CAMPAMENTOS DE VERANO PARA NIÑOS Y NIÑAS EN RIESGO DE POBREZA

Las desigualdades crecen en verano

Mireia Recasens Lamuà. Save the Children

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Verano es sinónimo de diversión, descanso y libertad para muchos niños y niñas, pero también es momento en que la rutina del curso escolar se acaba y las desigualdades entre la infancia se hacen más evidentes que nunca.

Muchas familias en situación de vulnerabilidad se ven obligadas a renunciar a las actividades de ocio de sus hijos e hijas porque no pueden pagarlas. Familias que hacen malabares para conciliar y cuidar a sus hijos, sobre todo las monomarentales que no cuentan con una red de apoyo. Son niños y niñas que tampoco se van de vacaciones y que sin una alternativa de ocio se quedan solos en casa y casi sin salir, normalmente en pisos pequeños y poco seguros.

Los campamentos de verano son necesarios y relevantes para el desarrollo socioemocional y educativo de los niños y niñas, en un entorno seguro, protector y libre de estrés. Por eso, desde Save the Children, ponemos en marcha un año más nuestras actividades estivales para garantizar la igualdad de oportunidades, para que nadie se quede atrás y para que puedan disfrutar de ocio y tiempo libre de calidad.

Este verano, 2.200 niños y niñas de entre 3 y 17 años participan en nuestros programas de verano en Barcelona, Canovelles y Lleida (Catalunya), Sevilla (Andalucía), Barakaldo, Bilbao y Vitoria-Gasteiz (Euskadi), Valencia, Alicante, Paterna y Mistala (Comunitat Valenciana), Illescas (Castilla-La Mancha), Madrid y Leganés (Comunidad de Madrid) y Melilla.

Además de actividades lúdicas y apoyo educativo, también garantizamos al menos una comida adecuada al día. Teniendo en cuenta el incremento de los precios de los alimentos y ahora que los comedores escolares están cerrados, esta comida supone la única posibilidad de que estos niños y niñas tengan una dieta equilibrada y saludable durante los meses de verano. Según datos de la última Encuesta de Condiciones de Vida, la cifra de niños y niñas que no tienen una alimentación adecuada ha aumentado en España: casi el 6% de la infancia no come al menos dos raciones de carne, pollo o proteínas equivalentes a la semana.

Para que las desigualdades no calen más en la vida de los niños y niñas, tenemos que garantizar que todos, sin excepción alguna, tengan acceso a campamentos y colonias durante el verano. Estos programas permiten a los niños y niños infinidad de experiencias que de otro modo no podrían vivir: ir de excursión a la playa o a la montaña, remojarse en la piscina, estar en contacto con la naturaleza, visitar museos, jugar, aprender, experimentar… El derecho al ocio - recogido en la Convención sobre los Derechos del Niño - es fundamental para el correcto desarrollo físico, mental y emocional de los más pequeños, aunque a menudo se subestime. Porque un niño sin jugar no es niño y como decía el psicopedagogo Francesco Tonucci “todos los aprendizajes más importantes de la vida se hacen jugando”.