Informe Mujer y Ciencia

El techo de cristal en la universidad: solo uno de cada cuatro catedráticos es mujer en Catalunya

86% de chicos en Informática y 92% de chicas en Educación: la segregación sexista persiste en la universidad

Cuatro de las 5 mejores universidades del mundo tendrán liderazgo femenino

Estudiantes del grado de Enfermería de la UB, en clase, este jueves.

Estudiantes del grado de Enfermería de la UB, en clase, este jueves. / Joan Cortadellas

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Las universidades catalanas han rebajado un 22% el índice de techo de cristal en diez años, pero la brecha se mantiene: sólo uno de cada cuatro catedráticos (el 26,51%) es mujer. Así lo apunta el último informe de Indicadores Mujer y Ciencia que realiza el Departament de Recerca i Universitats y que se fija precisamente en el índice de techo de cristal, que es la proporción entre el conjunto de mujeres profesoras universitarias en todas las categorías en relación con el de mujeres catedráticas. Mientras que en 2012 el índice se situaba en un cociente del 2,32, la proporción ha mejorado y el índice se ha rebajado hasta un cociente de 1,81 en 2021. Pese a la rebaja, el valor aún superior a 1 constata el grado de dificultad que afrontan las profesoras para convertirse en catedráticas.

El Departament de Recerca i Universitats admite que persiste el sesgo de género, pese a la leve mejoría de los últimos años

Desde 2012, el índice se ha mantenido estable o ha aumentado y no empezó a reducirse hasta 2017, cuando era de 2,1. Según los últimos datos disponibles, por ejemplo, en 2016, las mujeres catedráticas universitarias representaban cerca del 20% mientras que los hombres catedráticos universitarios eran el 80%. Es decir, sólo dos de cada diez eran mujeres. Por el contrario, en 2021 la proporción ha mejorado y las mujeres catedráticas eran el 26,51% por el 73,49% de catedráticos varones.

Las cifras todavía se sitúan lejos de una situación paritaria, teniendo en cuenta que las diferencias entre hombres y mujeres no son tan acentuadas en otros estadios de la carrera universitaria y que, donde se acentúan, es en los estadios superiores. De hecho, el informe constata que la presencia mayoritaria de mujeres en los primeros estadios de la Universidad y la investigación disminuye en las escalas superiores de las carreras académica y científica. Por tanto, aunque se ha reducido la proporción entre las mujeres que son profesoras y las que son catedráticas, la desproporción todavía es evidente.

Así, en cuanto a los titulados de grados en las universidades catalanas, el curso 20-21el porcentaje fue de 57,7% de mujeres y 42,3%, de hombres. Pero a medida que avanza la carrera académica, más disminuye la representación de las mujeres. Tomando como referencia el curso 20-21, se constata que las mujeres son mayoría en la universidad hasta la etapa de las titulaciones de máster (56,8% frente a 43,2% de hombres).

Igualada está prácticamente la presencia en el momento de leer las tesis doctorales (las mujeres son el 51,3% y los hombres, el 48,7%). La cuota femenina cae al hablar de profesores asociados: 47,2%, ellas frente al 52,8% ellos. Y la gran brecha está en las cátedras: sólo un 26,6% de mujeres frente al 73,4% de los hombres.

En relación a la carrera investigadora, los datos muestran de nuevo que a pesar del mantenimiento del equilibrio de género en las tesis leídas, a partir de ese momento el porcentaje de investigadoras posdoctorales decae hasta el 43,6% respecto al 56,4% de los varones.

En las conclusiones del informe, el Departament de Recerca i Universitats reconoce que, con los datos en la mano, se "sigue constatando un sesgo de género" y asume el reto de "seguir trabajando para romper ese desequilibrio histórico". Para ello, el Govern confía en el despliegue de la ley de la ciencia, que tiene como objetivo principal revertir estos indicadores de desigualdad.

Según el Departament, mediante la estrategia de igualdad de género en la ciencia, que se aprobará antes de finalizar el año, se incluirán medidas específicas para avanzar hacia la igualdad de género en los órganos de evaluación, desarrollo e innovación. También se velará por la inclusión de personal experto en género en los órganos de evaluación y asesoramiento; la composición equilibrada de los órganos de gobierno; la aprobación, y la posibilidad de incorporar líneas de financiación específicas para la investigación en género.