València

Vídeo | El equilibrista que surca el cielo de la localidad valenciana de Bocairent

Javi Sanz, profesor de Educación Física, ha protagonizado varias sesiones de la disciplina conocida con "highline" a una más que notable altura

El equilibrista que surca el techo de la Vall d’Albaida en Valencia.

Vídeo: Javi Sanz

José Luis G. Llagües | @JLGLlagues

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

La película 'El desafío' ('The walk' llevó a las pantallas la historia de Philippe Petit, que en agosto de 1974 cruzó sobre un cable de acero la distancia que separaba las torres gemelas de Nueva York. Salvando las distancias, un grupo de doce equilibristas realizó una hazaña similar en Bocairent (Valencia). Liderados por el profesor de Educación Física Javi Sanz —nacido en la localidad en 1987— han protagonizado varias sesiones de la modalidad conocida como "high line"

Hay diferencias respecto a la historia de Petit, pero la necesidad de equilibrio y la sensación de vértigo —al menos al ver las imágenes desde fuera— se mantienen.

"Eso es funambulismo y no es lo mismo. Ellos van sobre un cable de acero y mantienen el equilibrio gracias a una barra. Es algo que sí pasó en la realidad. Nuestra cuerda es de poliéster y el equilibrio lo haces con los brazos. Yo, personalmente no he probado la otra modalidad. Ir sobre un cable tan rígido es difícil si no estás acostumbrado", explicó ayer Sanz a Levante-EMV, del grupo Prensa Ibérica.

"Nosotros practicamos el 'high line', que es un deporte de altura entre montañas. Hemos puesto una cuerda desde el campanario hasta el Santo Cristo, prácticamente. Son 430 metros, una distancia considerable", continuó el docente de Educación Física, que actualmente da clases en un instituto de Cataluña. Ha participado en la iniciativa junto a otros once aventureros: Chrise, Esther, Juanca, David, Ira, Txalbi, Tamara, Dani, Sascha, Sivan, Sylas y Elena. 

Todos se conocen, ya que forman parte de una asociación que integra a practicantes de este deporte. Las imágenes que se pueden ver en el vídeo compartido en nuestra página web son espectaculares. No es fácil llegar a dominar la disciplina. Así lo reconoció Sanz: «Los inicios son duros, nuestras mentes no están acostumbradas a estas situaciones límite. Tienes miedo, el cerebro no entiende lo que pasa. Hay gente que en un año no consigue ponerse en pie y otros que ya dan un paso el primer día», comentó. 

Modalidad desconocida

En las sesiones programadas en Bocairent se ha completado un tramo de 430 metros, que se dobla al hacer viajes de ida y vuelta. Sanz lo ha cubierto en unos 50 minutos, aunque reconoce que ha sufrido varias caídas. También explicó que es una modalidad bastante desconocida: «No hay mucha gente que sepa lo que hacemos, a lo mejor somos treinta personas en toda la Comunitat Valenciana. Es una práctica que a muchos les parece exótica. Seguramente, la mayor parte de los vecinos de Bocairent no sabían lo que hacíamos ahí arriba», expuso. 

Al ser el único de Bocairent, el docente se ha encargado de organizarlo todo. Así, tuvo que pedir permiso al párroco local, que se comunicó con el arzobispado. También se puso en contacto con el Ayuntamiento: «Fue una idea mía, lo normal es que me encargara yo, al menos me conocen y sabíamos que así iba a ser todo más fácil. Les pareció bien y la verdad es que ha sido una muy buen experiencia. Es un escenario perfecto. ¿Qué voy a decir yo si soy de Bocairent?».

Y eso que Sanz y sus compañeros han visitado otras zonas espectaculares. Así, han practicado el "high line" en países exóticos como Tailandia y visitado sierras montañosas de renombre como los Alpes o los Dolomitas. "Son escenarios brutales. Lo mejor que tenemos es que las posibilidades son infinitas. Vas al sitio elegido, lo preparas todo y montas", expuso.

A su vez, destacó que la seguridad es brutal: "Vamos por una cinta por arriba y debajo hay otra haciendo bucle por seguridad, lo que cruzamos se llaman líneas. Cada cinta aguanta hasta 3.000 kilos y como mucho las sometemos a una presión de 200. Todo es redundante. Estamos atados con arnés, el itinerario está triangulado y anclado en cuatro puntos. Quizás, parezca peligroso para quién no conoce lo que hacemos, pero no es así para nada". 

Por último, el equilibrista nacido en el municipio de la Vall d’Albaida destacó la necesidad de conocer a alguien que te ayude en tus primeros pasos en el "high line": "Necesitas un guía, alguien que te explique cómo hacerlo. Solo no puedes aprender. También te puede asesorar en el equipo que has de comprar. El gasto no es excesivo, ya que se acaban compartiendo muchas cosas".