Conmoción en el municipio

Tres personas muertas en Rubí al tratar de huir de un fuego en el contador

La sospecha principal es que el incendio podría haber sido provocado por un cortocircuito y los Mossos investigan si algún vecino había pinchado la luz

Los inquilinos del inmueble se sintieron aprisionados entre el humo y las rejas de las ventanas: "No podíamos salir"

Tres muertos en el incendio de un edificio en Rubí

Tres muertos en el incendio de un edificio en Rubí. / FOTO Y VÍDEO: RICARD CUGAT

Guillem Sánchez

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Faltaban pocos minutos para las siete de la mañana. Cristina y su hija de 7 años dormían en una de las viviendas del bloque número 13 de la calle de Saragossa de Rubí cuando una violenta explosión ha hecho que temblaran las paredes. “Hemos empezado a oír golpes y gritos, pensaba que había una pelea. Me he asomado por la mirilla y estaba todo negro. He salido a la ventana y salía mucho humo”, explica a EL PERIÓDICO vestida con pijama y junto a su hija, que devora un bocata y solo lleva una zapatilla puesta. No ha habido tiempo de ponerse a buscar dónde estaba la segunda. 

En este bloque hay una treintena de viviendas. Se proyectó como un hotel pero terminó convirtiéndose en un edificio de apartamentos en el que los propietarios como Cristina son escasos y abundan los contratos de alquiler. Junto a la entrada principal está el cuarto de contadores. El fuego se ha iniciado ahí. La sospecha principal es que podría haber sido provocado por un cortocircuito y la policía científica de los Mossos investiga si algún vecino había pinchado la luz.

Al declararse el incendio en un lugar tan cercano a la entrada, la salida principal a la calle ha quedado bloqueada enseguida por un denso humo que ha llenado en pocos minutos los pasillos, como cuenta Cristina, al decir que por la mirilla de su puerta se veía "todo negro".

Vecinos explican el incendio de Rubí que se ha saldado con tres muertos

Vecinos explican el incendio de Rubí que se ha saldado con tres muertos. /

Los tres fallecidos son tres adultos. Según los vecinos, se trata de una maestra y su marido y de una persona de más edad. Ismael, un hombre electricista de profesión y que ha sido el último en ser evacuado por los bomberos, ha salido por el acceso principal con las llamas ya apagadas y sitúa los cuerpos cerca de la entrada principal. La principal hipótesis es que las víctimas estaban tratando de huir pero no lo lograron y murieron intoxicadas por el humo.

En caso de incendio en un edificio, las posibilidades de sobrevivir se multiplican si las personas se confinan en casa, mantienen la puerta cerrada y esperan la llegada de los bomberos, que este miércoles han podido apagar las llamas en pocos minutos. El ‘conseller’ de Interior, Joan Ignasi Elena, que no ha querido confirmar esta hipótesis, ha remarcado que todos los vecinos que estaban en sus casas han sobrevivido sin intoxicaciones graves. 

"Creo que los tres han muerto intentando salir pero no lo han logrado porque el fuego estaba junto al portal", reitera Ismael desde el club de petanca ubicado en la misma calle de Saragossa y cuyo propietario ha abierto siguiendo órdenes de la alcaldesa de Rubí, Ana María Martín, para atender a las familias desalojadas. "El fuego estaba en los contadores y el humo era insoportable, habrán intentado salir a la calle y habrán caído. Yo también quería salir pero no podía", asegura Ismael. 

Pata de cabra para la reja

Las patrullas de la Policía Local y de los Mossos d’Esquadra han sido las primeras en llegar. La situación que se han encontrado era la de decenas de vecinos agolpados contra las rejas de las ventanas. Eran familias como las de Cristina o Ismael, que no podían huir por el pasillo ni tampoco saltar a la calle a pesar de que muchas ventanas están construidos solo un par de metros sobre la acera y hubieran podido convertirse en la forma más sencilla de alcanzar la calle.

Reinaldo es el autor de la primera llamada efectuada al 112, había acudido a esa calle a buscar el coche y se ha topado con los gritos de los vecinos, asomados entre los barrotes, pidiendo auxilio. No ha podido socorrerlos porque tampoco él llevaba herramientas para vencer las rejas y se ha tenido que conformar con repetirles que ya había llamado, que los equipos de emergencia ya estaban en camino y que las luces de sus vehículos cada vez parecían estar más cerca.

El jefe de turno de la policía local ha cogido una pata se cabra y se ha lanzado contra una de las rejas. Así ha logrado abrir un hueco y sacar vecinos por la ventana. Otro inquilino se ha liado a martillazos hasta que ha podido romper ladrillos de la pared que han permitido apartar la reja. La mayoría de familias, sin embargo, han tenido que resignarse a la llegada de los bomberos. El fuego se ha extinguido a las siete y cuarto. Los coches patrulla han servido para dar un primer refugio mientras trabajaban los equipos de extinción. Más de una chaqueta policial ha hecho las veces de albornoz a los más pequeños. 

Desalojados al menos durante tres días, los vecinos empiezan a digerir el mal trago vivido esta noche: despertados por la explosión, aterrados por los gritos y aprisionados entre el humo del pasillo y las rejas de la ventana.