celebraciones religiosas. Ahora, cada vez más gente opta por los matrimonios civiles y, aunque la mayoría de parejas que hay actualmente están casadas, entre las parejas del mismo género es más común formar parejas de hecho. 

La aprobación del matrimonio igualitario, el retraso de la edad de emancipación y las crisis financieras son solo algunos de los fenómenos que han afectado las bodas en los últimos años, según apuntan los expertos y también un estudio de la evolución de la nupcialidad. ¿Cómo han cambiado las dinámicas matrimoniales en las últimas décadas y a qué factores se deben estos cambios?

La mitad de matrimonios que en 1975

En 2021, último año para el cual hay datos disponibles, se celebraron en España 148.588 bodas, casi la mitad de las que se dieron en 1975. De estas, la gran mayoría se celebraron exclusivamente por lo civil, concretamente el 79,8%. Y es que el número de parejas que deciden pasar por la iglesia se ha reducido drásticamente en los últimos 25 años: los matrimonios católicos han descendido un 83%.

La de 2021 es la segunda cifra más baja de matrimonios, solo superada por la de 2020, año en que se registró el mínimo histórico debido a la pandemia. Ni la aprobación en 2005 del matrimonio entre personas del mismo género ha conseguido aumentar la estadística de bodas. Entonces, ¿a qué se debe esta bajada generalizada?

Durante la pandemia los impedimentos eran sobre todo físicos y sociales. Sin embargo, uno de los factores que más influye a la hora de casarse son las condiciones económicas. “Los nuevos matrimonios presentan una evolución muy dependiente del ciclo económico”, según detalla un estudio del centro de análisis Funcas. Ahora bien, a pesar de estas oscilaciones, “destaca la solidez de la tendencia decreciente”, de acuerdo con la investigación.

 Ejemplos de ello son la crisis del petróleo de 1973 y la crisis financiera de 2008, que supusieron una bajada de la nupcialidad, según explica a Verificat Pau Miret Gamundi, investigador del Centre d’Estudis Demogràfics (CED). “La mejora económica supone que la juventud se emancipe y forme hogares, parejas y familias”, mientras que una crisis retrasa este proceso, según detalla el investigador. Tanto es así, que la media de edad a la hora de casarse ha subido drásticamente: de los 25 años en 1975, a los casi 39 en la actualidad, por lo que respecta a relaciones entre personas de distinto género. De media, el marido es dos años y medio mayor que la mujer: 39,9 y 37,5.

Más parejas de hecho y menos casadas

A los factores económicos también hay que sumarle los cambios culturales, ya que con la llegada de la democracia también se dio una “fuerte desinstitucionalización” del matrimonio, es decir, la aparición y aumento de parejas que conviven fuera de esta institución, según apunta Miret.

En poco más de dos décadas el número de parejas de hecho se ha más que triplicado, pasando de 563.785, según el censo de población y viviendas de 2001, a 1.777.270 en 2021, mientras que, en este mismo período, el número de parejas casadas ha descendido un 7%. Es decir, en términos generales, el número de parejas en España ha aumentado, superando los 10 millones en 2021. Ahora bien, este aumento se debe más a las uniones que quedan fuera del matrimonio. 

¿Pero esto quiere decir que los matrimonios están en peligro de extinción? Según el investigador del CED, más allá del descenso debido completamente al covid-19, “parece que la tendencia es más a la estabilización”.

Beneficios fiscales, entre los incentivos para casarse

La diferencia entre optar por el matrimonio o la pareja de hecho depende mucho del tipo de pareja y, en el caso de las parejas heterosexuales, la diferencia es muy grande, ya que la gran mayoría de parejas en 2020 estaban casadas, el 84%. No obstante, en las parejas entre personas del mismo género la elección está más reñida: el 53% de las parejas entre hombres y el 42% de las parejas entre mujeres están casadas

Entre los incentivos que las parejas pueden tener para casarse, están las transmisiones patrimoniales, vinculadas al matrimonio formal, y los beneficios fiscales, ya que solo estando casado se puede presentar la declaración conjunta del IRPF —que ayuda cuando uno de los miembros de la pareja tiene ingresos nulos o muy bajos— según explica el sociólogo e investigador Pau Miret. Sin embargo, la “diferencia fundamental está en las pensiones de viudedad”, que se dan automáticamente en los matrimonios y para las cuales las parejas de hecho tienen que demostrar un par de años de convivencia.

Suscríbete para seguir leyendo