Lucha ecologista

Ecologistas denuncian que la Generalitat se propone hacer talas en el mayor abetal de los Pirineos

Las entidades Depana e Ipcena quieren evitar "actuaciones graves" por la singularidad de este bosque

Ejemplar de urogallo

Ejemplar de urogallo

Guillem Costa

Guillem Costa

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Son 800 hectáreas de abeto blanco (Abies alba) y conforman un espacio único en los Pirineos porque no hay otro abetal de igual extensión en toda la cordillera. Se conoce como el bosque de la Mata de València y está cerca del Parque Nacional de Aigüestortes i Estany de Sant Maurici (Pallars Sobirà). Ahora, después de 60 años sin casi intervenciones, la Generalitat ha empezado las gestiones para intervenir en este bosque de su propiedad. Argumentan que es la forma de prevenir incendios y mejorar la estabilidad del arbolado. La decisión, sin embargo, ha caldeado los ánimos de dos grupos ecologistas que llevan décadas implicados en la protección de la zona.

Depana e Ipcena ya han presentado sus alegaciones a los trámites del Govern y se oponen a la intervención porque consideran que tendría consecuencias irreversibles. Creen que en un caso tan singular como este la gestión tendría que ser distinta y que lo mejor es mantener el bosque tal y como está: no se puede equiparar al resto de terrenos forestales propiedad de la Generalitat.

Bosc la Mata de València

El bosque Mata de València / ACN

En 2014, el Consell de Protecció de la Natura ya aprobó una moción contraria a la tala de este bosque. La prevención de incendios, en esta zona del Alt Pirineu, según estas dos entidades, es una excusa: "Aprovechan este pretexto para talar, pero la realidad es que el riesgo es bajo o muy bajo, en esta zona".

La 'conselleria', en cambio, considera que no se puede dejar el bosque tal como está porque podría cada vez será más vulnerable. Lo dice literalmente el documento oficial: "La no intervención puede comportar la pérdida de valores de conservación de especies protegidas o de su uso recreativo, porque la masa forestal se estancaría".

Pero Depana e Ipcena no lo comparten. Según su punto de vista, estos abetos maduros son el hábitat de especies protegidas y en peligro como el oso pardo y el urogallo, dos de las más representativas de nuestra alta montaña. "¿Si durante más de 60 años se ha conservado uno de los bosques más icónicos de toda la península, por qué hay que cambiar ahora y intervenir de forma irreversible?", se preguntan.

Si hace falta, avisan, harán las acciones necesarias para evitar cualquiera de estas intervenciones que se propone el Departament. Admiten que hay otras zonas de masa forestal en el resto del territorio que se tienen que gestionar, pero el bosque de la Mata de València lo quieren ver evolucionar de la forma más natural y libre posible. Tan solo así, advierten, seguirá siendo uno de los mejores testimonios forestales de Catalunya.