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Los retos de la salud mental: menos estigma y más diagnóstico

Ante el aumento de trastornos mentales, profesionales y pacientes apuestan por una atención sanitaria proactiva, personalizada y ágil, junto a una formación y un cambio cultural a nivel social. Preocupan especialmente autolesiones y suicidios en menores y adolescentes 

Salud mental

Salud mental / Redacción

Núria Bonet

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La salud mental sigue siendo un tema difícil de abordar en nuestra sociedad. En el entorno laboral, académico, incluso sanitario, persisten ciertos estigmas que contribuyen al tabú y a la desinformación y que agudizan la problemática existente. Y es que, según los últimos datos, seis de cada diez españoles sufren ansiedad, se sienten tristes o deprimidos; mientras que cuatro de cada diez valoran negativamente su salud mental.

Pero ¿cuáles son los retos que deben abordar los profesionales para detectar y tratar a tiempo trastornos y enfermedades mentales? ¿Qué debemos cambiar como sociedad para dejar de estigmatizar a las personas que los sufren? ¿Qué avances se están impulsando ya en este ámbito? Estas y muchas otras preguntas fueron abordadas en una mesa redonda sobre salud mental organizada por EL PERIÓDICO en colaboración con la Generalitat de Catalunya, Ita i l’ONG Obertament, en la que, tras exponer el contexto actual, quedó clara la necesidad de apostar por la prevención, la formación, el diagnóstico precoz y el tratamiento personalizado de las enfermedades mentales.

«Tenemos que ser más accesibles y proactivos, atender al paciente al inicio»

Joan Vegué

— Director de Salut Mental i Addiccions de la Generalitat de Catalunya

Arrancó el debate con la constatación que actualmente las cifras de diagnosticados con enfermedades mentales como fobias, obsesiones, psicosis o psicopatías, están estables. Ahora bien, tal y como desgranó el director de Salut Mental i Addiccions de la Generalitat de Catalunya, Joan Vegué, el resto de patologías, tales como la ansiedad, depresiones leves, trastornos adaptativos y de conducta, han aumentado en los últimos años. «Se vio claro durante la crisis de 2008: desahucios, pérdida del trabajo, familias que se rompieron» fueron factores que contribuyeron a este incremento, según explicó el presidente de la sección colegial de médicos psiquiatras del Col·legi de Metges, Josep Moya. Con el confinamiento por la covid19 y el periodo postpandemia, las cifras han seguido en aumento, sobre todo entre los más jóvenes.

Imagen de la mesa redonda celebrada en la sede de EL PERIODICO el pasado jueves en Barcelona.

Imagen de la mesa redonda celebrada en la sede de EL PERIODICO el pasado jueves en Barcelona. / Redacción

Jóvenes

Precisamente, los datos más preocupantes se refieren al colectivo de niños y adolescentes. Los motivos por los que crecen estas cifras de trastornos mentales entre los más jóvenes no son fáciles de determinar y resultan de una combinación de factores, algo en lo que estuvieron de acuerdo todos los ponentes de la mesa redonda. Para Moya, la noción actual de felicidad que persiguen los progenitores de estos menores no ayuda a sus hijos. «Muchas veces oímos a los padres diciendo: yo lo que quiero es que mi hijo sea feliz» apuntó Moya añadiendo un pero: “el malestar es lo que tenemos garantizado, sobre todo en un momento social de fuerte inestabilidad económica y social” y argumentaba que “fenómenos como la precariedad laboral, las emigraciones forzadas o la ausencia de una perspectiva de un futuro digno, son todos ellos factores determinantes de malestar mental”.

«Existen síntomas camuflados, enmascarados y mal diagnosticados»

Berta Massaguer

— Coordinadora de Neurodesarrollo de ITA

Por su parte, Joan Vegué ahondó en el hecho que «la capacidad de contener situaciones de malestar y frustraciones ahora es más complicada, especialmente entre adolescentes y jóvenes» que pueden llegar a ser «hiperreactivos ante determinadas circunstancias». Berta Massaguer, coordinadora de Neurodesarollo de ITA Salud Mental, confirmó el hecho que han incrementado los casos a raíz de la pandemia, sobre todo de jóvenes. “Tienen conductas mucho más graves, de un mayor riesgo”, corroboró Massaguer concluyendo que “lo que preocupa es la precocidad”. 

Los datos de suicidio en España no dejan lugar a dudas: el año pasado un total de 4.097 personas se quitaron la vida, lo que supone un 2,3% de incremento respecto al año anterior. Esta es la primera causa de mortalidad entre jóvenes de 12 a 19 años. En Catalunya no sólo ha aumentado la conducta suicida, si no también los pensamientos de quererse matar y la autolesión.

«Es necesaria una estrategia común, un plan para evitar parcelas»

Josep Moya

— Presidente de la sección colegial de médicos psiquiatras del Col·legi de Metges

Es en este contexto que el Departament de Salut de la Generalitat puso en marcha a finales de 2021 el Plan de prevención de la conducta suicida para mejorar la detección y abordar esta acuciante problemática cuanto antes. Entre las medidas que ha puesto en marcha dicho plan y que expuso Vegué, está el teléfono de prevención de la conducta suicida. A través del 061 se presta atención profesional por parte de especialistas en salud mental. “Es un elemento clave de cambio”, argumentó el director de Salut Mental i Addiccions de la Generalitat. Pese a la existencia del teléfono de la esperanza en Barcelona y del 024 a nivel estatal que prestan ayuda voluntaria y garantizando el anonimato, el 061 ofrece una respuesta dentro del sistema sanitario.

Otra de las medidas fundamentales para atajar las preocupantes cifras de conductas suicidas entre los adolescentes, es el inicio de acciones formativas en el ámbito educativo, con un proyecto de fomento de la resiliencia, intentando mejorar la salud mental positiva en edad escolar. 

Se ha constituido también el Observatorio de Prevención del Suicidio, en marcha desde el pasado julio. «Ponemos el foco en la atención infantil y juvenil, y la hemos reforzado», afirmó Vegué apuntando al despliegue de programas de atención a la crisis en domicilios vinculados a los Centros de salud mental infantil y juvenil (CSMIJ).

«En el trabajo es necesario poder hablar de los problemas de salud mental»

Adriana Aparici

— Activista en 1a persona, miembro de la ONG Obertament

Como conocedor de la situación actual en Catalunya, Joan Vegué expuso que “se ha detectado la tardanza en que las personas lleguen a los centros de atención de salud mental” por lo que recalcó la importancia de “ser más proactivos a la hora de detectar y atender de forma más precoz” en estos casos. Se trata en muchas ocasiones de alteraciones conductuales o de trastornos de la conducta alimentaria, que “es la patología cuya prevalencia e incidencia ha aumentado más a raíz de la pandemia”, puntualizó Vegué.

Aquí habló por propia experiencia Adriana Aparici. Actúa como “Activista en 1a persona”, colaborando con la ONG Obertament para luchar contra la discriminación y romper los estereotipos que rodean a la salud mental. Diagnosticada de Trastorno de la Conducta Alimentaria (TCA), Aparici lamentó que “a nivel social es difícil hablar de problemas de salud mental, en parte por el estigma y en parte porque la gente no sabe cómo reaccionar porque no nos enseñan cómo gestionar las emociones”. Tras plantear abiertamente su caso, la activista afirmó que “en el mundo educativo, sanitario o laboral no se hace el esfuerzo suficiente para abordar este tema”.

El trato recibido en un primer momento en los CAP es un punto a mejorar, según destacó Aparici. “Socialmente el cambio comienza por aquí, por que los profesionales te atiendan de una forma humana, correcta y no te hagan sentir culpable de algo que no es culpa tuya”.

Otro de los aspectos que se están abordando es la progresiva disminución de la hospitalización. Actualmente todavía están ingresadas cerca de 2.000 personas en Catalunya. Para Massaguer se está intentando ya ir hacia una actuación más comunitaria, ir a los domicilios intentando evitar el ingreso. “Es la línea hacia la que hay que avanzar pero queda mucho camino por recorrer”, lamentó. Ahora bien, Massaguer señaló que “actualmente la complejidad de los casos que nos llegan requiere de hospitalización”.