Investigación judicial

Dani Alves fía su defensa a las imágenes del reservado previas a la presunta agresión

El recurso contra el auto de prisión mantiene que la mujer entró en el lavabo sin que el jugador le franqueara el paso o le abriera la puerta

La denunciante ha sostenido desde el principio que no sabía que el acceso conducía a un baño

Dani Alves

Dani Alves / Iván Terron

Guillem Sánchez
J. G. Albalat
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El exjugador del FC Barcelona Dani Alves se aferra para defender su inocencia en la grabación de la cámara de vigilancia del reservado de la discoteca Sutton donde en un lavabo privado presuntamente agredió sexualmente a la joven denunciante. Así lo expone el recurso, firmado por el abogado Cristóbal Martell y al que ha tenido acceso EL PERIÓDICO, en el que reclama su excarcelación con una serie de medidas, como la obligación de comparecer en el juzgado, la prohibición de acercarse a la víctima y la instalación de una pulsera telemática para poder geolocalizarlo y controlarlo. Otra posibilidad que expone es que se le imponga una fianza para lograr la libertad condicional. La defensa recalca que el brasileño no huirá y que no existe riesgo de fuga.

El escrito argumenta que las imágenes captadas en el reservado ponen en "severa cuarentena o duda valorativa" algunas de las afirmaciones que se expone en el auto de prisión dictado por la jueza instructora, y que ofrece credibilidad y verosimilitud a la declaración de la víctima. Al entender del letrado, esas aseveraciones "se revelan como inconsistentes por inexactas".

Intimidación

El recurso expone que en el vídeo se constata la entrada de la denunciante, su prima y una amiga a las 3.20 horas en el reservado y durante 20 largos minutos se observa a un grupo de cinco personas departiendo "de modo lúdico y festivo rodeados de muchísima gente". Lo define como un espacio abierto, que "dista mucho de ser el contexto y escenario de intimidación ambiental" que la jurisprudencia estima como necesario para "doblegar la capacidad de la víctima y su autodeterminación", mantiene el recurso.

El escrito detalla que en la grabación se puede observar cómo Alves se dirige en un momento determinado al lavabo del reservado. A los dos minutos (3.44 horas), la denunciante, "tras estar durante un tiempo hablando con sus dos amigas y un camarero, se dirige" a la puerta de ese habitáculo y entra sin que el jugador, que ya estaba dentro, "le franquee el paso o abra la puerta". El abogado sostiene que "las imágenes hablan por sí solas". Recalca que "este es el momento previo al encuentro sexual en el diminuto cubículo o baño en el que entró primero uno y luego la otra". Según la defensa del futbolista, la mujer "describe y expresa como vivido en un clima de terror, pavor o microcosmos de dominación" un escenario que, a su entender, las imágenes "desmienten".

La denunciante sostiene que el jugador le indicó que fuera a donde él estaba y que no sabía que allí había un baño de reducidas dimensiones

La víctima, sin embargo, denunció y declaró ante la jueza instructora que Alves le pidió que lo siguiera a través de una puerta que conducía, sin que ella lo supiera, a un baño de dimensiones reducidas. Según su versión, al acceder al habitáculo, vio que había un retrete y un lavamanos e intentó salir, pero Alves se lo impidió. Después, el jugador se sentó en el váter, le subió el vestido, le pidió que dijera que era su "putita", la obligó a sentarse encima de él, la tiró al suelo, la obligó a hacerle una felación a la que ella se resistió activamente, la abofeteó, la levantó del suelo y la penetró hasta eyacular. Tras ello, le dijo que esperara a salir a que lo hiciera él en primer lugar. 

La zona vip

La defensa fía su estrategia en el ambiente distendido y abierto de la zona vip, dado que lo que ocurrió en el interior del baño -16 minutos, según las imágenes- es la palabra del uno contra el otro. En este sentido, el recurso incide en que el reservado no es una zona cerrada y estancada, sino que se encuentra a la vista de la amplia y concurrida sala. Las imágenes, según el abogado, "pugnan y entran en conflicto y contradicción" con la descripción que hace la denunciante". "Es allí donde nos asalta la duda" y "nos permite dudar razonablemente" de que su relato de "lo acontecido en la soledad de la pareja en el cubil del baño" pueda "estar también adornado de idénticos elementos de distorsión narrativa".

El jugador sostiene que no reconoció el encuentro sexual con la denunciante para proteger a su mujer de la infidelidad

El futbolista reconoce, a través de su abogado, su "errática" declaración ante la jueza, negando primero el encuentro sexual que acaba aceptándo. La negativa de inicio, sostiene el recurso, "encuentra natural y rudimentaria explicación en la voluntad de preservar a su mujer e hijos de una conducta "acaso impropia de relación sexual".

"Arraigo personal"

Para defender que no existe riesgo de fuga, el abogado recalca que Alves "acudió voluntariamente" a declarar ante los Mossos el pasado 20 de enero, a pesar de que determinados medios de comunicación anunciaban que iba a ser detenido. El escrito argumenta que, tras volar de México a Tenerife para asistir al entierro de su suegra, el futbolista voló a Barcelona "conociendo" que la unidad policial que llevaba el caso está especializada en agresiones sexuales y, sin embargo, no voló a México donde ejercía hasta el mes pasado su profesión.

El letrado, además, ha aportado documentación para demostrar el arraigo "personal, familiar, social y empresarial" del jugador a Barcelona y que el equipo donde este militaba, el Pumas de México, lo despidió en enero cuando entró en la cárcel. El recurso alega que, asimismo, varias compañías han rescindido contratos de patrocinio, publicidad e imagen firmados con el brasileño.