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El derecho al tiempo: el próximo gran reto de las administraciones

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Gente practicando deporte en la playa de Barcelona.

Gente practicando deporte en la playa de Barcelona. / Joan Cortadellas

Montse Baraza

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Los derechos ciudadanos no se suelen conseguir de la noche a la mañana. Son producto de años de trabajo, de lucha, de concienciación. Es lo que ahora está pasando con el derecho al tiempo, entendido como ese equilibrio entre el tiempo de trabajo, el de descanso, el de ocio y el de los cuidados. Barcelona acoge esta semana una nueva edición, la décima, de la Time Use Week que busca, precisamente, avanzar para que ese objetivo sea una realidad.

Gobiernos y agentes sociales debaten cómo lograr un equilibro en el uso del tiempo de trabajo, de ocio, descanso y cuidados

Con la participación de la Generalitat, el Ayuntamiento de Barcelona, la Diputación y el Área Metropolitana de Barcelona, además de decenas de municipios catalanes, el reto que tienen las administraciones sobre la mesa, y que centrará los trabajos de estos días, es buscar el marco legislativo, político y social necesario para definir una nueva organización de la jornada diaria que incluya la posibilidad de tener tiempo para todo, para el trabajo pero también para uno mismo. Los expertos coinciden en que ese tiempo para uno mejora el bienestar de las personas.

Modelos urbanos de proximidad, recursos de apoyo para los cuidados o nuevos modelos de organización laboral son algunas de las ideas que se analizarán esta semana.

Ariadna Güell Sans, co-coordinadora de la Time Use Initiative, ha subrayado la importancia de que personas y organizaciones "visualicen la necesidad de encontrar un nuevo equilibrio en la organización del tiempo y encuentren maneras de hacerlo realidad". Eso permitiría, señala Güell, tener "sociedades más saludables, más igualitarias, más eficientes y más felices".

En la inauguración de la Time Use Week, Montserrat Pineda, secretaria de Feminismes de la Generalitat, ha hecho hincapié en la desigualdad en el acceso al tiempo, un ámbito en el que también hay una brecha. "El tiempo no es inocuo, no es igualitario, sino que tiene un fuerte impacto de género. Las 24 horas del día no son iguales para todos. Las mujeres aún dedican el doble de horas a las tareas de la casa y a los cuidados no remunerados que los hombres", ha recordado antes de expresar el compromiso del Govern en "impulsar políticas que mejoren la conciliación e impulsen la corresponsabilidad para garantizar el derecho al tiempo".

También Raquel Gil Eiroá, concejala de Promoció Econòmica, Treball, Feminismes i Memòria Democràtica del Ayuntamiento de Barcelona, ha reivindicado el derecho al tiempo como "un derecho de ciudadanía" que está en la agenda del consistorio.

Desde la Diputación de Barcelona, Filo Cañete Carrillo, responsable de Cures i Cicle de Vida, ha subrayado que las desigualdades en el uso del tiempo tienen "rostro de mujer" y también un factor de clase y origen. Y ha urgido a trabajar "desde la innovación social y la proximidad para que los municipios puedan ser espacios de tiempo y de oportunidades".

Por su parte, Ester Pujol, directora de l'Àrea de Desenvolupament Social i Econòmic de l’Àrea Metropolitana de Barcelona, ha confiado en el Pacte Metropolità pel Dret al Temps, aprobado el pasado marzo, com un "marco para potenciar las políticas del tiempo" en el área metropolitana. "Si queremos una metrópolis más competitiva, tenemos que mejorar la gestión del tiempo", ha remachado.