Investigación en marcha

El mercado negro de los DNI: esto es lo que puede pasarte si te roban el carnet y suplantan tu identidad

Los Mossos, tras la pista de la red que revende DNI robados a estafadores de bancos

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Alba, enfermera de Gavà, ha descubierto que es pareja de hecho de un hombre marroquí, que es empleada en un badulaque y que está empadronada en el barrio de La Mina

Alba, suplantada tras sufrir el robo de su DNI

Alba, suplantada tras sufrir el robo de su DNI. / XAVIER GONZÁLEZ / VÍDEO: GUILLEM SÁNCHEZ

Guillem Sánchez

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Alba perdió el control de su identidad en julio de 2022, al salir de un restaurante de Castelldefels (Baix Llobregat) en el que había cenado con unas amigas. Dos ladrones montados en una motocicleta tiraron de su bolso y se lo arrancaron. Alba vio cómo se alejaban maldiciéndolos, e ignorando ­–como le ocurriría a cualquier ciudadano en su lugar– que lo más importante que había en ese bolso, el tiempo se lo demostraría, no era ni la cartera ni el teléfono, era su DNI.

Los cuerpos policiales avisan de que los delincuentes cada vez sacan más provecho de los DNI sustraídos, un producto codiciado en el mercado negro. Más, si cabe, cuando pertenecen a mujeres jóvenes como Alba, una enfermera de Gavà soltera y sin antecedentes.

Alba dio de baja las tarjetas bancarias y presentó una denuncia en la comisaría de los Mossos d’Esquadra. Pocos días después del robo, recibió la llamada de un vecino de L’Hospitalet de Llobregat que había encontrado tarjetas con su nombre tiradas frente a su casa. Alba acudió a recogerlas e inspeccionó papeleras y contenedores cercanos: en uno halló también su bolso, vacío. Faltaba su teléfono móvil, cuya ubicación indicaba que se encontraba también en L’Hospitalet pero no pudo recuperar, y el DNI.

El banco le comunicó que, antes de que se cancelaran las tarjetas, los ladrones habían tenido tiempo de hacer transacciones de poco valor, pagos inferiores a los 50 euros que requieren de la contraseña. Entre las compras realizadas, había tarjetas de teléfono de prepago. Pensó que eso había sido todo, que el episodio del robo se cerraba con ese balance. Pensó mal.

El mensaje

En octubre, Alba recibió en su nuevo teléfono un aviso de la Seguridad Social que informaba de que había sido dada de alta como empleada de un supermercado de Sant Cugat (Vallès Occidental), propiedad de un ciudadano paquistaní. Alba, sospechando acertadamente que aquello podía guardar relación con su DNI robado, buscó el teléfono del establecimiento y llamó: "Hola, ¿me has dado de alta en tu empresa?". Al otro lado del teléfono, el dueño, con marcado acento paquistaní, acumuló atropelladamente las disculpas y prometió a Alba que hablaría con su gestor para darle de baja de nuevo.

Tras aquella conversación, Alba recibió una llamada de otro ciudadano con acento extranjero que le preguntó si era la amiga de Judit. Alba respondió que no conocía a ninguna Judit y su interlocutor, que no se identificó, repreguntó si no era ella la chica que se había convertido "en pareja de hecho de un chico marroquí". Alba, sin pestañear, dijo que ella no era pareja de ningún chico marroquí. El problema es que sí lo era.

Al rato, entró otra llamada al teléfono de Alba. Era una mujer, que debería ser la tal Judit pero se presentó con el nombre de Jennifer, y que le confirmó que se había formalizado un enlace de ella con un chico marroquí. Alba, nerviosa pero sin perder la calma, insistió en que ella no había consentido esa unión y que se habría formalizado con un DNI robado. Judit, o Jennifer, prometió averiguarlo y llamar de nuevo. Alba no ha vuelto a saber de ella.

Las pesquisas de Alba

Alba se puso a investigar si era verdad que era la pareja de hecho de un desconocido. Lo consiguió, aunque no sin sufrir las dificultades con las que topa un ciudadano normal que debe bregar por cauces legales con la burocracia de la administración. De la Conselleria de Justícia se descargó, finalmente, un certificado en el que consta aparejada con un tal Mohamed desde el 15 de septiembre de 2022, semanas después del robo de los motoristas. El enlace se había tramitado desde una notaría de Badalona.

Mohamed acudió el 9 de agosto a esa notaría en compañía de una joven que se hizo pasar por Alba. Contactados por EL PERIÓDICO, trabajadores de la notaría afirmaron recordar a la pareja y aseguraron que ese día comprobaron que la mujer era quien decía ser, aludiendo a una pequeña marca lunar que Alba tiene sobre el labio. En otras palabras: reaccionaron a la defensiva y, en lugar de admitir que Mohamed y la suplantadora han burlado las precauciones que toman como notaría, dudaron de la denuncia de víctima. Alba ha ofrecido copia de todos los documentos a este diario.

Visita a la notaría

La notaría de Badalona insistió en que no basta con el DNI robado, que para poder tramitar una pareja de hecho se requieren otros documentos y un correo electrónico al que envían la solicitud. Pero el correo que facilitó Mohamed era de Mohamed –Alba nunca recibió ningún correo– y el otro documento aportado ese día en la notaría por la pareja apócrifa, además del DNI robado, fue el empadronamiento municipal en el que consta que viven juntos. ¿También habían cambiado su padrón?

Alba, que nunca se ha dejado amedrentar por las circunstancias a pesar de que cada vez está más claro que su DNI terminó en manos de una red criminal, siguió buscando. Así descubrió lo que temía: actualmente consta como empadronada en Barcelona para simular que residía junto a Mohamed, en una calle junto al barrio de La Mina de Sant Adrià de Besòs.

Balance real

En los últimos meses, Alba legalmente se ha unido en pareja de hecho con Mohamed, se ha mudado a La Mina y ha dejado su empleo de enfermera para trabajar en un badulaque de Sant Cugat. Además, los delincuentes que compran tarjetas de prepago con DNI robados, como hicieron los que tiraron de su bolso en Castelldefels, usaran esos números telefónicos a nombre de Alba para llevar a cabo trámites al margen de la ley. Lejos de lo que pensó al recuperar la mayoría de sus documentos y su bolso, el balance real de aquella sustracción violenta de Castelldefels es este, y aún no ha terminado.

El mercado negro de DNI conviene a estafadores de bancos –que usurpan la identidad de los clientes para quedarse con sus ahorros– o mafiosos que necesitan cuentas bancarias a nombres de personas sin antecedentes o a jetas que piden créditos instantáneos ante los que deberá responder la víctima de la sustracción. La ristra de problemas que genera que un DNI acabe en manos de redes criminales es demasiado larga. A Alba, que sepa, no le ha ocurrido nada de esto último. Pero su DNI no caduca hasta 2027.

Consultados por este diario, los Mossos afirman estar investigando el asunto. Alba lamenta la ausencia de ayuda recibida para deshacer todos los contratos legales que los criminales, que siguen en poder de su DNI, han firmado con su nombre.  

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