Investigación policial

El asesino del crimen de La Mercè de 2022 sigue escondido un año después

Los cinco apuñalados en Icària durante La Mercè afirman que no existió provocación previa por su parte

Morir acuchillado frente a la pantalla de un móvil

La Avenida de la Reina María Cristina vacía, en una imagen de archivo

La Avenida de la Reina María Cristina vacía, en una imagen de archivo / Europa Press

Guillem Sánchez

Guillem Sánchez

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En la noche del 24 al 25 de septiembre de 2022, durante la festividad de La Mercè anterior, un adolescente fue asesinado en la avenida Maria Cristina de Barcelona. Mezclado entre las 40.000 personas que acudieron a disfrutar de los conciertos de la jornada más grande de la celebración barcelonesa, la del sábado, fue apuñalado por un agresor que se dio a la fuga. O quizá fueran más de uno. Transcurrido un año, según las fuentes policiales consultadas por EL PERIÓDICO, este crimen se halla lejos de su resolución. El asesino, todavía no identificado, sigue escondido.

La víctima era un joven de origen migrante que había cumplido ya la mayoría de edad y que en el pasado había sido tutelado por al Direcció General d'Atenció a la Infància i Adolescència (DGAIA) de la Generalitat de Catalunya. Tras recibir las puñaladas, se desplomó en el suelo, cerca de la plaza Espanya, y murió rodeado de personas que lo miraban extrañados, sin ser capaces de conciliar la euforia de la fiesta con la imagen de una persona agonizando ante sus ojos. Algunos de ellos, además, grabaron su muerte con el teléfono móvil. Las imágenes registradas corrieron por las redes sociales.

En esa grabación, se observa al joven tendido en el suelo y cómo una pareja –un chico y una chica–, que son los únicos que lo ayudan, tratan de levantarlo. El joven, que ha recibido una cuchillada en el costado que resultará mortal al cabo de pocos minutos, se incorpora, mira asustado a su alrededor sin fijar la vista en ningún sitio y cae de nuevo. En el vídeo se oyen risas nerviosas y también se aprecia algún gesto en el rostro de uno de los presentes –incapaz de empatizar o comprender la gravedad de lo que está viendo– que solo puede calificarse de sonrisa. La víctima, que no va identificada, es trasladada a los pocos minutos a un hospital cercano, pero muere debido a la gravedad de las heridas.

Los agentes del Área de Investigació Criminal (AIC) de Barcelona arrancaron entonces unas pesquisas que siguen abiertas un año después. Los policías a cargo de resolver este crimen no disponen de ningún sospechoso ni tampoco de ningún móvil que explique el apuñalamiento, en parte porque la víctima no pudo declarar. Y tampoco han hallado ningún testigo que facilite una descripción de algún implicado en la agresión.

Contar con pistas acerca del aspecto o indumentaria de algún posible sospechoso hubiera permitido a los investigadores revisar cámaras de seguridad para tratar de localizarlo y tratar de reconstruir por dónde huyó. Pero sin saber a quién están buscando, o sin imágenes de lo ocurrido –salvo el vídeo de su agonía, cuando las heridas ya han sido causadas–, la investigación ha entrado en una vía muerta. Las fuentes consultadas por este diario subrayan que durante este año los agentes han seguido diversas líneas para tratar de reactivar la búsqueda del asesino, pero todas las búsquedas han resultado infructuosas.

Solo dos crímenes del total que se perpetraron en Barcelona en 2022 restan sin detenciones. El de La Mercè y otro cometido en el distrito de Sant Martí tres semanas antes: J.M.G., un hombre de 43 años y de nacionalidad dominicana, recibió cuatro disparos. Quienes lo mataron habían venido a buscarlo con ese propósito y se aseguraron de cumplirlo. Esa forma de proceder de los asesinos sumada al hecho de que J.M.G. era una persona con diversos antecedentes policiales, también por tráfico de droga, vincula este segundo homicidio también pendiente de resolver al crimen organizado. El de La Mercè, por el contrario, apunta a un móvil menos premeditado y más relacionado a una pelea con un desenlace fatal, un contexto tal vez más parecido al de los cinco apuñalamientos que se han registrado en los aledaños de la Nova Icària este último fin de semana, también en el marco de la festividad de la patrona de Barcelona.

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