Negligencia médica

Indemnizada una familia con casi seis millones de euros por un parto en el que se ausentó el ginecólogo

Violencia en el parto: hablan las víctimas

¿Parto natural o cesárea? A partir de ahora decide la madre, no el médico.

¿Parto natural o cesárea? A partir de ahora decide la madre, no el médico.

El Periódico

El Periódico

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

Una familia recibirá casi seis millones de euros en concepto de indemnización (en concreto 5.811.391 euros) debido a que el ginecólogo se ausentó durante buena parte del parto y el bebé nació con secuelas irreversibles provocadas por la actuación "negligente" del equipo médico. Así lo recoge una sentencia de la Audiencia Provincial Civil de Madrid, que sostiene que la asistencia recibida por la parturienta, una profesora de inglés de Alcalá de Henares, se alejó de la buena praxis al "no extremar [los sanitarios] las medidas adecuadas para comprobar el bienestar fetal", lo que impidió detectar las señalas "indicadoras de malestar, que desde su aparición hasta la extracción final del feto con cesárea, se prolongaron de forma excesiva en el tiempo".

La sentencia ha sido adelantada por 'El País' y supone una de las mayores indemnizaciones concedidas por la justicia española por negligencia médica. La aseguradora SegurCaixa Adeslas, a la que pertenecía la madre, será la que deberá abonar los casi seis millones de euros, aunque el fallo puede ser recurrido. El niño, que ahora tiene ocho años, sufre parálisis cerebral, un severo retraso madurativo y epilepsia causados por la hipoxia (falta de oxígeno) que sufrió durante el parto.

La reconstrucción

Según la reconstrucción de los hechos expuesta en la demanda, el ginecólogo, Luis Cruz González-Hermida, citó a la parturienta el 23 de mayo de 2015 en el hospital privado Nuevo Belén de Madrid. Tras 41 semanas de gestación, el médico le citó para provocarle el parto justo cuando estaba de guardia. Sin embargo, el proceso se alargó demasiado y el ginecólogo "desapareció", según el relato de la familia. Después de su marcha, es cuando empezaron los síntomas de que el parto no se desarrollaba con normalidad pero el médico no volvió hasta por la noche, cuando la mujer ya había sido conducida al quirófano.

La matrona que participó en el parto no detectó las señales de sufrimiento fetal y, por ello, no llamó al obstetra para que procediera a realizar una cesárea o valorase los hallazgos detectados hasta que el feto sufrió una bradicardia, una caída de la frecuencia cardiaca, que duró 10 minutos. Tras ello, la madre fue trasladada al quirófano, donde el bebé sufrió una segunda bradicardia. Sin embargo, la cesárea no llegó hasta 17 minutos más tarde.

El niño nació "sin esfuerzo respiratorio, sin tono muscular, con coloración pálida y sin reacción a estímulos", por lo que fue trasladado a la UCI neonatal con "sospecha de asfixia". Durante las siguientes horas, sufrió varias convulsiones y complicaciones que "le causaron graves afectaciones neurológicas", según los documentos del proceso judicial.