Cómo conciliar en verano: "Los gastos son terroríficos, la paga extra va directa al 'casal'"

Llega el verano, se acaba el colegio y los niños empiezan 10 semanas largas de vacaciones. Y con ello, también aparece el gran quebradero de cabeza: ¿qué hacemos con los hijos? Para poder compaginar el trabajo con sus descanso, la respuesta más habitual suelen ser los casales de verano.

Desde los campamentos o los 'casales' de los propios colegios o las actividades que organizan los centros de extraescolares, deporte, teatro o colonias, hay cientos de alternativas donde elegir. Una semana, un mes, hasta la hora de comer o por la tarde... son muchas las opciones para ocupar a los niños mientras sus familias trabajan. Eso sí, todas las opciones conllevan un importante gasto de dinero. 

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Diferencias de precio por zonas

“Las cinco semanas, de nueve a dos, por niño, me cuestan 205 euros”, explica Elena Martínez, profesora y madre de Lucía y Biel, que lleva a sus hijos a un 'casal' de Girona. “Aquí en Barcelona, el de la escuela costaba unos 130-140 euros por semana. La diferencia de precio es bastante notable”. 

La paga extra de verano va destinada a los casales de los niños y al material escolar que se compra en septiembre. “Con la paga cubrimos 'casales' y material”. La profesora Carol Andreu también destina ese sueldo a los 'casales' de sus hijos: “Pagamos a la semana 55 euros, porque no se quedan a comer, si lo hiciesen y alargaran la jornada hasta las 5, serían 120. Nuestra paga doble va dedicada al 'casal'”. 

Gastos, gastos y más gastos

“Mayo fue terrorífico”, explica Vero García, madre de Mario y Emma. “Tienes que pagar las colonias y las inscripciones del 'casal'. Te gastas el dinero de la paga extra antes de cobrarla -afirma-. En vez de dedicarla a las vacaciones, va al 'casal'”.

Pero está claro que hay muchas familias que no cuentan con esta paga extra en junio. Es el caso de Victoria Subirana, estudiante  de máster, con dos hijos de 7 y 10 años. Ni ella ni su marido, autónomo, disponen de sueldo doble. Por lo tanto, en junio, deben afrontar varios gastos. “Los meses de junio y julio tienen un coste bastante elevado: está la declaración de la renta, pagamos las vacaciones y las excursiones y material escolar”. Dejando a los niños seis semanas en el casal, el gasto final supera los 900 euros.

El tetris de la conciliación

En muchas ocasiones, los 'casales' no son suficientes para compaginar la familia con el trabajo. Los hijos de Carol tendrían que quedarse a comer, duplicando el gasto del 'casal', si los abuelos no pudiesen ir a buscarlos. “Yo salgo a las tres de la tarde, y los abuelos va a recogerlos a la una. Dependemos de ellos”. Los padres de Elena se instalarán con sus nietos en Girona, donde los niños hacen el 'casal', mientras Elena sigue trabajando la última semana de junio. 

Vera se coordina con otras familias y amigos para ir a recoger a sus hijos al 'casal': “Tenemos una pequeña tribu, así los niños van con amigosa familia; si un día no puede ir uno, va otro. Pero, claro, esto supone una logística bastante importante”. Ella sale de trabajar por la tarde, pero las activiades de los niños acaban al mediodía. “También tengo la ayuda de mi madre. Pero no me gusta sobrecargarla, son abuelos, ya no tienen el ritmo”.

Ocio infantil

Si algo tienen los niños es energía. En estos 'casales' se organizan todo tipo de actividades lúdicas, gincanas o actividades deportivas. “Ellos se lo pasan muy bien, van a la piscina, están con amigos. Si no, el verano se les hace muy largo”, comenta Elena, quien añade que, aunque ella tuviera las mismas vacaciones que ellos, un par de semanas los apuntaría igualmente al casal. "Les gusta mucho, van a una zona deportiva, hacen actividades y conocen a muchos más niños de la zona". “Si no, ellos se aburren muchísimo en casa”, explica Victoria.

“Me gustaría que el 'casal' fuera para todos los niños, porque hacen otro tipo de actividad diferente a la escolar”, explica Vero. “Debería formar parte del colegio, para que aprendan más deporte, o arte, cosas que normalmente no se hacen durante el curso”. Sus hijos practican actividades de deporte y cerámica, y le gustaría que pudieran ir más semanas. “Si nos lo pudiéramos permitir, haríamos una semana más, pero económicamente es insostenible”.

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Los 'casales' de los colegios suelen ser los predilectos a la hora de escoger dónde llevar a los niños. "Así no les cambias tanto de espacio, lo tienen más dominado, y está mejor de precio", explica Carol. "Cuando son muy pequeños, es más fácil llevarles al del colegio, porque están en un entorno cercano, con amigos y que conoces", cuenta Elena, "Después ya ellos te dicen dónde quieren ir, y si es factible, pues les haces caso".

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