Biodiversidad urbana
Un escuadrón sale a la búsqueda de mariposas en Barcelona
Una treintena de voluntarios censan estos insectos en parques de Barcelona, Sabadell y Madrid
Las mariposas actúan como un indicador de la biodiversidad en las ciudades
Guillem Costa
Entramos en la primavera y en Barcelona, un año más, toca contar mariposas. Una cuadrilla de 30 voluntarios se reparte los parques urbanos de la ciudad para tener un censo completo: pretenden saber cuántas mariposas hay y cuáles son. La sexta temporada de esta iniciativa justo arranca con la llegada del calor y algunos de los insectos más vistosos ya se dejan observar con facilidad en medio de la metrópolis.
Cinta Calzada, una restauradora de antigüedades de 45 años, participa por cuarta vez en este proyecto del CREAF (Centre de Recerca Ecològica i Aplicacions Forestals). Hace tiempo que retrata orquídeas y mariposas, pero cuando su hermano le habló de este seguimiento, no tuvo ninguna duda y se apuntó. Este viernes ha quedado en el Parc del Castell de l'Oreneta (Sarrià) para hacer un recuento con Yolanda Melero, jefa de uBMS, que son las siglas en inglés de 'esquema de monitorización de mariposas urbanas'. El programa también se desarrolla en Madrid y Sabadell. Y en el área metropolitana barcelonesa hay otro plan de censos en marcha (mBMS).
Mientras Calzada y Melero se saludan, no paran de comprobar arbustos y márgenes, por si vuela uno de estos insectos livianos. Interrumpen la conversación constantemente: "Mira, creo que es una Pieris, está algo lejos, pero lo parece", suelta una de ellas cuando una mariposa blanca aletea sobre unas flores. Se trata de una Blanquita de la col (Pieris rapae), una de las más habituales en la urbe.
El refugio de Cleopatra
¿Pero qué importancia tiene saber qué mariposas habitan estos más de 20 parques de Barcelona? "Las ciudades son uno de los ecosistemas más olvidados. No se sabe nada de ellos y estaría bien analizar en qué estado se encuentran estos ambientes", expone Melero, que aparte de dirigir el proyecto es investigadora de la Universidad de Barcelona. "Su hábitat en el Mediterráneo está en peligro sobre todo por el cambio climático y el abandono agrícola —prosigue—, y son animales claves porque polinizan las flores y actúan como indicadoras del estado de otras especies".
A medio plazo se plantean hacer estudios más profundos y no descartan la posibilidad de crear reservas urbanas para ciertas especies. Una de las protagonistas del Parc del Castell de l'Oreneta es Cleopatra (Gonepteryx cleopatra), una mariposa amarillenta y brillante que luce en largos vuelos sus grandes alas manchadas de naranja. Hay que ir con cuidado y no confundirla con su hermana Limonera (Gonepteryx rhamni), que no tiene las máculas anaranjadas. Melero considera que crear refugios serviría para proteger especies como estas, cada vez más en declive.
¿Malas o espontáneas?
En la parte más alta del parque, han avistado varias Blanquiverdosas (Pontia daplidice), poco habituales en la ciudad. Se podía contemplar como dos machos peleaban entre ellos para dominar el territorio. Mientras observan, sacan el móvil para ir anotando todo lo que ven en una aplicación que después generará la lista completa de especies junto al recorrido que han seguido.
Otros voluntarios prefieren apuntarlo todo en un clásico cuaderno de campo. "Lo hacen niños y jubilados, es una actividad para todo el mundo. A los que no conozcan a las mariposas, les hacemos una formación. Y cuando ya tienen experiencia les damos un cazamariposas si lo usan con respeto", remarca Melero. Calzada añade que se requiere un compromiso mínimo: "Hay que venir una vez cada dos semanas, yo lo hago sola, así me concentro y veo más mariposas". Recuerda con ilusión algunas de las observaciones más raras que ha hecho: "Una vez, vi un Pavo real (Aglais io) en el Putxet, la que tiene como ojos en las alas. Siempre reviso la misma planta por si vuelve, pero nunca reaparece".
En algunos parques, el Ayuntamiento de Barcelona —que es quien finanza este programa uBMS— ha dejado zonas sin la acción de los jardineros. Melero lo celebra: "Así crecen las plantas y salen flores que son esenciales para no perder a la mariposas". Todo el mundo habla de "malas hierbas", pero según la experta, tendríamos que hablar de "hierbas espontáneas", porque de malas no tienen nada. Al contrario: son ideales para estos insectos.
La campaña acaba de empezar -aún hay tiempo para ofrecerse en la web del CREAF- y la red de voluntarios ya recoge los primeros datos: "Es temprano, mediados de marzo, por lo que haber visto ocho especies distintas en el Parc de l'Oreneta es un muy buen dato", se satisface Calzada. Maculadas, Mantos bicolor, Colias comunes o Amarillas se han sumado al listado de la jornada. Con esta información, se acercan cada día más a entender la situación de la biodiversidad en la ciudad. Y de paso, reivindican la belleza de estas exploradoras urbanas, que en este parque conviven con la oruga procesionaria.
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