Investigación

Una proteína inexplorada revela nuevas vías de estudio del cáncer

Investigadores del Hospital de La Candelaria estudian un agente proteico involucrado en la reparación del ADN con posibles implicaciones en los tratamientos oncológicos y de envejecimiento

Sara Medina, investigadora predoctoral, en el laboratorio de la Unidad de Investigación del Hospital de La Candelaria.

Sara Medina, investigadora predoctoral, en el laboratorio de la Unidad de Investigación del Hospital de La Candelaria. / CARSTEN W. LAURITSEN

Verónica Pavés

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Una proteína que ha sido ignorada por la ciencia durante décadas es una de las piezas claves en la reparación del ADN cuando una célula recibe daño. Un grupo de investigación del Hospital Universitario Nuestra Señora de La Candelaria ha redescubierto este factor proteico necesario para reparar de manera eficaz los fallos genéticos, al que, hasta ahora, nadie le había dado importancia.

Su habilidad innata tiene el potencial de abrir nuevas vías en el estudio de las terapias y dianas terapéuticas contra el

cáncer

, habida cuenta de que son los fallos en la reparación del material genético durante el proceso de división celular lo que provoca la aparición de tumores. 

La bióloga predoctoral Sara Medina y el biólogo experto en genómica Félix Machín, ambos miembros del grupo de Inestabilidad Genómica y Cáncer de la Unidad de Investigación del Hospital de La Candelaria, han sido los responsables de darle una segunda oportunidad a esta proteína que hasta el momento se mantenía "huérfana". "La ciencia no sabía casi nada sobre ella, ya que nunca se ha estudiado a fondo", explica Machín. 

Esta proteína tan solo había sido mencionada de forma superficial en un estudio previo

De hecho, hasta el momento esta proteína solo había sido mencionada de manera superficial en un estudio previo. "Apareció como una de las proteínas clave de la variación genética durante la división de células germinales, es decir, durante el proceso de meiosis", destaca Machín.

Como su nombre aparecía junto al de otras tantas proteínas tampoco se le dio demasiada importancia. "Nunca se han hecho estudios a fondo acerca de las funciones de esta proteína", explica el investigador.

Cuando la canaria Sara Medina buscaba una nueva vía para estudiar las implicaciones genética detrás del cáncer, la nomenclatura científica de esta proteína apareció de inmediato. "Un excompañero de mi grupo de investigación envió muestras a un laboratorio alemán con el que establecieron una colaboración para llevar a cabo un ensayo proteómico –un rastreo de proteínas– en el que se incluyeron hasta 3.500 proteínas con el objetivo de ver cuáles cambiaban al hacerle daño a una célula, es decir, al romper su ADN", explica la investigadora.

Entre varias docenas de proteínas que se activaban para tratar de arreglar ese daño apareció esta proteína inexplorada ubicada en la membrana del núcleo de las células

Fue entonces cuando empezaron a preguntarse si la habilidad que estaba mostrando esta proteína en laboratorio y que, según los estudios previos, sirve para garantizar la variabilidad genética de los cigotos, podría tener también un papel protagonista de reparación del ADN.

"Comprobamos que si la proteína desaparecía, las células que recibían daño presentaban una mayor tasa de mortalidad", explica Medina. En concreto, la capacidad de reparación del ADN dañado se veía mermada hasta un 30% cuando faltaba este agente proteico. Este primer resultado, aunque muy preliminar, abre la puerta a tener varias implicaciones dentro de la investigación sanitaria, y en concreto, de la oncológica.

Por un lado, podría ayudar a entender mejor la aparición del cáncer dado que son aquellas células con problemas para reparar su ADN las que corren mayor riesgo de convertirse en tumores. Pero también podría ayudar a mejorar terapias convencionales como la radioterapia y la quimioterapia porque ambas funcionan bajo el pretexto de dañar a las células malignas para eliminar el cáncer. Cuando no proporcionar alguna nueva pista sobre el envejecimiento.

Las células que carecen de esta proteína mueren un 30% más

Las primeras conclusiones de este proyecto, que sigue en marcha en las instalaciones de la Unidad de Investigación del Hospital de La Candelaria, recibió un reconocimiento por parte del Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas (CNIO) durante el congreso Organización Genómica y Estabilidad, en el que participó Sara Medina con una comunicación formato póster en la que explicaba el potencial de esta proteína.

"No me lo esperaba", asegura la joven científica, que espera que los resultados que obtenga del estudio descubrimiento puedan formar parte de su primera publicación científica dentro de su tesis doctoral. La bióloga tiene previsto presentar su tesis el próximo año

Tras describir esta primera relación, los investigadores siguen tratando de desentrañar las razones que llevan a esta proteína a actuar tan eficientemente. "El hecho de que su presencia influye en la respuesta al daño está claro, pero ahora tenemos que determinar el cómo y el porqué", concluye Félix Machín. 

El genoma es el conjunto del ADN que se encuentra en el núcleo de las células de los seres vivos y contiene toda la información necesaria para que una persona pueda crecer y desarrollarse. El estudio del genoma ayuda a los investigadores a entender cómo se forman y cómo responden estas células ante los diferentes tipos de estímulos. Además, la investigación de su rotura y reparación permite la creación de nuevos tratamientos para enfermedades como el cáncer.

Este estudio está financiado por el Ministerio de Ciencia e Innovación del Gobierno de España, en su programa Proyectos de Generación del Conocimiento, con el que se pretende financiar la realización de proyectos de investigación dirigidos tanto a fomentar la generación y el avance significativo del conocimiento científico y la investigación de calidad contrastada como a avanzar hacia la búsqueda de soluciones a los desafíos de la sociedad.

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