El problema de la vivienda

La protesta de los estudiantes por los precios del alquiler se extiende en Italia

Los jóvenes destinan el 85% del sueldo al alquiler en Barcelona y el 65% en el resto de Catalunya

El trauma de los jóvenes y la vivienda: "Los precios lastran nuestros proyectos vitales"

Las acampadas se reproducen en Roma, Bolonia, Cagliari, Pavia, Padua, Perugia, Venecia, Florencia o Bari

Acampada de protesta de los estudiantes en Roma.

Acampada de protesta de los estudiantes en Roma.

Irene Savio

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Pasaron inadvertidos hasta que la semana pasada una estudiante llevó su rabia ante la Universidad Politécnica de Milán. Rápidamente otros universitarios la siguieron y también plantaron sus tiendas de campaña. Solo entonces su voz empezó a escucharse, cada vez más alto, en otras grandes ciudades de Italia. Roma, Bolonia, Cagliari, Pavia, Padua, Perugia, Venecia, Florencia y Bari son algunas de las que se han sumado en los últimos días. Todos unidos con un mensaje principal: la denuncia por los altos precios de los alquileres. Una situación, dicen, que está asfixiando al mundo estudiantil.

Aglutinados en torno al movimiento 'Cambiare Rotta' (Cambiar de ruta) y algunos movimientos de la izquierda extraparlamentaria italiana, los manifestantes italianos han puesto en evidencia un mercado que, denuncian, ya no garantiza el derecho a estudiar. Por eso, piden cambios estructurales. Para empezar: legislaciones que fijen alquileres asequibles para los estudiantes y más fondos estatales para las casas destinadas a los alumnos más vulnerables

"El problema del alquiler es un problema viejo. Pero en el último año la situación ha empeorado enormemente por la inflación y el desvío de fondos a la industria de las armas", denuncia Sara Frioni, estudiante de 20 años de Ciencias Políticas de La Sapienza de Roma. "En Roma, por una habitación compartida, te pueden pedir hasta 400 euros; por una individual, unos 500-600 euros. En Milán, por 20 metros cuadrados, puedes pagar hasta 900 euros al mes. Y acceder a una residencia estatal para estudiantes es prácticamente imposible", detalla. 

Techos derrumbados

El mundo estudiantil ve desde hace tiempo cómo la política le hace cortes de manga. En algunos centros del país, las instalaciones se caen, literalmente, a pedazos. El techo del salón de actos de la Universidad de Cagliari, en la isla de Cerdeña, se desplomó en octubre pasado. En la propia Universidad de La Sapienza, uno de los mayores templos universitarios de Italia, el revoque de una sala de estudios de la Facultad de Letras también se desprendió en los últimos meses.

Por eso, no se excluye que una protesta que empezó por los altos precios de los alquileres derive en algo más, como pasó con Ocupa Wall Street hace 12 años. "¿Por qué el Estado no estudia, por ejemplo, un plan que incluya una renta para los estudiantes que lo necesiten? Ese dinero también puede venir de organizaciones, como Leonardo (compañía del sector de la defensa), que se benefician de las investigaciones que hace la Universidad", sugiere Frioni. 

Más Estado

Ella, junto con otros 40 estudiantes, han sido los primeros de la protesta. Desde el pasado martes pasan día y noche delante de la Universidad de La Sapienza a la espera de respuestas. Una rebelión a la que ahora se han sumado otros jóvenes que hacen lo propio en la Universidad de Tor Vergata y delante del Ministerio de Educación de la capital italiana. "Sin casa, no hay futuro", se ha leído en las pancartas en otras ciudades.

Y alguna cosa se ha movido. El jueves, el Gobierno de Giorgia Meloni anunció el desbloqueo de 660 millones de euros destinados a nuevos dormitorios para los estudiantes. Lo que, de momento, ha calmado los ánimos de los estudiantes que viven en algunas ciudades. Pero no de todos.