Salud y educación

Cinco escuelas del Bages tendrán dispensadores de adrenalina para casos graves de alergia

Los inyectores permitirán actuar rápidamente en caso de que alguien sufra una anafilaxia

Dispensadores de inyectores de adrenalina que se instalarán en cinco centros educativos del Bages.

Dispensadores de inyectores de adrenalina que se instalarán en cinco centros educativos del Bages. / ACN

Arnau Valverde

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Actualmente ya es habitual ver desfibriladores en varios equipamientos o en la misma vía pública para actuar en caso de un paro cardiorrespiratorio. Ahora, los mismos impulsores que llevaron los desfibriladores a Manresa están llevando a cabo una prueba piloto en el Bages para que los centros educativos dispongan de dispensadores de inyectores de adrenalina para actuar rápidamente en caso de que alguien sufra una reacción alérgica grave, conocida como anafilaxia. Las cinco escuelas que forman parte de la prueba piloto son la FUB, los dos de la Joviat, la escuela Oms i de Prat y la escuela Montserrat de Sant Vicenç de Castellet.

"Tenemos muy clara la importancia de la cardioprotección con la instalación de desfibriladores y la formación de las personas para salvar una vida. Esto quiere ser un símil dirigido a las alergias", ha explicado el manresano Carles Pons , CEO de la empresa Adan Medical Innovation, que ha impulsado esta iniciativa. Además de la instalación de los dispensadores, la prueba también comporta la formación del profesorado para que sepan cómo actuar en caso de que se produzca una anafilaxis tanto en un niño como en un adulto.

"El anafilaxis es una reacción alérgica grave que afecta entre el 2 y el 5% de la población. El principal problema que tienen los centros es que cuesta reconocer cuándo hay una reacción alérgica y que a menudo da miedo administrar la adrenalina y se espera a que lleguen los servicios médicos cuando ya puede ser demasiado tarde. Si no se actúa rápidamente puede haber desenlaces fatales", afirma Anna Sala, fundadora de la empresa y doctora alergólega.

Sala también ha apuntado que administrar la adrenalina no es tan difícil como la gente puede pensarse. "Es un inyector que es como un bolígrafo y que hay que inyectar en la parte externa del muslo. Es muy fácil aunque nosotros estamos formando a los profesores para que sepan cómo hacerlo", ha dicho.

El 10% de alumnado es alérgico

Por otra parte, Pons ha explicado también que el 10% de los alumnos tiene algún tipo de alergia y que la adrenalina es el único fármaco que puede utilizarse como tratamiento en caso de una reacción alérgica grave. Teniendo en cuenta que según la OMS (Organización Mundial de la Salud) y la WAO (World Allergy Organization), se prevé que en 2050 el 50% de la población mundial sea alérgica y también después de consultar con centros educativos las carencias que tienen en este sentido, se ha desarrollado este proyecto. "El alumno quizás no siempre lleva la adrenalina encima, o la lleva y no sabe que está en mal estado... Se vio la necesidad de profundizar en esto porque se detectaron estas carencias", ha dicho Pons.

La prueba piloto consiste en dispensadores de autoinyectores de adrenalina que están conectados con el SEM. Sin embargo, el dispositivo que saldrá a mercado a finales de este año es más elaborado. Consta de una pantalla en la que el usuario podrá introducir los síntomas de la víctima para comprobar si realmente se trata de una anafilaxis. En caso afirmativo, el dispositivo habilitará al autoinyector y explicará al usuario cómo utilizarlo además de avisar al SEM de forma paralela. El dispositivo también está listo para regular la temperatura y controlar que la medicina esté en buenas condiciones. El producto se prevé que tenga un coste de unos 70 o 80 euros en formato de renting mensual, un precio equiparable a los de los desfibriladores según la propia empresa. En principio se prevé destinarlo a centros educativos y, posteriormente, abrirlo a otros tipos de clientes de la misma forma que se hizo con los desfibriladores.