El cine pasa a la acción: hacia la huella de carbono cero en el Festival de San Sebastián

La fiesta del cine de la capital guipuzcoana da un salto cualitativo para reducir su huella de carbono, eligiendo como partner a Repsol. El transporte y la iluminación se nutrirán de combustibles y energía renovable.

repsol festival cine san sebastián

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Hoy, todos los grandes certámenes europeos y americanos aplican estrategias con el fin de reducir sus emisiones de CO2, generar menos residuos y hacer un uso más eficiente de la energía. Incluso han comenzado a auditar y compensar sus emisiones de carbono.

Los organizadores de estos certámenes empezaron con pequeños gestos, como la reducción de los plásticos de un solo uso o la utilización de materiales reciclables, pero hoy apuntan a objetivos cada vez más ambiciosos y mensurables. El Festival de Berlín, por ejemplo, que fue el primero en medir su huella de carbono, ya ha alcanzado el objetivo de usar sólo energía renovable y en 2023 optó incluso por adelgazar la programación y así contribuir a la sostenibilidad del evento.

Cada año, estos certámenes se reinventan para reducir un poco más su impacto en el medio ambiente, introduciendo medidas alternativas que van desde la creación de secciones específicas para promover valores medioambientales (Sundance) a certificados voluntarios para medir la huella de carbono generada por las producciones exhibidas o el cobro en las entradas de una tasa que compense sus emisiones (Cannes).

El camino hacia un festival neutro en carbono

En el Festival de San Sebastián, que en estos días celebra su 71ª edición, sus organizadores han decidido ser más ambiciosos y se han comprometido a convertirlo en un “evento carbono neutral” en cinco años. Su estrategia de descarbonización se centra principalmente en el transporte, que en 2022 generó el 40% de las emisiones del certamen. Este año, la organización contará con el apoyo de Repsol que “permitirá dar un salto cualitativo en la reducción de emisiones del festival”, según explica Amaia Serrulla, responsable de sostenibilidad del festival.

“Donostia es la cita cinematográfica más importante a nivel español y una de las más importantes a nivel internacional. Los ojos de la industria están puestos en la ciudad y en el Festival durante estos días y si es posible utilizar esta exposición con un fín positivo, de alguna manera, el Festival tiene la responsabilidad de hacerlo. Más allá de reducir su huella particular, algo que también es importante, el principal valor está en concienciar”, señala.

Combustibles renovables y coches eléctricos

Entre los grandes nombres que este año acudirán a la cita donostiarra destacan estrellas internacionales como Juliette Binoche y Mads Mikkelsen y directores españoles como Fernando Trueba, Isabel Coixet o Juan Antonio Bayona. Con la intención de que la movilidad del Festival sea más sostenible, Repsol ofrece distintas soluciones energéticas como combustibles renovables 100%, que tienen cero emisiones netas y han sido fabricados a partir de distintos residuos orgánicos como, por ejemplo, el aceite de cocina usado.

En cuanto a los vehículos eléctricos e híbridos enchufables, la compañía ha puesto a disposición del festival toda su red de recarga pública en la ciudad de San Sebastián, con siete puntos instalados y operativos, y dos puntos adicionales portátiles que se situarán en una céntrica avenida de la capital donostiarra.

“Uno de nuestros principales objetivos es garantizar que el transporte que utilizamos en el Festival sea lo más sostenible posible. Esto implica aumentar la flota de coches eléctricos u optar por el tren en vez del avión para todos los desplazamientos internos y en caso de usar el avión hacerlo con compañías que tengan políticas de sostenibilidad”, explica Serrulla.

Al margen de la movilidad, Repsol también proporcionará el combustible renovable 100% para alimentar los dos grupos electrógenos que se encargarán de iluminar la fiesta de la Gala de Clausura del Festival, que se celebrará el próximo sábado 30 de septiembre. Además, la compañía ha instalado un cubo solar en la Plaza Okendo, que suministrará electricidad de origen renovable a los soportes publicitarios y pantallas que cada año se instalan en esta céntrica plaza, donde se encuentran el Teatro Victoria Eugenia y el Hotel María Cristina, y que también servirá de punto de recarga para teléfonos móviles.

La estrategia de descarbonización emprendida por el festival en los últimos años comienza a dar resultados. Según la medición efectuada por la consultora independiente CREAST, la disminución de materiales de un solo uso, el apagado temprano del emblemático Kursaal, el uso de tecnología de iluminación LED o la eliminación casi completa de la impresión en papel han logrado una considerable reducción de su huella de carbono. En cuanto a los residuos generados, más del 85 por ciento se recicla o reutiliza con medidas de contención que incluyen desde el uso de acreditaciones biodegradables a la fabricación con material reciclado de las alfombras rojas del Kursaal y del Victoria Eugenia, que se reconvierten en prendas de ropa al final de cada edición.

El ejemplo de San Sebastián y otros grandes festivales pone de manifiesto cómo gran parte de la industria está dando ya pasos en la dirección correcta, demostrando que el glamur y la sostenibilidad configuran un buen reparto, salvo que a un productor se le ocurra promocionar un blockbuster de acción con las acrobacias de varios cazas en la Bahía de Cannes.