Acceso a la universidad 2023

Hacer la selectividad siendo ciego: así afronta la prueba Pere Ribes, el chaval que locuta los partidos del Olot

Resultados de Selectividad 2023: buscador

41.671 estudiantes empiezan este miércoles una selectividad que se resiste a cambiar

¿Qué fue de Marta y Ramon, los dos alumnos que sacaron un 10 en la selectividad del año pasado?

Pere Ribes, estudiante de segundo de Bachillerato de Olot.

Pere Ribes, estudiante de segundo de Bachillerato de Olot. / David Aparicio

Helena López

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Lo que empezó siendo una barrera entre él y el resto de niños de su clase, el fútbol, terminó convirtiéndose, además de en una indiscutible herramienta de integración, en su gran pasión. En la pared de su habitación de adolescente cuelgan las bufandas de sus dos clubs: el Olot [el de su ciudad] y el Betis. De muy niño, le pidió a sus amigos del colegio que le explicaran cosas sobre aquel deporte del que tanto les escuchaba hablar y que tanta curiosidad le generaba. Le contaron muchas cosas; una de ellas, con la que se quedó, era que cada equipo tenía un himno; una canción. Como siempre le había encantado la música, al llegar a casa, el pequeño Pere Ribes le pidió a su padre que le buscara y pusiera los himnos de todos los equipos de la Liga y así lo hizo.

Quiere estudiar Periodismo en la UAB, donde compartirá piso en la Vila Universitària con un amigo del instituto

"El que más me gustó fue el del Betis y me dije, 'si gana tres partidos seguidos, me hago del Betis'. Y ganó", recuerda años después Pere Ribes, uno de los 41.671 estudiantes que estos días se enfrentará a los exámenes de la selectividad. En su caso, como otros 22 chicos y chicas de su edad con discapacidad visual, no lo hará esta semana, sino la próxima, en el Tribunal Especial. Un examen idéntico en cuanto a fondo (mismas asignaturas y dificultad), en el que lo que cambiará es solo la forma, adaptada a sus necesidades. En el caso de Pere, ciego de nacimiento, los exámenes serán en braille.

Pere Ribes lee en braille en la habitación de su casa, en Olot.

Pere Ribes lee en braille en la habitación de su casa, en Olot. / David Aparicio

Volviendo al Betis [en la historia de Pere, el fútbol y la escuela se entremezclan de forma constante: su objetivo es cursar Periodismo en la UAB para ser periodista deportivo], si el ritmo de su himno le gustó, al conocer la historia del club y el ánimo de su afición, ya se enamoró para siempre de aquellos colores que él no puede ver, pero sí sentir. "Siempre he sido un gran oyente de radio; mi madre me despertaba con Jordi Basté, y disfrutaba escuchando 'Carrusel Deportivo' y todos los partidos del Olot en Ràdio Olot; me encantaba cómo retransmitían los partidos y yo lo intentaba imitar", explica emocionado.

Es tan del Betis que, tras coincidir con Messi en la promoción de unas gafas para invidentes, dijo que le había hecho muchísima ilusión, pero hubiera preferido a Joaquín

Y un día, el Olot -prosigue como quien narra un partido- subió a segunda B. Hace 10 años. Por aquel entonces él tenía 8, y le dijo a su padre que se quería hacer socio. El primer año no le hizo caso, claro, pero sí le llevó a algunos partidos. "Fuimos a la zona de prensa y vi a David Planella, el periodista que retransmite todos los partidos del Olot y al que yo admiraba muchísimo. Y recuerdo que nos preguntó, para la radio, qué nos estaba pareciendo el partido y yo estaba muy nervioso por estar hablando en la radio, con David Planella", recuerda.

Cuando terminó el encuentro, Planella, quien, cosas de la vida, había sido alumno de la madre de Pere, maestra, se acercó a ellos y le preguntó entre sorprendido y admirado, cómo lo hacía para seguir el partido. Él respondió que lo oía por la radio -que le oía a él- y Planella le propuso si se quería sentar a su lado a seguir los partidos. Así fue como debutó como comentarista deportivo; para lo que empezará a estudiar tras el verano. Ya ha ido a la UAB a conocer la facultad de Ciencias de la Comunicación y la Vila Universitària, la residencia de estudiantes de la Autònoma.

Este segundo de Bachillerato, además de prepararse para la selectividad como todos sus compañeros de promoción, Pere se ha estado preparando con la ayuda de la ONCE para la vida independiente que empezará en septiembre. "Hemos estado aprendiendo a cocinar y a poner lavadoras", señala el joven, a quien le tranquiliza y hace feliz pensar que compartirá piso en 'la Vila' con un amigo del instituto que también estudiará en la UAB.

Pere Ribes, ciego de nacimiento, hará la selectividad los próximos días 14, 15 y 16 de junio, fecha del Tribunal Especial.

Pere Ribes, ciego de nacimiento, hará la selectividad los próximos días 14, 15 y 16 de junio, fecha del Tribunal Especial. / David Aparicio

Tras los primeros partidos en los que Pere -entonces un niño de Primaria- iba solo "a hablar un poco", se aficionó y se convirtió en comentarista regular hasta hoy. "Me gusta muchísimo, estudio qué hacen los rivales", señala el joven quien, junto a su familia, quien lo arropa en todo momento, ha luchado siempre para que la ceguera con la que nació no fuera impedimento para vivir una vida plena. De hecho, su vinculación con el futbol no está solo en retransmitirlo. Durante muchos años, como tantísimos niños de Catalunya, también jugó.

Subcampeón de España

En el patio del colegio, además de preguntarles a sus compañeros por las normas -de dónde nació, vía musical, su afición al Betis- también quiso jugar con ellos. "Al principio no me dejaron, pero cuando logré jugar se dieron cuenta de que podía. Pusimos una serie de normas, como que cuando me pasaban el balón, el juego paraba y me dejaban tiempo para pensar, pero con la práctica ya no hicieron falta ni esas normas", cuenta el joven, quien también ha hecho durante años natación, llegando a competir en los campeonatos de España, quedando segundo en 200 metros espalda; tan del Betis que, tras coincidir con Leo Messi en la promoción de unas gafas para invidentes, dijo que le había hecho muchísima ilusión estar al lado del astro argentino, pero que hubiera preferido hacer el anuncio con Joaquín.

También como tantos otros chicos de su edad, al empezar el Bachillerato, el curso pasado, dejó la natación para centrarse en el instituto y lograr el objetivo que tiene ya en la punta de los dedos: estudiar Periodismo. Tiene un 7,88 de media de Bachillerato así que, dentro de lo que cabe, está tranquilo y centrado en acabar de preparar las cinco asignaturas de la fase general, en su caso, las cuatro comunes más Latín.

Hará la selectividad en Barcelona, ya que de la provincia de Girona solo había dos estudiantes con discapacidad visual para el Tribunal Especial, y decidieron juntarlos todos en la capital catalana y la experiencia tendrá un plus de emoción, ya que durante los tres días que duran las pruebas se quedará a dormir en la residencia de la ONCE.

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