Sucesos

'Breaking bad' en Llívia: historia del abuelo que con 77 años se puso a vender droga

Detenido un hombre de 77 años en Llívia acusado de ser uno de los camellos más activos de la zona

Manu Guix. viral por el apodo del abuelo narcotraficante

El hombre, que podría acusar problemas económicos, no tenía antecedentes penales

Llívia

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Arnau Valverde

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Un anciano que no había cometido ningún delito en su vida decidió, a sus 77 años, dedicarse a vender cocaína desde su pueblo. Podría ser el argumento de una película o una novela de ficción, pero tal hecho ha ocurrido en el tranquilo municipio de Llívia, en la Cerdanya. La misión del abuelo, que probablemente estaba relacionada con una delicada situación económica, duró poco. El negocio le funcionó durante unos cinco meses, pero acabó siendo pillado por los Mossos d'Esquadra este lunes en su casa con cocaína y utensilios para pesar y preparar la droga, y también con casi 4.000 euros.

Se trata de un hombre conocido, sociable y que hacía mucha vida en el pueblo. Así han definido algunos vecinos de Llívia consultados por 'Regió7', diario perteneciente a Prensa Ibérica, al hombre de 77 años que podría haber encajado perfectamente como personaje de la serie 'Breaking Bad'. De hecho, la policía catalana considera que, con su detención, se ha desactivado "un punto muy activo de venta de droga en la comarca".

Pequeñas dosis

El camello vendía cocaína en pequeñas dosis, al menos, desde marzo, cuando los Mossos tuvieron constancia de que había un hombre que distribuía droga en la calle del Raval y el del Estavar. Precisamente es en esa zona donde vive el acusado. Según algunos vecinos consultados, vive solo y podría tener problemas de dinero que habrían motivado que tomara la decisión de dedicarse a la venta de droga. Los Mossos, por su parte, confirman que carecía de antecedentes criminales.

El hombre a menudo era visto por el pueblo y siempre se mostró muy sociable. Nadie imaginó que se podría dedicar a la venta de droga hasta hace unas semanas, cuando los vecinos empezaron a sospechar que podría estar cometiendo alguna actividad ilícita por su actitud y porque los Mossos habían empezado a investigarle y a preguntar. La zona de la calle del Raval y del Estavar eran uno de sus puntos de venta, pero también operaba en la zona del parque de Sant Guillem de Llívia, donde vendía droga al por menor a consumidores de la comarca. Compaginaba la venta de droga con costumbres tan cotidianas como desayunar en el bar de al lado de su casa o, simplemente, salir a pasear. Su detención ha cogido por sorpresa al tranquilo pueblo de Llívia, poco acostumbrado a este tipo de historias.