Investigación en marcha

Por qué las huellas dactilares pueden ser importantes en el caso por violación contra Alves

La policía científica halló siete huellas de la víctima que interesan sobre todo por el lugar y posición en el que han sido localizadas

Dani Alves.

Dani Alves. / EP

Guillem Sánchez
J. G. Albalat
Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

El jugador Dani Alves se encuentra encerrado preventivamente en el módulo de agresores sexuales de Brians 2 porque la jueza Anna Marín consideró que existía riesgo de fuga y porque, a diferencia de la víctima, el futbolista no dio en sede judicial ninguna versión consistente acerca de lo ocurrido en el baño de la discoteca Sutton de Barcelona la madrugada del último día de 2022. 

Todos los indicios dicen que la denunciante ha relatado hasta en tres ocasiones la verdad sin caer en contradicciones y, en sentido contrario, señalan que el exjugador del F.C.Barcelona ha mentido en cada una de las distintas versiones que ha dado. Entre estos indicios serán de gran importancia las huellas dactilares detectadas en el baño, que también encajan con lo que ha declarado ella.

Las cámaras de seguridad de la discoteca y los testigos –como los camareros y las amigas de la víctima– confirman que fue Alves quien insistió a la joven de 23 años para que le siguiera hasta el baño, que allí ambos estuvieron encerrados 16 minutos y que, primero salió él y, a los 30 segundos, lo hizo ella. Que él se fue a pedir una copa y que ella se acercó a su amiga, le dijo algo al oído y ambas mujeres se marcharon. Ni Alves ni la víctima volvieron a interactuar, ni a intercambiar una mirada a pesar de haber compartido esos 16 minutos en el interior del lavabo. 

Tal como avanzó EL PERIÓDICO, la cámara que el agente de los Mossos d’Esquadra llevaba en la pechera mientras atendía a la víctima se activó accidentalmente y grabó a la joven minutos después de los hechos. Esas imágenes, que constan en la causa, recogen la afectación y el desconsuelo de la denunciante, que ya ofrece una versión de lo sucedido en el interior del baño de Sutton que mantendrá dos días después en sede policial y tres semanas más tarde en sede judicial. 

Según esta versión, ella entró en el baño obedeciendo a Alves y sin saber que se estaba metiendo en un lavabo. Al descubrirlo, quiso marcharse pero Alves se lo impidió. Después, el jugador se sentó en el váter e hizo que ella se sentara sobre él. Luego la tiró al suelo e intentó que le hiciera una felación. La abofeteó y la agarró por el cuello. A continuación, la levantó, la puso contra el lavamanos y, por último, la empujó contra el váter y, en esa posición, la violó y eyaculó. 

No hay grabaciones de lo que sucedió en el baño. La defensa de Alves, que ha contratado a uno de los mejores abogados penalistas de la ciudad, Cristóbal Martell, puede negociar una conformidad, que significa aceptar los hechos a cambio de una reducción de la condena, o buscar su absolución en el juicio convenciendo al tribunal de que el contacto sexual existió pero fue algo consentido

Para lograr esto último Martell deberá entregar un nuevo relato que encaje con las pruebas recabadas antes y después de lo sucedido en el baño y, sobre todo, de los indicios que constan de lo que pasó durante esos 16 minutos transcurridos en el interior de ese lavabo.

Alves ha ensayado tres o cuatro versiones distintas pero ninguna encaja con las evidencias. Primero, en un vídeo enviado a Antena 3, dijo que entró en el baño sin saber que ella estaba dentro y se fue enseguida. Después, en sede judicial, cuando se le recordó que las cámaras mostraban que había estado 16 minutos con ella dentro del baño explicó que él entró para hacer sus necesidades y la mujer abrió la puerta y se quedó junto a él sin hacer nada. Y, al final, tras hacerle ver que había semen en el baño, Alves declaró que mientras él estaba sentado haciendo sus necesidades la mujer entró, se abalanzó sobre él y le hizo una felación. Tampoco ese último intento convenció a la jueza, que tiene en cuenta, entre otros elementos, que en el examen forense del Hospital Clínic se hallaron restos de semen en el interior del cuerpo de la denunciante. 

Lo que sucedió en el baño

La versión que ofrezca Alves si llega a juicio deberá concordar con todas las evidencias. Y deberá dar una versión de los hechos mucho más cercana a la ofrecida por la víctima –en tres ocasiones y sin contradicciones– acerca de lo que sucedió en el baño. Porque la joven tiene heridas en las rodillas de cuando supuestamente Alves la empujó al suelo, la policía científica ha hallado semen en lugares que coinciden con una secuencia de los hechos como el relatado por la denunciante y, además, las huellas dactilares que los agentes de los Mossos hallaron en ese espacio reservado durante la inspección ocular técnico-policial (IOTP) también encajan con las palabras de ella. 

La policía científica, según las fuentes consultadas por EL PERIÓDICO, pudo recuperar 7 huellas dactilares del baño que pertenecen a la víctima. Habitualmente, las huellas dactilares se usan para identificar. Pero en este caso, ni la víctima ni Alves niegan que estuvieron en ese baño. El revelado de esas huellas dactilares son importantes por otro motivo: pueden convertirse en indicios de lo que sucedió en el interior del baño. No tiene sentido que las manos de la mujer hayan aparecido en la cisterna del váter si lo sucedido se ajustara a cualquiera de las versiones de Alves. Por el contrario, sí lo tiene si lo que pasó se corresponde con la violación que ella ha denunciado. 

Un investigador y un agente de la policía científica de los Mossos explican a este diario que si las muestras que se han revelado son lo bastante significativas pueden haber informado a la Unitat Central d’Agressions Sexuals (UCAS)incluso sobre la posición corporal en la que estaba la mujer cuando colocó ahí los dedos. "Una huella en una barandilla no solo te permite saber quién ha tocado esa barandilla, también te informa por su posición acerca de si esa persona estaba bajando o estaba subiendo", razona el policía. 

Por ese motivo, las huellas dactilares, también las que se puedan atribuir a Alves en el futuro, pueden convertirse en un indicio poderoso para poder demostrar lo que ha pasado en el baño del Sutton, donde no hay cámaras.  

Suscríbete para seguir leyendo