Sequía

Riesgo extremo: el calor está a punto de desencadenar un serio problema

España vive en estos días una de las olas de calor más intensas, largas y duraderas de las últimas décadas

Día de calor y viento en Barcelona

Día de calor y viento en Barcelona / FERRAN NADEU

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 El episodio de calor anómalo, que entra este viernes en su punto álgido y afecta a numerosas provincias, ha puesto el foco en la necesidad de adoptar medidas y ha obligado a algunos ayuntamientos y autonomías a adelantar sus planes frente a las altas temperaturas, aunque solo unas pocas han pasado a la acción.

La Agencia Estatal de Meteorología (Aemet) prevé un nuevo ascenso que llevará al termómetro a superar los 35 grados en el valle del Guadalquivir, áreas de La Mancha y del interior oriental de Andalucía, y el anticiclón no dará tregua, más allá de precipitaciones débiles en Galicia, el área cantábrica y algunas cordilleras.

Sequía y temperaturas de verano en el mes de abril que han llevado a colectivos como el profesorado a exigir medidas, porque las aulas no están adaptadas a los retos que marca la emergencia climática.

Así, a los consejos habituales, como no salir de casa ni hacer ejercicio en el exterior en las horas centrales del día, buscar la sombra, mantenerse hidratado, protegerse con gorras, gafas de sol y crema solar o evitar las comidas copiosas, se unen decisiones concretas de las administraciones públicas.

En realidad, son pocos los territorios que se han puesto manos a la obra para hacer frente a los estragos del cambio climático, pero se activarán sí o sí el próximo 15 de mayo, ya que Sanidad ha adelantado dos semanas la entrada en vigor del plan contra el calor, que se prolongará más allá del 30 de septiembre, según la evolución de las temperaturas.

Además, el riesgo de incendios será extremo en gran parte del interior de la mitad sur peninsular, pero también en puntos de la meseta Norte y del nordeste peninsular. La baja humedad por la falta de lluvias y las altas temperaturas, favorecen que aumente el riesgo.

España vive en estos días una de las olas de calor más intensas, largas y duraderas de las últimas décadas. Mientras los termómetros se disparan en prácticamente todo el país, los embalses españoles están bajo mínimos. El calor extremo y la falta de lluvias dejan el terreno cada vez más seco. Y en un suelo cada vez más árido, solo hace falta una chispa para desencadenar un incendio voraz.

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